Entre Lycans: Lazos de oscuridad [Completa✔️]

Capítulo #16 °Parte 1°

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°Isaac°

-¡Hazlo!

-¡No puedo! - ¿Como podía pedirle que hiciera algo así? ¿Cómo podía matar a uno de sus mejores amigos?

-¡No se puede! ¡Es que no! - grito frustrado apuntando al libro con la congestión desesperada marcada en el rostro. Estúpido y fantástico escritor, me tienes al borde con esta saga. - . Por favor, por favor, no mates a este personaje.

Desde las sensaciones ya alteradas gracias a la historia en mis manos, otra más puedo asegurar que ya se encuentra quebrando nuevamente la barrera de conexión en nuestro ser.

Suelto un suspiro ciertamente frustrado.

-Lobo interior queriendo dormir ¡Gracias!

Mis labios se torcieron en una mueca molesta. Tenía que ser de jodida voz fuerte.

-¡Tú- no - te- metas! - exclamé cada palabra con toda emoción del libro plasmada en mi cuerpo. Tiré de mi cabello. - Momento de lectura. Silencio.

-Pero si tu eres el que no para de gritar a un libro. - habla con extrañeza y cierta burla.

Aprieto mi mandíbula mientras ruedo los ojos en un gesto insoportable, tratando de tomar algo de aire fresco que el jardín trasero de mi hogar me permite disfrutar.

-Realmente no creo que comprendas Owen, en serio vete. - la molestia resaltó en mi. - Dejame leer en paz por una vez.

No quiero que arruine una de las pocas cosas que aún disfruto hacer.

-¿Y quien demonios te entiende? - escupió con un poco de veneno en segundas intenciones que identifiqué. - Si me permites, lamento nuevamente ser un estorbo en nuestra existencia.

La mueca de disgusto en mi rostro flaquea al escucharle, la tensión en mi mandíbula desciende mientras maldigo por lo bajo. Antes de pronunciar su nombre con el arrepentimiento oprimiendo mi estomago, él levanta la barrera de conexión entre nosotros enviando un tirón de dolor a mi nuca.

-Demonios. - maldigo  llevando la palma directo a los cortos cabellos que cubren la zona donde presencié el dolor.

Lobo insoportable, siempre Owen tiene que ser tan... "¿Owen?"

Suelto un suspiro luego de llenar mis pulmones de dulce oxigeno. Las yemas de mis dedos rozaron la textura del papel buscando el dialogo en que iba. Necesito terminar este libro hoy cueste lo que cueste.

-Isaac.

¡Oh, vamos! Voltee sobre el asiento para ver la figura de papá en el marco de la puerta deslizante, se le veía algo consternado y ciertamente tenso, pese a esto su rostro se contraía  serio.