Especial Imposible: Mi mundo sin ti. Parte 2

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La tensión se podía palpar en el aire, los dos hombres se observan sin moverse, era como si estuviesen aguardando por ver la jugada del contrario y así poder decidir qué debían hacer.

Strange se sentía escandalizado ante la idea de que aquel hombre decidiera huir con la pequeña, de ser así le sería complicado atacar sin lesionar a la menor que no dejaba de llorar. Podía escuchar a la niña confundida que no cesaba de hacer preguntas que intentaba responder sin perder de vista a Bucky.

«¿Qué sucede señor Strange? ¿Por qué este señor me ha tomado de esta manera? ¿Estoy siendo raptada?¡Quiero ir con mi Mami Loki! ¡Ayúdame Strange!» preguntaba inquieta burbujita, pero traducido a oídos de Bucky resultaba un sonoro llanto de bebé.

Bucky sentía que su corazón se quebraba con el llanto desgarrador de su amada burbujita, desde que supo por labios de su amigo que sería tío, le produjo una gran ilusión. Steve y él compartieron muchas veces sus fantasías, a donde llevarían al bebé una vez que naciera, Bucky deseaba contarle al bebé lo afortunado o afortunada que era al ser hija de su mejor amigo, estaba seguro de que esté sería un gran padre y de que su heredero estaría orgulloso de que el Capitán América fuera un hombre valiente y admirado por las personas.

También rememoró dolorosamente la noche en que su casi hermano lo llamó al borde del llanto, sintió que un vacío nació en su corazón cuando aquel le dijo «Loki perdió a mi hijo, se ha marchado dejándome sólo...¿Que se supone que haré ahora?» después de eso su amigo rompió en llanto, se apresuró a ir al lado de Steve, el único que en él pasado confío en él y le dio la mano, y ahora ante él tenía aún frágil hombre que de la noche a la mañana había perdido todo. Steve aún guardaba los pequeños trajecitos que eran réplicas en miniatura de su traje, algunos en estambre y otros en telas de algodón. En secreto lo vio llorar abrazado a aquellas prendas y al pequeño peluche vestido de capitán América.

Ahora que era él quien sostenía en brazos al pequeño bebé de rubia cabellera y ojos esmeraldas no pudo evitar sentir rabia, por sus venas corría la irá quemando bajo su piel, no comprendía como aquél hombre y Loki tuvieron las agallas de inventar una cruel mentira, su amigo era quién debía sentir aquél pequeño cuerpecito que desprendía una calidez única y no llorar por un bebé muerto, la furia se apoderaba nuevamente de Bucky.

— ¿Que es el bebé?

Pregunto el castaño recordando que nunca supieron el sexo del bebé ya que Loki deseaba fuera sorpresa, y ahora que lo sostenía en brazos no distingue que es, en parte porque sus ropas eran de color blanco y porque al ser pequeño no se podía aún distinguir a simple vista.

— Es una niña, su nombre es Hela.

Respondió Strange sin apartar la mirada de aquel.

«No llores Hela, el hombre que te sostiene no tiene malas intenciones» dijo a la pequeña para calmarla.

— ¡Burbujita es niña! – dijo mostrándose sorprendido, su rostro se ilumina por unos segundos olvidando de momento la situación— ¡Steve tiene una hija! Una hermosa niña...

La bebé seguía llorando aunque ya no con la misma intensidad, por unos segundos sus pequeñas esmeraldas observan al hombre que la carga.

«¿Hija? Strange... ¿Este hombre conoce a mi padre? ¡Recuerdo que mi padre se llamaba Steve! El me lo dijo cuando yo aún estaba en la panza de mi mami Loki. ¡Strange dile que quiero ir con papá! » exige la pequeña al hechicero traduciendo sus exigencias nuevamente en llanto.

El hechicero estaba en una terrible situación, ahora no solo debía lidiar con el hombre que le exigía explicaciones sino con Hela que exige ser llevada ante su padre.

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