Aquella cabeza rubia, casi blanca, llevaba toda la mañana llamándole la atención, evitando concentrarse en encontrar la pieza justa para su encargo solicitado a medida.
Ser considerado el Amo de la Fornicación por excelencia, tenía sus beneficios, entre los que se encontraba ser favorecido por parte de la corte y varias casas nobles, otras cuantas, no se lo demostraban en público pero si lo hacían en privado.
Poseer una esclava sexual, educada por él, daba mucho lustre, en ambas direcciones.
-*Traerme aquella de cabellos albinos.
Sus dos hombres miraron en la dirección indicada por su mentón, para después mirarse entre ellos.
-*Perdonarnos señor, no sabemos a qué mujer se refiere.
-*La que esta en estos momentos en el puesto del pescado ¿No la veis?
Ambos hombres miraron en la dirección indicada, para volver a negar con las cabezas.
-*Solo vemos al pescador, y tres ancianas.
-*La del medio es una joven bastante bonita con cabellos casi blancos.
-*Sentimos decirle que nosotros vemos una anciana, señor.
-*Señor quizás este usando uno de esos filtros(**) que están de moda en la corte.
El afirmo con la cabeza pues confiaba plenamente en su vista.
-*Si queréis, aun podemos agarrarla.
-*Seria una tontería, si se agazapa en su disfraz y no quiere salir, no nos serviría de nada.
-*Pero vos podéis romper esa barrera sois poderoso, además que no he conocido mujer que no podáis seducir.
-*Aun así, no cumple los requisitos. Marchaos y atrapar a una ¨casi¨ mujer rubia y a otra morena o castaña que ronde la veintena y este entrada en carnes como nos encargó Sir xxl, cuanto más lejos de casa mejor.
Activo su propio filtro y camino despacio por el mercado, hasta chocarse ''accidentalmente'' con la joven y tirarle la canasta.
Desde cerca, pudo apreciar que, más que bonita, como pensó en un principio, era exótica.
Cabellos claros, casi plateados, nariz clásica, labios carnosos y ojos....violetas.
*-Perdonarme anciana y permitirme que os ayude.
En seguida advirtió, que ella retrocedía un paso.
*-No es necesario gran Amo.
Se hizo evidente que ella también podía ver a través de su filtro.
*-Vaya y yo me pregunto cómo sabéis quien soy.
*-No muchos señores de estas tierras caminan portando ese antifaz en el rostro.
El llevo su mano y lo toco ligeramente. A pesar de todo, le convenía mantener a buen recaudo su verdadera identidad. Estaba convencido que mucha de su parentela, no estaría precisamente contenta si supieran de qué forma se ganaba la vida, entre ellas su madre, a la cual podría darla una segunda apoplejía que no sería capaz de volver a superar.
*-Ciertamente anciana. ¿Puedo llevaros la canasta hasta dónde gustéis? Parece pesada.
Ella pareció pensarlo y movió los ojos hacia arriba y a la izquierda, así que estaba inventando una excusa para deshacerse del, de forma que no se sintiera insultado. Después pasaron a la derecha y abajo, mientras se mordía el labio, decidiendo y finalmente le espeto la verdad.
*-Ciertamente pesa bastante para estos pobres huesos, pero es comida que he estado mendigando para el asilo de viudas, así que no seréis bien recibido.....vos sabéis porque...
Ciertamente lo sabía, pero quería saber si ella lo tenía claro.
*-Realmente no puedo imaginarlo.
*-Se dice que vuestro trabajo es convertir a las mujeres en prostitutas hábiles y comerciar con mujeres libres.
*-Vaya.
*-¿No es así?
Esos ojos violetas le miraron directos, casi pidiendo que lo negara.
*-Podría decirse que si, pero ni todas son libres, ni todas son negocios. Mi labor principal es educar a las mujeres para que a través de un hábil y satisfactorio trabajo, tengan una larga, placentera y provechosa vida.
*-Cobrando por sexo?
*-Veamos, vos sois una anciana, así que supongo que ya habéis tenido un marido o algún encuentro con el mundo carnal, pero miraros aquí, en este momento, viviendo en un albergue para viudas y dedicada a pedir caridad. Quizás si hubieseis pasado por mis enseñanzas, estaríais viviendo en un buen feudo.
La joven oculta por el filtro se sintió insultada, pudo darse cuenta por el cambio de sus ojos y el rubor de su rostro, cogió el canasto con ambas manos y corrió más que camino en dirección al albergue, desapareciendo tras sus protectores muros.
Tomo nota de revisar ese albergue para saber cuántas jóvenes con filtros se escondían tras sus muros.
Acompaño a su madre a la recepción nocturna como lo hacía siempre desde que la mujer había sufrido un ataque que casi la cuesta la vida. Según el doctor iba a quedar paralizada por el resto de sus días, pero aquella anciana, era demasiado tozuda y muy orgullosa como para permitir eso, por lo que con tiempo y trabajo, recupero casi todas sus actitudes. Incluso la de incomodarlo hasta conseguir lo que quería, como esa noche.
*-Quiero que te fijes bien en las nuevas debutantes, no voy a consentir morirme sin que estés casado.
*-Madre no estoy interesado en atarme a ningún florero para que tu mueras feliz, deberás vivir eternamente.
Ella sonreía detrás del abanico para que no advirtiera de que disfrutaba de esas palabras lisonjeras, pero cuando se recomponía volvía al ataque.
*-Si a finales de temporada no te gusta ninguna, escogeré por ti a la que más me guste, si no la amas perfecto, al menos tendré alguien que este a mi lado todos los días y no como tú que me dedicas unas migajas de tu tiempo.
*-Como gustes madre.
*-¿Te casaras con la que yo elija?
*-Mañana mismo te haré llegar un poder para casarnos, porque yo pondré mi persona, pero tu la aguantaras
*-Estupendo y tendrás que acompañarme a alguna fiesta más, tendré que venderte como un caballo ganador.
*-Gracias madre, sé que me aprecias.
Un destello casi plateado, le llamo la atención por el rabillo del ojo, pero no fue lo suficientemente rápido para advertir si solo había sido el reflejo de la plata.
N.A.:(**) Filtro mágico que otorga otra apariencia física.