Capítulo 14: En peligro

1.2K 72 4
                                    

Casi corriendo nos dirigimos hacía afuera. Llegamos justo cuando Walter ya sostenía a Nick del cuello de su camiseta, y su cara estaba surcada por las saladas e interminables lagrimas. Sin embargo, no fue capaz de hacerle daño alguno, pues solo era un adolescente.

—¿Walter?—le pregunté, él me miró y soltó a Nick dejandolo caer al suelo. Luke lo ayudó a levantarse, y lo llevó nuevamente hacía adentro. Me acerqué al hombre, y pude notar que estaba muy lastimado emocionalmente. Al parecer, Matthew fue un gran amigo para él.

—Debí saberlo desde antes. Yo oí hablar a ese muchacho algo sobre haberle disparado a alguien, joder. No se como pude ser tan imbecil y no haberme dado cuenta antes, soy un estupido, completamente estupido.—se lamentó. Y eso me dio pena. Luego, me preguntó—: ¿es... Nick un buen hombre?

—Nick es un muy buen tipo, me salvó un par de veces de la muerte. Es tan buena persona como Nati, así que imaginate. Solo fue un momento de debilidad, él no quiso hacerlo, estaba fuera de si.—respondí rápidamente, intentando salvarle el pellejo a Nick.

—Él siempre se iba solo.—comentó refiriéndose a Matthew.—le dijje que algo malo podría pasar. Pero no quiso escucharme, no quiso escuchar. No, Matt siempre creía que era el más listo. ¿Acaso sabes el daño que me han provocado?—preguntó.

—Él no quería, no se dio cuenta de sus actos, Walter...—él se tapó la cara con las manos. En ese momento, un fuerte frío comenzaba a aparecerse, cosa que hacía que las aspas del molino de energia eolica se movieran tan rápido que parecía que iban a salirse. En ese momento, atraídos por el ruido que se producía, salieron del centro de esquí, Nati, Ross, Max, Carlos, Luke, Nick y Sarita.

—¡Walter! ¿Que carajos está pasando?—preguntó mi rubia amiga. Pero, como el hombre no contestó, miró al molino de energia eolica y agregó—: esto se esta saliendo de control. Ese ruido va a atraer caminantes. Tenemos que apagarlo.—se dio vuelta mirando a los demás, y como nadie se movía, gritó—: ¡Ahora!

—Nick, ayudame a cargar las armas, las necesitaremos.—ordenó Carlos. Ellos dos entraron de vuelta al centro de esquí. Al volver, nos pasaron una a cada uno. Nick me tendió un revólver y yo lo tomé. 

—Esa cosa es como una maldita campana de cena.—exclamó Nati con una escopeta en manos y comenzó a correr hacía el molino de energia eolica, seguida de todos nosotros, quiénes haríamos lo imposible por defendernos cuando llegaran los caminantes. Al llegar, Nati abrió una pequeña puerta que contenía muchos fusibles, algunos botones y cables. Pero, un estruendo nos interrumpió.—¿que carajos fue eso?—preguntó. Las luces del centro de esquí se apagaron de repente.

—Me cago en la leche, tenemos que encenderlo de vuelta. ¿Donde está el puto generador de energía?—preguntó Luke. Nati comenzó a correr hacía un lugar lejano, por lo que la perdí de vista. Luke la siguió, no sin antes gritarnos—: ustedes apaguen esa mierda.

—¿Alguien sabe como apagar eso?—preguntó Max, mirando el interior. Parecía algo muy complicado. Sin embargo, me animé.

—Yo lo haré.—todos me miraron algo inseguros. Seguramente no me creían capaz de hacer algo así, razón por la cual me ofendí un poco, pero no dejé que se notara.

—Bien, nosotros te cubriremos. Nick, busca en los arboles conmigo.—ordenó Ross. Todos me dejaron sola, para vigilar. Podría hacerlo si tuviera algo de luz, pues no se veía un carajo. En ese momento, recordé que conservaba un pequeño encendedor en mi bolsillo. Por lo que lo tomé y con eso logré iluminar un poco el interior de esa estúpida y ruidosa maquina. 

Solamente, toqué un par de botones, bajé un par de interruptores, y listo. No era tan complicado como parecía. Enseguida el molino dejó de mover sus ruidosas aspas, y todos me miraron impresionados y con una sonrisa en el rostro.

—Algo no va bien.—comentó Nick pasados unos cuantos segundos.

—Si.—lo apoyó Max. 

Todos miramos a nuestro alrededor. Saliendo de entre los innumerables arboles, se encontraban numerosos caminantes. Sus gemidos podían escucharse a millas, eran muchos. Sin embargo, creía que entre todos, podríamos controlarlos de alguna u otra manera. Lentamente se dirigían a nosotros, y yo ya comenzaba a preparar mi pistola. Al igual que los demás.

—Bien, ya saben como es la cosa, a la cabeza. Mataremos a cuantos podamos, aunque el ruido quizá atraiga a otros.—dijo Carlos, recargando su arma con muchas balas.—no tenemos mucha munición, asi que utilicemosla bien.

—Tenemos que volver al refugio.—replicaron Sarita y Walter al mismo tiempo.

—Nos tienen rodeados. —exclamé yo, al darme cuenta de que también estaban detrás de nosotros. Sin perder tiempo, todos comenzaron a disparar a aquellos inmundos caminantes. 

Y yo no iba a quedarme atrás, a medida que disparaba a ellos, iba avanzando poco a poco. Pero, eran demasiados, y sabía que no lograríamos llegar todos vivos al refugio. Tenía ese presentimiento, y cuando lo tenía, nada bueno pasaba, sino todo lo contrario. Alguien moría.

A los pocos minutos escuché unos gritos de mujer. Era Sarita, había sido mordida por uno de ellos en el cuello. Negué con la cabeza, y Max le disparó, seguramente para que no sufriera más. Aunque, si no me concentraba, sería yo a quien tendrían que disparar los demás.

Me escondí detrás de una gran roca, y al pararme nuevamente, noté que muchos caminantes, aproximadamente diez, se acercaban con sus tipicos pasos lentos y torpes, a mi. Así que me armé de valor, y con las balas empecé a disparar. Poco a poco iba acabando con ellos. 

Hasta que intenté disparar una vez más, y vi que ya no tenía munición. Ni una sola puta bala me quedaba. Y todavía quedaban tres caminantes que se dirigían a mi, deseosos por devorarme. Cuando estuvieron a punto de hacerlo, se escucharon cuatro disparos, y ellos cayeron al suelo, completamente muertos. 

Era Ross quien me había salvado. Y me gritó:

—¡Corre! Vamos, vuelve al refugio.—decidí hacerle caso a sus palabras, cuando comenzó a correr él.—no se detengan, corran hacía la posada.—gritó esta vez. Todos comenzaron a correr, llegando y entrando al lugar. Todos menos yo. 

Me había retrasado por un caminante que se me acercaba. Fue cuando vi una escopeta en el suelo, y rápidamente la tomé. Nunca había manejado una, pues siempre me decían que era más seguro usar un revólver. Pero no me importaba. Lo unico que me importaba era sobrevivir. Le disparé, y corrí hacía el centro de esquí.

Pero, Nick se había quedado afuera, siendo atacado por un caminante. No llegaba a morderlo, pues forcejeaban.

Walter lo vio, con un arma en sus manos, no sabía que hacer. Pero, cuando pensé que Nick iba a morir, el hombre disparó y él pudo librarse del agarre de ese caminante. El chico corrió hacía nosotros, y luego de agradecerle a Walter, entró. Cerramos las puertas, y en eso me di cuenta de algo...

¿Donde se encontraban Nati y Luke? 

The Walking Dead: Season TwoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora