Tercer bando.

651 85 19
                                    

El hombre alto, tosco, estaba sentado de piernas cruzadas mientras movía su pie de arriba hacia abajo en una muestra clara de molestia; aunque ni hablar de su ceño fruncido o de la forma en que su empuñada mano se apoyaba contra su mejilla, ayudándole a sostener su cabeza. La silla en la que se encontraba era de madera gruesa, pintada de un imponente blanco que resaltaba en el alto respaldo que tenía letras grabadas en un idioma irreconocible, al menos para cualquiera que no fuese ángel. Era lo más parecido a un trono.

Sus ojos, de un intenso color violeta, estaban pegados en los dos niños que tenía enfrente, al final de los pequeños escalones.

Chasqueó la lengua.


—¿Y se puede saber por qué mierda trajeron a estos niños?


Su voz iba completamente acorde con su cara de pocos amigos.

La chica rubia, casi platinada, miró al chico que estaba parado a su lado, como buscando ayuda para dar una respuesta. Ambos sosteniendo unos brillantes lazos que mantenían atados a los niños a pesar de que éstos se veían sumamente tranquilos.

El hombre arqueó una de sus cejas.


—Ellos son los hijos de Kris.


—¿Y? Pueden ser los hijos de Kris, Diego, Pedro, quién sea. No me interesa, LuHan.


El hombre de cabello negro respondió con brusquedad a la información que le daba LuHan. El rubio se encogió de hombros como si buscara una forma de esconderse.

La chica, a su lado, chasqueó la lengua.


—Claro que te interesa, YunHo. Kris es el nieto de Lucifer y estos niños tienen el poder de pasar a través de las dimensiones sin ningún problema. Si los matamos podrían ser un arma poderosa para destruir a la humanidad. 


La muchacha refunfuñó, su cabello tomado en una cola alta parecía erizarse a causa del enfado.

YunHo alzó las cejas en un movimiento rápido, demostrando su falta de interés. 


—Primero que nada, TaeYeon, debes tratarme con más respeto, no olvides que soy tu superior.


TaeYeon apretó los dientes. YunHo sonrió de medio lado.


—En segundo lugar, no vamos a destruir a la humanidad. Devuelvan a estos mocosos. 


—Mocoso tú.


—Desde acá puedo verte los mocos.


Los dos pequeños hablaron inmediatamente (y al unísono) una vez que YunHo cerró la boca. Los tres ángeles quedaron boquiabiertos por las palabras de los pequeños, siendo YunHo el único en reír.


—Llévenselos.


Y tan rápido como el hombre rió, la seriedad se adueñó de él. TaeYeon y LuHan compartieron una mirada rápida antes de asentir, teniendo que retener las ganas de insultar al hombre mayor. 

Alas y Tridentes. (ChanKai/KaiYeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora