In Love With The Wrong Boy {TERMINADA}

Capítulo 32

—Ryan. —Lo llamo cuando tengo el valor de preguntarle la duda que tengo. Él deja de reparar la moto y me mira.

—¿Qué sucede?

—Esa noche…—él odia que le hable sobre esa noche, pero debo hacerlo—¿Dónde está tu arma?

—¿Mi arma? —Pregunta confundido.

—Sí, la que usaste esa noche.

Él se queda unos segundos en silencio, pensando.

—No lo sé.

—¿Cómo que no lo sabes?

—La perdí. Desde esa noche no la volví a ver más.

Tiro de mi cabello con mis manos, suspirando. Estoy algo más tranquilo. Ahora esa arma puede ser de alguno de los dos.

—¿Por qué me preguntas eso?

—Encontraron una cerca de donde sucedió todo…

—Mierda. —Maldice cerrando sus ojos. Sabe que estamos acabados—No quiero ir a la cárcel, Justin.

Cuando abre los ojos, veo que están llorosos.

—Yo también perdí la mía. —Murmuro. Él me mira y deja de lloriquear un poco, ahora tiene esperanzas de que sea la mía y no la suya.

—¿Qué…haremos?

—No lo sé, joder—digo cansado—sólo debemos esperar.

—¿Esperar? —Suelta una risa amarga— ¿Y que luego uno de nosotros vaya a la cárcel? 

—Ryan…

—No, Justin. Debemos escapar, joder, y ahora—comienza a hablar histéricamente—iremos a la cárcel, eso es seguro. No me quedaré sentado esperando a que me vengan a buscar, y no dejaré que…

—No lo haré, Ryan. —Le interrumpo y me mira incrédulo.

—¿Qué?

—No huiré de aquí, no me apartaré de __________.

—________, __________—se burla—¡Deja de pensar en esa maldita mujer y fíjate en ti!

—¡Vete al diablo! —Le grito enfadado y me largo de allí.

{__________}

Mi teléfono suena y dudo en contestar. Me fijo si Bobby está cerca, y aunque no lo veo por ningún lado, me meto al baño para luego contestar.

—¿Hola?

—Buenos días, señorita ____________.

Sonreí al escuchar como decía amablemente sus palabras. Era el detective Jones.

—Buenos días.

—De seguro te preguntarás a que se debe mi llamado.

—Sí, eso mismo.

—¿Está tu novio cerca?

—No. —Respondo confundida.

—Bien, hay algo que te tengo que decir.

—¿Es algo grave?

—No, bueno… no confío plenamente en ¿Justin se llamaba?

—Sí—contesto—¿Por qué?

—No estoy seguro de nada, sólo digo que debes cuidarte. Es muy raro que lo hayas conocido unos días después del accidente y luego el auto de tu padre desapareció cuando lo encontraste.