Mi corazón no es de hierro

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Durante cuatro días Thor fue incapaz de ver o saber algo sobre su hermano. Tal parecía que se lo había tragado la tierra, lo cual, le ponía de nervios. El Dios del trueno sentía la creciente necesidad de mirar a Loki, de poder acariciar aquel abultado vientre donde reposaba el milagro más grande, aquel que nunca creyó posible.

«¿Dónde te has metido hermano? De verdad piensas alejarme de nuestro hijo...» sintió que la ira daba paso a la angustia, sobretodo porque en Midgard no tenía a quien preguntar por su hermano «A no ser que ese tal Strange sepa algo sobre su paradero...» recordó al extraño hombre que atendía el embarazo de Loki.

Pensó en llamarlo o en hacerle una visita, pero también se dijo que de ser cierto que el otro supiera el paradero de Loki esté último no iría con él. Se dijo que tenía que encontrar la manera para lograr que su hermano no pudiera huir, entonces se prometió buscar un lugar en el cual pudieran estar juntos, deshecho la idea de buscarlo por el momento.

* * *

Tony había vuelto la noche anterior. Su viaje se prolongó más de lo que él pensaba, le comentó a Steve que hubo ligeros contratiempos con un diseño de ingeniería, así que tuvo que revisar nuevamente los planos, descubrir que algún listillo invirtió una fórmula y tras resolver el asunto, despedir al chico y volver a hablar con los inversionistas «¡Tony Stark salva el día otra vez!»

El rubio no creyó conveniente tocar el tema de Loki dado que su actual pareja se veía visiblemente agotado, se prometió contárselo en el momento indicado.

El multimillonario le pidió cocinar para él, tenía ganas de ver una película acurrucado al lado del Capitán y Steve no pudo negarse.

Quizás fue una de las noches más largas para el rubio «Soy una escoria...» se dijo mientras alistaba la cena, fetuccini Alfredo con camarones el favorito de Stark, tomó una botella de vino y unos entremeses.

El castaño aguardaba en el sofá mirando que película verían.

Steve sintió como la culpa lo invadió mientras estaba al lado de su novio, esté sonreía halagando su cena, buscando sus brazos mientras veían la película «Me iré directamente al infierno y sin escalas—pensó— se lo diré temprano, lo juró»

A media película Tony fue vencido por el sueño, el rubio apagó el televisor y con cuidado lo tomo en brazos, lo cargó al estilo princesa para llevarlo hasta la habitación que compartían juntos, era curioso cómo en ese año ese cuarto lo único que había visto era como los dos dormían abrazados.

Al llegar la mañana fue Steve el primero en despertar, sintió el calor del cuerpo de su novio pegado al suyo en un abrazo, con la mirada recorrió el contorno de su rostro, delineó aquellas facciones y se dijo que Tony era un hombre atractivo.

Con cuidado se soltó del abrazo para ir a darse una ducha, preparo el desayuno para los dos, los nervios le quitaban el hambre pero debía estar en movimiento para no caer ante la ansiedad.

— ¿Tocino con huevo? Me agrada como huele.

Escuchó la voz de un recién despertado Tony, este se veía de buen humor.« Se lo diré... se que puedo hacerlo—pensó—es ahora o nunca»

siente como se le hace un hueco en el estómago.

siente como se le hace un hueco en el estómago

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