•○PROLOGO○•

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Con que así se siente caer en una maldita crisis existencial. Fantástico.

Los pasos de mi caminar eran fuertes como el burbujeante caldero de enfado en mi interior. Sentía la presión de mis dedos quemar con fiereza las correas de la pequeña mochila, golpeando una y otra vez en mi espalda por cada zancada. Todo esto mientras hacía un esfuerzo máximo por no sofocarme a mitad del bosque.

¿Cómo pudieron ocultarme algo como esto?

Me detuve en el instante en que llegué al pequeño claro donde solía despejar mi mente, con la urgente necesidad de eliminar una tonelada de esta.

Arrojé la mochila al suelo; las manos me temblaban.

—Tranquila, no entres en pánico. Solo respira. — busqué la manera de apaciguarme a mí misma, sin percatarme que había empezado a caminar frenéticamente de un lado a otro sin sentido.  — ¿A quién quiero engañar? ¡Tienen que estar bromeando!

Lancé una patada a mi mochila en plena frustración.

—¡Oh, cariño, tenemos un tema de suma importancia el cual hablar contigo! — imité con cólera las palabras de mamá. —Creo saber perfectamente que este no es un tema que se tome a la liviana. — mis pulmones se ampliaban inestables, recordando a detalle sus expresiones.  —Enterarse así de golpe que mi familia me ha mentido durante años no es algo que se deba tomar a la ligera.

No era suficiente. Todavía podía sentir el ahogo emocional quemarme internamente.

Me desplomé en el suelo derrotada, buscando una escapatoria en el cielo a través de las copas de los árboles. Una imagen pacífica pensarán, sencilla para atraer buenos recuerdos, por desgracia ese no era mi caso.

La escena de su verdadera naturaleza quebrandose a escasos metros de mis ojos invadió nuevamente mi cabeza con el mismo impacto de un trueno.

Lobos. Unos jodidos lobos.

Llevo desesperada los dedos entre las hebras de mi cabello y tiro bruscamente en un intento de apartar la imagen aterradora tatuada en mis pupilas.

—¿Qué sigue, universo? —pregunté sin objetivo. — ¿¡Acaso ahora también existen los putos unicornios y mi vecino es uno de ellos!?

Mi paciencia finalmente se quebró y solté un grito furioso que no sabía que tenía retenido en la garganta. Grité tan fuerte hasta que esta me escoció y varias aves desde las copas abrieron vuelo.

Cuando todo volvió a quedar en silencio, fue el momento en que mi memoria decidió traicionarme. Me ahogué en medio de los múltiples recuerdos. Tantos momentos donde me sentí fuera de lugar entre los chicos de la escuela, emociones desafiantes, sentires inexplicables. Una jaula atrapada contra la mentira que tanto se empeñaron en mantener.

Mi vida... Su confianza. ¿Acaso realmente todo ha sido una mentira?

El hilo emocional con el que tanto  tiré acabó por rasgarse, al igual que mi estabilidad.

No lo soporté más. Mis ojos cedieron ante las amargas lágrimas que con tanto dolor picaron desde casa.

Hice el intento de regularizar mi respiración pero los sollozos atorados en mi tráquea enviaron cualquier esfuerzo directo al caño. Solo pude recoger las piernas contra mi pecho para ocultar el rostro entre ellas, suplicando que fuese una pésima pesadilla.

Estaba asustada. Estoy asustada, Me siento tan confundida... Engañada.

—¿Qué he hecho mal? ¿Por qué tuvo que ocurrir? —. Alcé la mirada, percibiendo como las frías lágrimas se deslizaban sin filtro sobre mis mejillas — ¿Qué acaso... no podían confiar en mí?

Porque lo que más me hacía sentir herida no era descubrir la verdad. Sino que se atrevieran a verme a la cara cada día, durante tantos años, mintiendome con descaro.

Dolía...

Mi mente se desconectó del resto después de perderme en algún punto infinito entre los árboles, ignorando la noción del tiempo.  En busca de la dichosa calma que tanto me empeñé en encontrar viniendo hasta aquí luego de salir corriendo de casa. Luchando para no frenar bajo sus gritos y súplicas por volver.

Planté mi atención sobre mis dedos, haciéndome la idea de que entre la carne viva mis uñas surgieran repentinamente garras afiladas.

Temblé.

Mi aspecto exterior sigue aparentando el de una humana. Pero por dentro... ¿En serio? ¿U-una bestia?

De pronto un sonido inusual me arrancó bruscamente de mis pensamientos. Me puse alerta al instante ignorando cualquier otro ruido a mi alrededor. Los nervios lentamente fueron conquistando mis oídos a causa del temor, fue así como lo escuché.

Un aullido.

Me incorporé rápidamente con el miedo aferrándose a mis extremidades. Sufrí un escalofrío en la espalda baja y las cosas solo empeoraron luego de escuchar a lo lejos un par de pasos apresurados aproximándose desde mi espalda. Sentí como el corazón se me empezaba a desbocar, disparando mis nervios hasta tal punto que fui incapaz de moverme.
Otro aullido resonó justo en el momento en el que decidí voltear sobre mi hombro, revelando así en el trayecto la figura de mis padres caminando ansiosos a los lejos, con la preocupación grabada en sus rostros.

Gritaban mi nombre desesperados. Igual de desgarrados a como yo me sentía minutos atrás. Eso provocó que soltase aquel aire retenido en mis pulmones. Lo cual atrajo paulatinamente y contra mis principios el apresurado sentimiento de culpa y resentimiento contra mi pecho.

Recordé una vez más sus palabras.

" que puedes odiarnos justo ahora. Pero solo... queríamos lo mejor para ti, queríamos mantenerte lejos sin saber el daño que eso te causaría. Sabes que te amamos, perdónanos, por haberte fallado"

Automáticamente sentí mi labio temblar por la ola de sentimientos encontrados.

Por más que queme y duela. Por más que intente sentir la rabia y acogerla en un intento por sanarme. Soy incapaz de sentir odio por ellos. No puedo. Por más que me hayan ocultado algo tan delicado como esto... Siguen siendo mis padres. Las únicas dos personas que justo ahora pueden brindarme su apoyo y asegurarme la verdad de aquí en adelante.

Maldigo en voz alta apartando furiosamente las lágrimas con mis muñecas.

Nuevamente el mismo aullido invadió la serenidad del bosque. Fue un escalofrío lo que atravesó mi espalda, uno distinto. De pronto la necesidad de huir fue ausente, y a cambio de eso sentí un fuerte llamado tirar de manera inexplicable desde lo más profundo de mi pecho.

Parecido... A alguna clase de instinto.

Salí de mi trance después de escuchar con más insistencia los llamados de mis padres. Le ofrecí última vez mi atención al bosque antes de desechar aquel extraño tirón atrás para dar media vuelta y correr hacia ellos en su encuentro. El alivio vino al instante que choqué contra su abrazo angustiado. Eso me hizo estallar en lágrimas.

Jamás he sido buena para retenerlas.

La abundante calma que tanto añoré me acogió con la estrechez de su cariño.

Y con ese abrazo... Me vi en la obligación de aceptar sus palabras. Convencerme que aquella dulce mentira fue deformada a una inevitable realidad, una la cual inconscientemente ignoré durante todos estos años.

Tendré que reconocer que siempre ha sido existido, que existen, que ellos forman parte de él.

Y ahora yo también.

Las cosas tomarían un rumbo diferente a partir de ahora. Ese último aullido pudo confirmarlo luego de alejarnos del frío bosque a las afueras de la ciudad.

Y ahora... Supongo que solo me queda alzar la cabeza mientras que doy dar un paso firme hacia adelante. Esperando fielmente no perderme en los planes que me depara el destino.

Sin marcha atrás. Este era el comienzo de mi nueva vida como lycan.

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Versión editada:
11//Octubre//2021

Entre Lycans: Lazos de oscuridad [Completa✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora