Caecus amor (Malec)

33. Un cielo soñado

Su piel suave y cálida envolviendo la de Magnus hizo que sus pestañas aletearan. Tal vez había sido poco más de una semana desde su primer encuentro, pero Magnus ya lo reconocía, era él: Alec Lightwood.

Su voz era ronca, apenas un susurro mientras sus ojos todavía luchaban por abrirse: -¿Alexander?

-Estoy aquí. Estoy aquí, Magnus. Lo siento...

Magnus todavía tarda en abrir los ojos, pero siente y escucha cuando Alec se acerca más a él. Una de sus manos sigue atrapada entre las suyas, la otra aunque temblando se mueve hasta enredarse en aquellos suaves cabellos oscuros. Se aclara la garganta antes de intentarlo de nuevo: -Alexander.

Hay un sollozo antes de que Alexander se rinda y se lance a abrazar a Magnus. -Lo s-siento, Magnus, y-yo... -su rostro entre el cuello y el hombro del brujo.

-Oye -a Magnus le cuesta, pero logra liberar su mano del fuerte agarre de Alec, lleva ambas al cuerpo de aquel cazador de sombras tan especial que justo ahora se estremece entre sollozos-. Está bien, Alexander. Estoy bien.

Poco a poco, Magnus vuelve a sentir todo su cuerpo, incluso ahí donde todavía punza un poco su abdomen hace poco curado. Sus ojos se abren, y aunque todavía le cuesta enfocar, se encuentra con aquel hermoso rostro, ahora la piel enrojecida y manchada por las lágrimas, los intensos ojos azules irritados siguen siendo tan bellos.

El cuerpo de Alec está sobre el suyo y Magnus quiere pedirle que no llore, asegurarle que no fue su culpa, fue un accidente, y además él está bien, pero cuando las manos de Alec entran en contacto con él, el recuerdo se dispara:

<<Alec sobre él -casi como ahora-, sus intensos ojos azules fijos en el rostro de Magnus, el rostro enrojecido -no por la misma razón de este momento-, los labios hinchados se curvan en una sonrisa y Magnus le sonríe de vuelta antes de que Alec se incline hacia él y lo bese.

Los ojos de Magnus se cierran mientras se pierde en el beso y, como en cada sueño, antes de la oscuridad, lo último que ve es el azul de esa mirada...>>

-¿Magnus? -Alec suena preocupado, como si no fuera la primera vez que lo llama y no obtiene respuesta.

Magnus abre los ojos que no había notado cerrar y se encuentra con los de Alec muy abiertos, el mismo azul que en sus sueños y se pregunta si el cielo de aquel beso también es real.

-Estoy bien -suena agitado, como si hubiera estado corriendo.

Pero Alec niega. -Fue mi culpa, Magnus -intenta alejarse.

Magnus deja de sentir las manos del cazador sobre él, pero las suyas son rápidas, una en un costado de Alec, y la otra se desliza por su hombro hasta su nuca, impidiéndole alejarse más. -Escúchame, Alexander, fue un accidente. Estoy bien. Tú lo hiciste bien, más que bien, así que deja de culparte y disculparte. Y ni se te ocurra pensar siquiera en dejar de usar el arco...

Alec gruñe suavemente. Su lengua humedece sus labios de repente secos, las palabras "Por supuesto nunca voy a volver a disparar una flecha, no después de herirte" listas, mueren cuando inesperadamente la mano de Magnus ejerce más presión y lo baja sobre él.

Siente sus ojos abrirse un poco más, justo antes de que sus labios se toquen, y su cuerpo se afloja hasta que siente que se está derritiendo y fundiéndose con Magnus. Aquellos labios suaves frotan los suyos y hay dos suspiros antes de que Alec se rinda, sus ojos se cierran y disfruta de su primer beso. Uno real, no accidental.

Sus ojos se llenan de lágrimas tras sus párpados y él de verdad, de verdad no pensó que pudiera llorarse de felicidad.

¿Quién era en realidad Magnus Bane para salvarlo de un modo inesperado pero mejor de lo que buscaba?

CONTINUARÁ...

Beso malec 😭❤ ¿lo esperaban? ¿les ha gustado? ¿qué creen que pase ahora?

Maratón esta semana aquí y en Encanto felino 🙌