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Aitana llevaba días muy molesta y no solo con Cepeda sino también con su padre, por lo que éste, cansado de los reproches y las mirada acusadoras de su hija, decidió hablar con ella, ya que empezó a sospechar que no era solo por el engaño en sí, sino que había algo más profundo.

—Cielo... ¿podemos hablar?—preguntó tocando a su puerta.

—Vete papá, quiero estar sola.

El empresario resopló pero no se dio por vencido.

—Cariño, ábreme ... quiero decirte una cosa.

—Díselo a tu amigo el policía cuando regrese de visitar a su esposa secreta.

Cosme se quedó un poco confuso pero entonces cayó.

—Cielo...Cepeda no tiene esposa. Cariño, ¿Estás celosa?, ¿Amas a Luis no es así?.

Tras un breve silencio, el pestillo de la puerta fue abierto y entonces el empresario abrió la puerta encontrándose a su hija aún en la cama.

Tras un breve silencio, el pestillo de la puerta fue abierto y entonces el empresario abrió la puerta encontrándose a su hija aún en la cama

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—Aitana por favor hija, no puedes seguir así. Hoy es domingo y hace un día maravilloso. Tu madre quiere que comamos fuera, ¿Qué tal si eliges tu el restaurante?.

—No tengo ganas papá, iros vosotros.

Cosme entonces se sentó en el borde de la cama y acarició el brazo de su hija.

—Cariño...tu madre y tú sois lo más importante para mí, no sé lo que haría si os pasara algo. Es cierto que Cepeda es un policía y uno increíble, por eso era el mejor candidato para custodiarte. Solo Ricky y yo lo sabíamos, el comisario nos dijo que era mejor no difundirlo.

Entonces Aitana se giró.

—Pero en todos estos meses han pasado muchas cosas y él pudo habérmelo dicho. Yo no se lo hubiera revelado a nadie, creí que confiaba en mí.—dijo ésta rompiendo a llorar de nuevo.

El empresario le secó las lágrimas con su mano y luego tiró de ella para abrazarla.

—Mi vida... todavía eres muy joven y recién experimentas lo que son las relaciones. Ese chico, a pesar de que pueda sentir cosas por ti, está en un servicio. Él hizo un juramento y debe cumplirlo. No podía revelártelo, yo se lo pedí.

La chica miró a su padre e hizo un tierno puchero.

—¿Confías en él?.

—Si, si lo hago. Y por eso sé que él está muy atormentado por tu indiferencia.

La chica chasqueó la lengua.

—Sí, seguro. Por eso está con ella y no conmigo.

—¿Ella?, ¿Quién es ella?.

—Esa tal Graciela, su exnovia... bueno eso creo—dijo ésta tristemente, agachado la cabeza.

—¿Qué pasa con ella?—preguntó su padre apartándole algo de pelo y poniéndoselo tras la oreja, para ver mejor su cara.

—Está embarazada.

—Oh entiendo.

—Papá...ella no sabe de quien es el bebé. Luis estaba muy intranquilo y molesto cuando se enteró pero yo lo animé y le hice ver que debía estar feliz si al final resulta que el niño es suyo.

Cosme miraba a su hija con pena y sin cesar de acariciar su espalda.

—Eso te preocupa.

Aitana asintió.

—Antes no lo hacía, porque él me dijo que ellos ya no estaban juntos, que ya no la amaba. Que aunque el niño resultase ser de él, no regresaría con ella. Pero....

—Pero tienes miedo... ¿no es así?—preguntó su padre.

Aitana asintió.

—Si papá, porque él puede haberme mentido...Así como me ocultó su verdadera identidad, puede haberme ocultado que están juntos y felices esperando su bebé. Quizás ahora se vaya como si nada y yo tan solo haya sido un pasatiempo.

Cosme sonrió.

—Ay... mi niña—la abrazó de nuevo— ¿desde cuando has crecido tanto?. Te escucho hablar y me parece mentira. Ya eres toda una mujer e incluso estás enamorada. Quisiera evitarte el sufrimiento del amor inseguro pero creo que eso le corresponde a la otra parte. Tan solo puedo decirte que tu madre y yo estamos para lo que necesites. Siempre vamos a quererte y a apoyarte en todas tus decisiones.

—Gracias papá. Te quiero.

—Y yo a ti, mi tesoro.

Tras levantarse de la cama el hombre se dirigió a la puerta pero entonces se giró hacia su hija de nuevo.

Tras levantarse de la cama el hombre se dirigió a la puerta pero entonces se giró hacia su hija de nuevo

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— Anda, baja a comer con nosotros. No hagas sufrir más a tu madre. Cuando Cepeda regrese, te explicará todo. Escuchalo... estoy seguro que nada de lo que piensas es verdad. Él es un buen muchacho.

—Si papá...ahora mismo voy.

1. Mi nuevo guardaespaldas (Aiteda)-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora