{ÚLTIMO CAPÍTULO}
Comencé a llorar desconsoladamente. Me sentía devastada, no podía con todo este dolor que sentía.
—¡¿Cómo pudiste, Justin?! —Grité desgarrándome la garganta. Ya no podía más de tanto llanto.
Me levanté del suelo y caminé hacia el baño. Me miré al espejo; tenía mi cara roja, hinchada y mis lágrimas caían por mis mejillas. Estaba destruida.
Me vestí sin ganas, poniéndome mi abrigo arriba de mi pijama y el pantalón que tenía ayer. Salí de la casa en mi bicicleta, pedaleando lo más rápido que podía mientras el viento golpeaba mi rostro. Una vez que había llegado a mi destino, me bajé y toqué la puerta apresuradamente. A los segundos, volví a tocar. De verdad me urgía que me atendiera en este momento.
—¿______?
El detective Jones se encontraba sorprendido al verme frente a su puerta. Luego le prestó atención a mi rostro todo colorado y mis ojos con lágrimas aún, y comprendió por qué estaba en ese estado.
—Ya lo sé todo.
Poniéndose serio, asintió con la cabeza. Al ver que estiré mi labio inferior hacia afuera, a punto de llorar de nuevo, me estrechó en sus brazos.
—¿Por qué? —Dije con un hilo de voz.
—Lo siento.
—¿Por qué me lo ocultó?
—Sabía que si lo hacía iría a la cárcel.
Segundos después, me alejé.
—Recibí el estudio del arma—me informa—sólo para que lo sepas y estés segura de esto, tenía sus huellas digitales.
Mordiendo duramente mi labio inferior, asiento amargamente.
—Gracias por todo lo que hiciste todo este tiempo. —Seco mis lágrimas con mi mano—¿Cuánto te debo?
—No hace falta, no te preocupes por eso.
—¿Qué? Debo pagarte, por favor, permíteme hacerlo.
—En serio, no hace falta. Fue un gusto ayudarte, espero que mantengamos el contacto.
—Y ahora…¿qué pasará?
—¿Te refieres a Justin? —asiento vagamente—Lo detendrá la policía a penas les haga saber.
Me congelo en mi sitio. Dios mío, no quería que Justin fuera a la cárcel.
Sé que todos estos meses estuve queriendo saber quién fue el asesino para que se haga justicia, pero ahora era diferente. Amaba a Justin a pesar de todo, y en tan sólo pensar que iría a la cárcel me daban ganas de llorar más.
A veces quisiera que todo esto fuera sólo un sueño.
Me marcho de la casa de Marcos y me dirijo a la sala de bolos. Quería hablar con alguna amiga, y ahora necesitaba a Kim. Debbie se había ido con Jared de vacaciones a otra ciudad, y no quería arruinarle el viaje. Estaba segura que si le decía que me encontraba mal, ella querría volver, y no podía permitir eso.
Me bajo de mi bicicleta y entro al local sin ponerle candado. Había comenzado a llover, y al parecer por eso todo estaba tan vacío. Veo a Kim en la caja, apoyada en la barra, aburrida y me acerco. Al verme, me mira confundida.
—_________, viniste tarde…
—Justin me engañó. —Suelto cortándola. Ella me analiza por unos segundos y luego me abraza, sin preguntarme nada—Me mintió todo este tiempo, joder.
—Así que ya lo sabes.
Me alejo bruscamente y frunzo el ceño.
—¿Qué?
Ella muerde su labio inferior nerviosamente. ¿Qué diablos ocurre aquí?
—¿Tú lo sabías? —no contesta y me pongo más violenta—¡Responde!
—¡Sí!
Mis ojos nuevamente se llenan de lágrimas. ¡Kim lo sabía y no me dijo nada! ¿Acaso alguien más me engañó? ¡No puedo creer que fui tan estúpida! No pensé que ella también me pudiera traicionar y no decirme algo tan grave.
—¡¿Por qué me lo ocultaste tú también?!
—Cálmate por favor…
—¡No me digas que me calme! —le grité—¡¿Cómo quieres que me calme cuando me acabo de enterar que mi jodido novio es el asesino de mi padre y tú me ocultaste la verdad!?
—_________...
—¡Yo te consideraba mi maldita amiga!
Bobby se acerca a nosotras y me mira incrédulo. A estas alturas me importa una mierda lo que pueda llegar a hacer.
—¿Qué diablos pasa aquí? —me mira—Llegas tarde y encima causas un escándalo ¿de qué vas?
—Métete en tus jodidos asuntos, maldito viejo estúpido.
Abre sus ojos como platos y lo veo ponerse rojo de furia.
—¡Vete de aquí y no vuelvas más!
—No te preocupes, tampoco pensaba volver. —Escupo mirando con asco a Kim. Me doy la vuelta y comienzo a caminar hacia la salida, ignorando las llamadas de la pelirroja.
Todos me habían mentido y tratado de estúpida aquí. Desde que se fue mi padre todo ha ido de mal en peor. Me sentía como un maldito pedazo de mierda al que todos podían pisotear.
Tomé mi bicicleta y pedaleé hasta la casa de Justin una vez más, mojándome con la lluvia. Ya no me quedaban más lágrimas por soltar, mi corazón estaba hecho trizas.
Entré al dormitorio y me quedé parada allí unos segundos, rompiéndome por dentro al ver en un cuadro una foto de Justin y yo. Él me miraba y sonreía a la vez, se podría pensar que se veía el amor que sentía por mí. Pero no. Todo era mentira, un maldito engaño.
Tiré el cuadro al suelo, haciéndose trizas. Esquivando el vidrio en el suelo, saqué mi maleta y comencé a guardar todo en él. No me importaba si estaba todo hecho un bollo y desordenado. Quería terminar de guardar todo inmediatamente.
Cuando termino de empacar, me dirijo con las dos maletas hasta la puerta. Pero cuando estoy a punto de abrirla, alguien lo hace por mí.
Justin. Había vuelto.
Me mira, primero a mí y luego a mis maletas. Frunce el ceño y yo cierro los ojos, aguantando las lágrimas que amenazaban por salir.
—¿__________, por qué estás con tus maletas?
No contesto. Me quedo callada mirando a todos lados menos a él.
—__________.—Insiste.
—Eres un maldito mentiroso. —Escupo entre dientes. Era hora de enfrentarlo, pero no quería llorar. No quería ser más humillada.
—¿Por qué dices esos? —Pregunta asustado. Se le nota en la voz.
—¡¿Por qué no me lo dijiste?!
No dice nada, al parecer se ha dado cuenta de lo que hablo. Se queda callado como el maldito cobarde que es.
—¿Cómo pudiste mentirme de esa manera? —empujé con ambas manos su pecho, haciendo que se tambalee hacia atrás—¿Eh? ¿Por qué me lo ocultaste? —vuelto a empujarlo pero esta vez él toma mis manos. Forcejeo mientras un par de lágrimas caen de mis ojos y comienzo a golpear su pecho—¡Cobarde, gilipollas!
Él me toma aun más fuerte, inmovilizándome en su pecho. Me remuevo hasta que me suelta. Tomo mis maletas y cruzo la puerta, pasando por su lado.
—¿A dónde vas?
—Lejos. Ni pienses que me quedaré contigo.
—No hagas esto...—Murmuró. Pude notar la tristeza en su voz. Tragó saliva y lamió sus labios repetidamente. Hacer esto hacía que mi corazón se partiera en mil pedazos.
—Asesinaste a mi padre.
—Joder, ________, no. Tienes que escucharme.
—No tengo que escucharte. Ya lo sé todo, Justin. — Me di la vuelta dispuesta a irme, pero él me sostuvo del brazo.
—________...
—Tuviste que habérmelo dicho.
Mis lágrimas salían alborotadas de mis ojos. Mi corazón estaba roto, y ver de esa forma a Justin me ponía peor. ¿Por qué se veía triste? Lo único que hizo todo este tiempo fue engañarme.
—No podía…yo quería estar a tu lado.
—Cometiste un gran error.
—-________, no me dejes, por favor.—Rogó con un hilo de voz. Sus ojos estaban en el borde de las lágrimas. Todo esto me dolía más a mí que a él.—Te amo.
Y lo había dicho. Me había dicho esas dos palabras que había estado esperando durante tanto tiempo, y sólo logró que se me hiciera un nudo en la garganta. Mi corazón bombeaba fuertemente y un par de lágrimas rebeldes se escaparon de mis ojos. Con mi puño las sequé, para luego dejar caer mi mirada en su rostro. Estaba devastado, sus preciosos ojos mieles estaban brillando por las lágrimas que se avecinaban en ellos. Esos ojos que yo había visto miles de veces y sospechaba haberlos visto antes, pero jamás me di cuenta, hasta el día de hoy.
—No lo hagas más difícil, Justin.
Quité mi mano de la suya y salí corriendo de la habitación, ignorando sus llamados. Lágrimas saladas recorrían mi rostro, acompañados de mis sollozos mientras salía de la casa.Una vez fuera, tomé un taxi y me fui lejos. Lejos de él. Todos nuestros recuerdos juntos vinieron a mi mente. Odié el día en que subí a su auto. Yo no tendría que haberme encontrado con él jamás, porque ahora lo amaba, y yo no podía amar a la persona que me causó tanto daño. Su rostro reflejaba arrepentimiento y angustia, y eso me mataba. Pero no podía perdonarlo.
Trago saliva mientras un nudo se forma en mi garganta. Otra lágrima se desliza por mi mejilla, mientras aspiro mis mocos. Me limpio mis ojos con mi mano por quinta vez, desadormeciendo de mis lágrimas saladas.
No puedo creer que me lo haya ocultado, que se haya acercado a mí sabiendo perfectamente quien era. ¿Por qué se ofreció llevarme a mi casa ese día lluvioso, sabiendo que podría recordarlo? ¿Por qué me invito a jugar bowling? ¿Por qué diablos hizo que me enamorara de él?
Me duele tanto todo esto. Mi corazón está roto completamente, y otra lágrima cae al recordar su rostro triste, arrepiento y melancolía destellaba en él.
¿Porque tuve que salir ese día? ¿Por qué sólo no me quede en casa llorando? De esa manera no hubiera tenido que encontrarme con Justin, él nunca me habría ofrecido llevarme y jamás lo hubiera vuelto a ver. Todo sería más fácil así. Pero ahora lo amo, y por eso me duele.
Mi teléfono sonó y pude ver su nombre en la pantalla. Dejé que suene un largo rato, hasta que finalmente cortó, pero no hubo silencio por mucho tiempo. Llamó unas tres veces más, y supuse que seguiría haciéndolo, así que decidí apagarlo. No quería hablar con él, eso sólo me causaba más dolor. No podía amar a alguien que mató a mi ser más querido. Tendría que odiarlo, pero no podía y eso me hacía más difícil las cosas. Lo amaba demasiado. Estaba enamorada de él, alguien que había matado mi única familia. De la persona que me mintió todo este tiempo. Estaba enamorada del chico equivocado.
ESTÁS LEYENDO
In Love With The Wrong Boy {TERMINADA}
FanfictionIN LOVE WITH THE WRONG BOY Prólogo: Pasión, mentiras, amor, engaños, sonrisas, lágrimas, problemas... Sólo hizo falta de una noche, un robo y un disparo, para que sus vidas cambiaran por completo. Ella nunca tuvo una vida fácil, y de un momento par...