Imposible

El vacío en mí

Habían transcurrido dos días después de su último encuentro con el Dios del Trueno y el Capitán América, de alguna manera el Dios de las mentiras se sentía irritado, durante 6 meses estuvo viviendo una vida pacífica la cual ahora sin previo aviso se volvió caótica para él, lo último que pensó era que tendría que lidiar con el padre de su hijo, al cual por cierto nunca estuvo en sus planes decirle al respecto, tampoco imaginó que aquel que lo abandonó aplastando su corazón volvería para exigir algo a lo que ni derecho tenía, sabía que su hermano podía ser un bruto pero muchas veces el Dios de las mentiras se repitió a sí mismo que no debía temer a su hermano, también era cierto que sentía enojo hacia Strange por haberle obligado a ir con Thor, lo peor fue que le dejó ver y escuchar a su bebé sin ningún consentimiento, no comprendía los motivos del hechicero ni le importaba saberlos.

Estos dos últimos días los pasó encerrado en su casa; se negaba a salir para no tener que ver el rostro de alguno de los antes mencionados, dado que Strange no se apareció como solía hacerlo supuso que era porque estaba enterado de su enojo, se preguntaba también por qué Steve no había hecho acto de presencia, no era que quisiera verlo, o al menos eso se decía a si mismo. Por otro lado no le molestaba no tener respuesta de Thor, definitivamente era lo último que quería.

Loki acaricia su vientre con una delicadeza mientras le habla a su bebé—¿Le extrañas? has estado muy tranquilo estos días—como si el bebé le comprendiera dio un pequeño saltito, no era de extrañar que resintiera la ausencia de Strange, este solía visitarlo y contarle algunas historias que le ponían activo mientras Loki sentía el vigoroso movimiento, sin embargo el hechicero no se había presentado y Loki notaba la falta de actividad de su bebé. Suspira pasando su mano por su vientre.— Seguro quieres oír a ese cabeza dura, ¿debería llamarlo?— una patada vigorosa se dejó sentir y Loki no pudo evitar sonreír.

Pensó en llamarlo por teléfono pero al final se decidió a ir a buscarlo en persona, tomó su cartera, móvil y abrigo, si bien el no deseaba verlo por el momento tampoco le gustaba la idea de que su hijo sufriera por la ausencia de ese hechicero.

Apenas abrió se sorprendió de ver a aquel rubio frente a su puerta, este parecía nervioso y daba la impresión de que llevaba bastante tiempo aguardando por llamar.

—No sabia que ahora tenía guardias custodiando mi puerta— dijo Loki divertido.

—No es eso... Es solo que no tenía la menor idea de si deseabas verme, ha sido imposible comunicarse contigo Loki— respondió Steve visiblemente nervioso.

—He estado ocupado « Ocultándome de ustedes...»

—Ya veo, a decir verdad también he estado algo ocupado, tu sabes algunas misiones...

—Entiendo, si estas ocupado no debería quitarte el tiempo ¿O si Steve?—dijo Loki mirándolo, era gracioso verlo buscando que decir ¿Tan complicado era decir "quería verte"? El Dios supuso que si.

—¡No! en este instante no estoy ocupado, yo deseaba verte— respondió acercándose al Asgardiano acortando la breve distancia para tomar su mano.

—Estaba por salir Steve— Loki miro la sorpresa en la mirada del rubio y sus facciones se suavizaron al ver la contrariedad pintada en su rostro— Aunque puedes acompañarme si gustas, yo iba a ir comprar algunas cosas para el bebé— mintió.

El rostro del Capitán América se ilumina al oír esas palabras.

— He traído mi auto— dijo guiando a Loki hasta el deportivo azul metálico, regalo de Tony a quien le disgustaba verlo en su sedan VW, decía que "eso" era anticuado para su novio.

Loki alzó una ceja mirando el vehículo.

— Steve si pisas más allá de 65 kilómetros poniendo en peligro a mi hijo te aseguro que no verás la luz de otro día— dijo con suavidad pero dejando entrever una amenaza velada.— No me interesa si te toma todo el día llegar al centro comercial ¿Entendido?