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...-Buenos días...Señorita Aitana, iré saliendo. Le espero junto al coche.-dijo Luis llegando al salón, donde la chica compartía un rico desayuno con sus adorados padres.

-Si, emm....a-ahora mismo voy Cepeda-esta intentó disimular tranquilidad ante sus mayores, aunque no con mucho éxito pues el vaso de zumo que tenía en la mano, casi acaba en el suelo.

-Hija, ¿Ocurre algo?, pareces nerviosa e inquieta. Mucho más que de costumbre.-dijo Belén, su preocupada madre.

La chica sonrió haciendo un aspa viento con la mano.

La chica sonrió haciendo un aspa viento con la mano

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-Que va mamá....s-son imaginaciones tuyas. Y-Yo estoy perfectamente bien... como siempre.

Cosme y su esposa se miraron y se encogieron de hombros pues aunque su hija lo negase, si que se veía más contenta y alterada desde hacía unos días, lo que no sabían era que eso lo provocaba cierto atractivo guardaespaldas, encargado de su seguridad.

Cuando la chica su subió al coche, el policía arrancó el coche camino a la Universidad como cada día.

-Ya estamos lejos de casa. Por favor Luis para el coche. Me muero por besarte.

-Debemos tener más cuidado Aitana. Por aquí aún pueden vernos. Espera un poco, aparcaré más adelante.-dijo el chico dando un volantazo hacia el bosque, donde habían parado otras veces.

Unos minutos después, este detuvo el coche, entonces Aitana se sacó el cinto de seguridad y se subió con rapidez a su regazo, de espaldas al volante y comenzando a besarlo con desespero

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Unos minutos después, este detuvo el coche, entonces Aitana se sacó el cinto de seguridad y se subió con rapidez a su regazo, de espaldas al volante y comenzando a besarlo con desespero.

-Te extrañé tanto...odio que no puedas venir a mi habitación en la noche...malditas cámaras-susurraba molesta entre beso y beso.

-Yo también me moría por sentirte pequeña pero las cámaras son necesarias-dijo este sonriendo.

El calor subió entre caricia y caricia y también entre los múltiples y ardientes besos que compartieron, la ropa empezó a estorbar pero tan solo se sacaron lo necesario.

El guardaespaldas echó el asiento hacia atrás para tener más espacio, Aitana que llevaba una falda, se la subió y se desaprovechó la camisa por lo que Cepeda empezó a besar sus desnudos pechos y a acariciar su redondo trasero, mientras su abultado miembro crecía con la fricción de ésta.

Cuando llegó el momento, el policía se desaprovechó el pantalón y sacó su duro miembro, se puso un condón y acto seguido apartó el tanga de Aitana.

La chica se sentó sobre el pene de Luis y empezó a cabalgar sobre este, mientras jadeaba sin control por el placer que sentía.

El guardaespaldas no estaba mejor, pues también se deshacía en gemidos y jadeos mientras sujetaba el trasero de la chica apretandolo con cada descarga que recibía.

-Oh si pequeña.... montame más...Oooh Dios... eres insaciable...vas a volverme loco.-decía mientras le lamía y chupaba los pezones.

-Oh Dios aaah...que gusto...jo me moría de ganas aaah....quería follar contigo-Dijo está mientras seguía saltado sobre su regazo.

Unos minutos después, Aitana se corrió soltando un gran gemido y rápidamente aumentó el ritmo para que Luis también llegase al clímax.

-Oh joder pe-pequeña.....aaah sigue...sigu...me corrroooo....aaah mierda...ooooh joderrrr...-gimió este también al sentir su semen salir de su interior con una fuerza brutal.

Aitana y Cepeda jadeaban fervientemente, mientras se besaban y recuperaban el aliento, esperando abrazados a que sus agitados latidos volviesen a su ritmo normal

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Aitana y Cepeda jadeaban fervientemente, mientras se besaban y recuperaban el aliento, esperando abrazados a que sus agitados latidos volviesen a su ritmo normal.

-Te quiero Luis

-Yo también te quiero mi niña.

Cuando todo terminó, Aitana volvió a su asiento y Cepeda reinició la marcha hacia el campus universitario, donde la primera clase ya había dado comienzo pero a ésta le daba igual pues su amor por su chico, era una prioridad.

A pesar de tener esos momentos maravillosos juntos, el guardaespaldas sentía mucha culpabilidad y miedo pues no sabía cuanto tiempo podrían mantenerlo en secreto.

Tampoco sabía la reacción de Aitana al saber la verdad de su profesión pero lo que más le preocupaba al policía, era que no sabía el tiempo que le quedaba en esa casa y como guardaespaldas de la mujer de su vida.

1. Mi nuevo guardaespaldas (Aiteda)-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora