Nota:
¡Hola, chicos y chicas! Ok, en éste capítulo, va a narrar nuestra querida y amada Nati, para así demostrar un poco de su romanticismo (aunque sea un asco escribiendolo).
Voten y comenten. Los quiero (tanto como Ross a Nati :')
Punto de vista de Nati.
-Estoy harta de esto-dije a Ross, quién suspiró al oírme. Asintió, demostrando que estaba de acuerdo conmigo.
-Yo también, nena. Yo también.-replicó. Nuestro trabajo era limpiar ventanas. Genial, ¿eh? Y ya teníamos una humillación asegurada.
-Puto Carver, ¿quién se cree que es? Seguro que esto es una estúpida venganza por haberle gritado.-comenté.
-Eso debe de ser, pero no importa el trabajo que tenga, si es contigo.-Ross se sonrojo, y yo también. En serio lo había extrañado durante esos dos años. A él y a Max, y por supuesto a Clementine.
-No entiendo porque tuvo que golpearla. Solo tiene 11 años. No es un animal para disciplinarla.-dije sintiendo la furia recorrerme al recordar ese momento.
-Yo tampoco lo entiendo, ¿porque? Aunque admito que con su madurez, no parece solo una niña, parece más adulto que yo. ¿Recuerdas cuándo teníamos once, y una vez te lancé a tu piscina?-me preguntó. Sonreí al recordar eso.
-Si... y yo me hice la ahogada para engañarte.-agregué.
-No sabes el paro cardíaco que me dio cuándo pensé eso. Fui a buscarte, incluso intenté practicar el RCP.-dijo.
-Si... pero al final te enojaste conmigo.-conté frunciendo el entrecejo, aunque con una sonrisa divertida.
-Te lo merecías: me asustaste, casi me muero.-confesó sonrojandose. Por dios, cada vez que se sonroja parece un tomatito, es muy tierno.
-Eres demasiado tierno, más que un conejito.-comenté sonriendo enternecida.
-¿Me llamaste conejo?-quiso saber alzando una ceja. Me encogí de hombros.
-Si. ¿Que vas a hacer al respecto?-pregunté. Él lo pensó unos segundos, y luego me besó. Hermosamente hermoso, tierno y romántico me salió el Lynch. Al separarnos, me miró a los ojos.
-¿Quieres... ser mi novia?-me preguntó. Y yo casi muero de un ataque al corazón.
-Podríamos intentarlo.-contesté con una sonrisa. Volvió a besarme, y después continuó con su trabajo de limpiar las ventanas. Detrás de ellas, había como una especie de barrera, y detrás de ella, se escuchaban los gemidos de los caminantes. Y no parecían ser pocos.
-Oye, novia. Tenemos que pensar una manera de escapar de aquí.
-Bueno, novio. Tienes razón. -iba a decir algo más, pero en ese momento, Clementine llegó corriendo agitadamente a mi lado.-¿que pasa, pequeña?-Ross, al verla, dejó su tarea de limpiavidrios, y la miró con preocupación.
-Carver... mató a Reggie.-me contó con los ojos bien abiertos.
-Mierda. ¿Como? ¿Que fue lo que pasó?-preguntó Ross. Pero, yo no estaba sorprendida, desde que ese hijo de puta mató a Walter y a Max, sabía que era un puto psicópata.
-Estábamos Ally, Reggie y yo en el invernadero tres, cortando ramas muertas de las plantas. Yo seguía en shock, por... ya saben-señaló su mejilla-y no podía hacer bien mi trabajo. Entonces, Carver entró, vio que no había hecho mi trabajo, y le recriminó eso a Reggie. Dije que había sido mi culpa, y que él no tenía nada que ver con eso. Carver nos indicó a Ally y a mi que salieramos. Antes de que ella lograra preguntarme si estaba bien, Carver sacó a los empujones a Reggie.
-¿Y entonces?-pregunté.
-Entonces, como nos encontrábamos en una azotea, Carver empujó a Reggie por ella. -finalizó.
-A la jodida mierda. Alejate de él, no te acerques. Podría lastimarte-agregó Ross preocupado. Ella alzó una ceja, y señaló nuevamente su mejilla.
-Ya me han lastimado demasiado. Así que no te preocupes por eso.-yo iba a contestar algo, pero los caminantes lograron traspasar la barrera, y por consiguiente rompieron la ventana, entrando en el lugar.
-Oh vamos, ¿no puedo tener un puto día en paz?-dije molesta y tomando un martillo que había en el suelo. Rápidamente, aunque con cuidado y precisión, fui matando a los caminantes más cercanos.
De un momento a otro, noté que la pequeña había sido acorralada por uno, quién estaba sobre ella. Forcejeaban, el infectado iba ganando la batalla, y fue cuando intervine, atravesando su cabeza con el martillo.
Entonces, llegó Troy. Demasiado tarde, pensé. Con una escopeta en manos.
-No jodan, los dejo haciendo una jodida tarea, y no pueden ni con eso. -nos dijo a Ross y a mi. Rodé los ojos.
-Oh vamos, amigo. Los caminantes traspasaron solos la barrera, no los dejamos pasar nosotros. Así que no jodas.-replicó Ross. Troy gruñó.
-Tu, niña, ve adentro. Seguramente tienen una jodida tarea para que realices.-ordenó Troy a Clementine. Ella se dio la vuelta, y se fue por donde había venido.
-Oye, no le hables así. No tienes derecho.-comenté entrecerrando los ojos peligrosamente.
-Amiga, digamos que tu no puedes decir nada. Yo tengo estoy armado y tu no, yo tengo una escopeta y tu no, yo puedo matarte y tu no a mi, yo puedo apretar el gatillo y fugazmente morirías, yo podría dejarte ahí afuera a merced de los caminantes.-replicó.-ahora, sigan con su puta tarea.-y se fue.
-Estúpido tipo.-dije por lo bajo. Ross pasó uno de sus brazos por mis hombros.
-Ya, tranquila. Pronto nos iremos de aquí. -aseguró en mi oído. Asentí, aunque eso no era lo que me preocupaba.
Sabía que saldríamos de ahí, lo que realmente me preocupaba, era si saldríamos todos con vida.