Todo es una masacre.
Bueno... una masacre de caminantes.
—¡Voy por Ally!—grita Luke mientras intenta abrirse paso entre los infectados. Yo por otro lado, estoy rodeada de ellos, intento esquivarlos, pero es más dificil de lo que parece. No es fácil, amigos míos. Es una gigante horda, y no creo poder salir viva de aquí.
—¿Naty? ¿Ross?—pregunto en un grito, intentando hacerme oír entre gemidos y disparos. ¿Donde están? Le clavo el hacha que tengo a un caminante, justo en la frente. Cae sobre mi, yo temblando, intento quitármelo de encima. Cuando lo logro, paso más sangre sobre mi ropa y mi rostro, para que ya no me noten. Afortunadamente, funciona, y avanzo con el miedo revolviéndome por completo. Decido quedarme en silencio y no llamar a nadie, o los caminantes podrían darse cuenta de ello.
Alguien me toma de los hombros y tapando mi boca. Pensando que es un caminante, intento soltarme para clavarle el hacha. Logro detenerme justo a tiempo para ver quién es... Solo es Rebecca. Suspiro de alivio.
—Mierda... gracias a Dios estás bien.
—No puedo encontrar a nadie—replico.
—Lo se, ¿que hacemos?—pregunta—. Luke estaba conmigo, pero...
—No podemos quedarnos aquí, Rebecca. Debemos seguir moviéndonos—ella mira a los caminantes, sin expresión en su rostro. Yo la imito, notando que siguen avanzando hacia ese refugio. Afortunadamente, no nos notan.
—Podemos lograrlo si permanecemos juntas... Me alegro de que sigas con vida—dice. Pensar que hace un par de semanas, no nos caíamos nada bien. Mirenos ahora—. Podremos cuidarnos la una a la otra.
—Va a estar todo bien, lo vamos a lograr—digo. Ella asiente, murmurando un "está bien".
—Necesitamos un camino despejado hacia los árboles. Tal vez se estén dispersando en alguna parte. ¿Ves algún camino?—pregunta. Yo respondo observando los árboles que se encuentran a diez escasos metros de nosotras. Tengo que encontrar un camino, rápido. Señalo un camino, y comenzamos a avanzar. Pero los caminantes parecen darse cuenta de algo, por lo que retrocedo velozmente, chocándome con algo.
—Jane, ¡estás aquí!—digo con una sonrisa.
—Si, si, si. Ya, relájate—replica ella—. Tienen que caminar, LENTAMENTE. Y estarán bien—dice avanzando cuidadosamente. Rebecca, nerviosa, le dice que tiene que ayudarnos—. No podemos agruparnos así, es mejor si nos separamos. Ustedes dos estarán bien.
—No, tu no lo entiendes, tienes que ayudarnos—repite Rebecca—. No puedo correr con el bebé... yo... por mi cuenta...
—He dicho que caminen lentamente. Si corren, estarán muertas—repite Jane, impaciente. Camina hacia delante, pero luego para, se da media vuelta, y vuelve junto a nosotras—. Tendremos que abrirnos paso a traves de ese grupo de caminantes.
—Hay demasiados...—susurro.
—Haremos un atrapa-vacas.
—¿Un que?
—Ya lo verás—responde Jane. Observa a los montones de caminantes, y señala a una de ellos—. Esa, se ve lo suficientemente ligera como para llevarlo. No voy a atacarla de frente, necesito que llames su atención—me mira. Suspiro profundamente. Camino hacia el caminante, toco su espalda. Eso hace que inmediatamente se de la vuelta, haciendo que se dirija a pasos lentos y torpes hacia mi. Jane la toma de atrás, cortándole la mandibula y le susurra—: No vas a morder a nadie más ahora, ¿verdad? Siganme—nos dice aún agarrando al caminante. Comenzamos a avanzar—. Mantenganse cerca. Si se quedan atrás, no podré regresar por ustedes.