Protocolo III

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-Lo único que realmente exijo es que no actúes solo... porque si lo haces, ten por seguro que perderás a más de tus amigos-le sentenció la Slytherin a sus espaldas una vez cruzo el arco de salida del castillo que los llevaba hacía el lago negro y el sauce boxeador.

-Ya sé... como equipo... lo intentare, ahora dime, ¿tienes ideas?-le respondió el otro mirándola por sobre del hombro.

-De entrada ¿qué hay de Bruce?-le recrimino caminado para ponerse a su par.

-Nos cubrirá las espaldas... a menos que necesitemos ayuda-exclamó.

-Hulk sería de gran ayuda, más que un problema y lo sabes-le aclaró con cierto deje fastidioso.

-Eso lo sé, pero no soy la persona adecuada para convencerlo, así que arañita tienes exactamente diez minutos para ir por él y explicarle que tenemos muy poco tiempo antes de que la luna nos haga esto más difícil de lo que ya es, mientras tanto yo me encargo del resto del equipo-sentenció el castaño.

-De acuerdo, los veo en el punto de encuentro-sentenció la pelirroja.

-Diez minutos Natasha, o me iré sin ustedes...-le aclaró el Ravenclaw.

-El plan es sencillo, llegar y golpear a todos los que estén cerca de Steve-sentenció el castaño

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-El plan es sencillo, llegar y golpear a todos los que estén cerca de Steve-sentenció el castaño.

-Que sencilla forma de aclarar que no hay ningún plan-se quejó Clint mientras seguía al Ravenclaw.

-Shhh-le susurró Thor.

-¿Qué pasa musculitos?-gruño el tejón.

-Escucha-le exigió Tony a lo que los tres guardaron absoluto silencio y el lumus que los iluminaba fue atenuado lo más posible; entonces pudieron escuchar los pasos y los murmullos, por lo que con velocidad terminaron los pocos metros que sin saberlo les separaban de la salida de ese largo y tenebroso túnel, aunque con la precaución de no abrir la puerta y en su lugar detenerse a escuchar con las orejas pegadas a la madera que bloqueaba el acceso.

-... Quien diría que al final yo iba a vivir más que tú, Capitán...-se escuchó una voz gruesa, grave con marcado acento.

Ante la mención de la palabra capitán los tres amigos se hicieron una señal con las manos, donde se confirmaban los unos a los otros, después Tony volvió a hacer gestos diciéndoles que esperaran. Y así hicieron hasta que dejaron de escuchar pasos sobre de ellos y justo cuando iban a abrir la portezuela que les abriría paso al exterior una mano tomo a Clint por la espalda haciéndolo pegar un brinco y un grito que de no ser por la mano que le colocaron con desmesurada rapidez sobre su boca, habría delatado su posición.

-¡Que maldito susto me has metido Natasha!-pronunció el tejón todo lo alto que la situación le permitía, pero dejando bien en claro lo molesto que estaba.

-Lo siento... evidentemente-gruñó la chica mirando mal al Ravenclaw-no tuvimos más opción que alcanzarlos y me alegra llegar a tiempo, al parecer esto será un poco más complicado de lo que parece, y es evidente que necesitarán nuestra ayuda ya que por lo menos alcance a distinguir a no menos de siete personas allá arriba-sentenció de forma calculadora.

-Bien el plan se...-las palabras de Tony fueron interrumpidas por un desgarrador grito que le helo la sangre a todos menos a él, pues de inmediato reconoció la voz de la persona que aullaba su dolor y sin esperar a nadie más, en un completo arrebato, abrió la portezuela importándole poco y nada que pudieran ser descubiertos, para salir corriendo en busca del origen de los gritos que impregnaban el ambiente de forma terrorífica.

No espero a ver o escuchar si los demás le seguían, solo corrió como si su alma dependiera de ello, tenía que encontrarlo, debía encontrarlo, NECESITABA encontrarlo se decía así mismo hasta que se topó con dos magos, las capuchas de sus túnicas le impedían saber a quienes se enfrentaba pero eso le importaba poco y nada, sin esperar nada lanzó un hechizo aturdidor que los lanzo algunos metros lejos e hizo estallar la puerta que aquellos custodiaban y de dónde venían los aullidos de dolor.

-Her Stark... no esperaba que estuviera aquí tan pronto-sentenció un hombre alto, imponente aunque sus años le estaban pasando factura, su piel totalmente roja por un sinfín de quemaduras, su piel y músculos faciales totalmente pegados a sus huesos a modo que literalmente uno podía perfilar su cráneo, de ahí su espeluznante apodo-aunque haciendo honor a la verdad, esperaba a Stark padre-se mofó.

Tony Stark lo había encontrado: Johannes Schmidt mejor conocido como Red Skull y en el medio de un círculo mágico que estaba activo, Steve Grant Rogers sufriendo un dolor evidentemente indescriptible gracias a lo que fuera que le estaba haciendo aquel circulo-aunque mucho me temo que ha llegado ligeramente tarde-alardeo sin risa de por medio.

-Aléjate de Steve, Red Skull-gruño el menor apuntando con su varita.

-Es impresionante, vuestro padre estuvo cerca hace años pero usted, usted estuvo más que cerca, es evidente que las generaciones comienzan a superar a los viejos-continuaba hablando a pesar de que Tony le apuntaba, como si estuviera seguro que de ninguna forma el castaño se atrevería a lanzarle ningún hechizo.

-¡Expelliarmus!-gritaron a la espalda del más joven haciendo que su varita terminara en manos de un joven de cabeza anormalmente grande.

-No puede ser...-susurró Stark al verlo-¿Modok? ¿Qué te han hecho?...-

-Perfeccionarme Stark, eso han hecho-se burló el joven a quien se le saltaban las venas de la cabeza de forma espeluznantemente grotesca.

-Ustedes los Stark son hombres con una visión limitada, no son capaces de ver el total enfoque del todo-sonrió Red Skull con sorna al entrar en el círculo mágico junto con el rubio que no había dejado de gritar de dolor durante todo el intercambio de palabras.

Aquello fue aterrador, pues el grito del hombre de rostro marcado dejaba ver no solo el dolor sino también satisfacción lo cual hacia todo absolutamente perturbador y fue por ello que en algún punto el joven Ravenclaw pudo percatarse perfectamente que la voz del joven rubio cambiaba ligeramente su tono.

Algo había pasado después de todo eso, pues cuando el círculo mágico alcanzó un cierto punto de brillo, tanto que tuvo que cerrar sus ojos, y cuando llegó el momento en que dejó de brillar, solo lo hizo todo más horrible... Skull estaba tirado en el piso y el rubio hacía por levantarse con dificultades.

-Modok, debes de sentirte halagado, mi estimado aliado, tus cálculos fueron perfectos-habló el rubio.

La risa de Modok fue todo lo que necesito para entender lo sucedido y una lágrima de furia atinó a ser su propia respuesta a la atrocidad que estaba presenciando.

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