Capítulo 1

464 13 10
                                    


¡Nuevo opening de Milo y Kanon x!

♫ Volvemos a empezar, la historia se escribirá de nuevo.

A poca velocidad, lo sabemos bien.

Teñirse tú veras de rojo las nalgas de Milo y Kanon,

Salvarlos todos debemos, con valor. ♫

♫ Paraíso nunca fue, los 12 templos ya debes conocer.

Llevamos adentro, un putazo dormido.

¡Disfrútalooooooo!

♫ Atravesemos con decisión,

Los anos de los Dioses,

Difícil será sin perder,

¡No nos tienen que coger!

Y los putazos en acción,

Deja que te conmuevan el corazón,

Aquel mañana que se olvidó,

Volvamos todos a recordar,

En la nueva temporada que va a iniciar. ♫

Narrador: En el anterior capítulo de Milo y Kanon X... oh, no, esperen, no hay anterior capítulo, este es el primero de la segunda temporada, así que toca introducirlos.
Después de un largo descanso, que casi parecía ser eterno, los caballeros de oro, Milo y Kanon... no esperen... no está Kanon, ¿qué ha pasado? Sólo podemos ver a Milo caminar tranquilamente en la playa comiendo una gran cantidad de dulces.

—La vida sí que es dulce —decía felizmente en lo que recorría la playa—. Hasta esta bolsa de chocolates que me dio mascara de la muerte está de muerte.

—¡Espérame Milo! —se escuchó una voz femenina a lo lejos, y el Escorpiano al notarla, se giró a ver quién era. Al juzgar por sus curvas, ese bello menear de caderas, sumado a la hermosa y brillante envoltura que la cubría, era la persona de sus sueños; era la persona con quien se casaría—. ¡Ya estoy aquí, amor mío! —se detuvo la barrita de chocolate de KitKat justo al lado de Milo, quien dejó caer la bolsa que sostenía.

—¡Mi amor! —gritó el Escorpiano y abrazó a la barra de chocolate con piernas—. ¡No me abandones nunca! —y esa cosa, la que parecía tener vida, le correspondió el abrazo de alguna forma.

—¡Por supuesto que no! —y sin darle mucha más importancia lo que decía el chocolate, Milo la empezó a mordisquear con desesperación.

—¡Ay Milo, aquí no!

—¡Ñam Ñam Ñam!

Pero la alegre fantasía de Milo no duro mucho, ya que una piedra aterrizó sobre su cabeza haciendo que regresara a la realidad.

—¡Auch! —gritó con dolor, y enseguida se levantó buscando al culpable— ¡¿Quién fue?!

—¡Yo! —gritó Kanon desde la cárcel del cabo de Sunión—. ¡Podrías prestar más atención a lo que te digo en lugar de andar roncando! ¡Ya van 10 putos años desde que salvamos a esos extraterrestres y a los caballeros de ser homosexuales, y a mí me compensan volviéndome a encerrar en el puto cabo!

Milo y Kanon XXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora