Entre Lycans: Lazos de oscuridad [Completa✔️]

Capítulo #37

(Atención. Contenido +18)

°Mandy°

-Oye, tienes que respirar. Eso, sigue así, inhala profundo.

La bolsa de papel se arruga en mis manos al obedecer en medio de mi pequeño ataque de nervios. Gwen eleva su pulgar con una sonrisa orgullosa.

Pero nuevamente lo recuerdo.

Voy a ser la futura luna de mi manada.

La bolsa de aire regresa a inflarse agitada, una y otra vez. La expresión de mi amiga se deshizo decepcionada.

-Bueno. Fueron diez segundos más esta vez.-alentó Evan.

Ella rueda los ojos, expresando un muy obvio sarcasmo "Gracias por resaltarlo".

Siento que vuelvo a recuperar el ritmo en mis pulmones más calmada. Mientras que todo allá arriba en mi cabeza era un desastre.

No había mucho que asimilar. Creo que ya era bastante obvio desde ese momento que la Beta gritó frente a todo testigo existente de Moon Warrios que Isaac fue seleccionado como nuevo Alfa.

No, no era complicado cruzar los cabos de que posición se agregaba automáticamente en mi con eso.

Oh, dioses. ¿Por qué el destino es así conmigo? A penas y sé cuidarme yo misma para no morir una vez por semana.

Veo a la distancia como mi par favorito discuten calurosamente entre ellos mientras la recepcionista al otro lado en su computadora intenta tranquilizarlos.

Ni siquiera sé cuál era la millonésima razón por la que estaban peleando ahora.

Básicamente ellos mismos se condenaron.

Pues solo le pedí a Evan que me acompañara al centro de recuperación para visitar a cierto humano que por igual debía estar recuperándose de ciertos ciertos traumas, mayores que los míos quizá. O no lo sé.
Y Gwen técnicamente apareció en el momento preciso con la excusa de saber el chisme completo. Oh, y también consolarme, que tierna.

Mientras ellos intentan solicitar mi permiso para ver a Dugan. Pienso en todo lo ocurrido, otra vez.

No he visto a Isaac desde ese día de su selección. Cuatro días que se me han hecho eternos.

A veces puedo sentir su desastre de emociones palpitar de alguna manera inexplicable por la marca en mi hombro.
Es una marea descontrolada.

No quiero imaginar como la debe estar pasando él.

Cuando finalmente veo a mis amigos llegar a un acuerdo de paz con ellos mismos y con la recepcionista.
Me lanzan luz verde y el número de habitación donde se encuentra Dugan.

No tardo mucho en dar con ella, y con eso; su imagen ahora mejor recuperada sobre la camilla.

Aún me sorprende que haya sobrevivido a aquel ataque tan crítico que le lanzó mi padre.