Capitulo 9

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*-Buenas tardes.

El simplemente movió la cabeza, dando a entender que reconocía su llegada.

Ella volvió a quitarse su chaqueta y dejarla junto su limosnera en el mismo lugar que la tarde anterior

Se sentó en la silla y espero.

*-Bueno Eva, creo que esta será nuestra última lección, debido a las limitaciones impuestas previo contrato, a no ser naturalmente que me autorice a saltarnos la cláusula de su virginidad.

Los ojos femeninos se abrieron entre escandalizados y asustados, para negar con la cabeza.

Él se levantó, extendió la mano que ella acepto y la condujo a la parte superior del edificio, en donde se encontraba la vivienda de la propietaria de la casa, por lo tanto su dormitorio.

*-Eva, intentare proporcionarla todas las sensaciones necesarias para que sepa que sentir y que hacer, que esperar y como ya la dije, si la dan menos de eso, la están estafando.

Dependerá mucho del momento por supuesto, en casi todos los encuentros con un esposo la mujer está en ropa de cama, con un amante es diferente y se suelen desnudar entre ellos, como nuestro caso será el primero la he preparado un camisón, si desea ponérselo mientras yo hago lo propio tras el biombo.

Desde detrás del biombo, pudo escuchar como Eva se afanaba en cambiarse de ropa.

Podría parecer una tontería la falsa modestia del biombo, pero no quería que le viera totalmente en cueros antes de empezar, porque quizás se retraería y para ella, por su bien, necesitaba esa última lección.

Era la imagen de la inocencia, con su cabello casi plateado suelto sobre el camisón blanco.

La ofreció la mano y la acompaño hasta la cama en donde ella se tumbó boca arriba, él la rodeo para llegar al otro lado.

*-Si necesitas algo solo dilo.

Comenzare besándote y llevando las acciones como creo que haría un esposo convencional, quiero que me guíes con todo lo que has aprendido estos días.

La beso en la barbilla y en la comisura de los labios, para después tomarla los labios, ella salió a su encuentro, facilitándole la entrada de su lengua y no se dejó ganar en la batalla de persuasión.

Bajo la boca para besarla por el cuello y ella se dejó para a continuación hacer lo mismo y atreverse a morderlo juguetonamente.

Le retiro un poco poniéndole una mano en el pecho y así se soltó los lazos que cerraban el frontal del camisón, para dejarle ver sus jóvenes senos.

El bajo besándola el cuello hasta llegar a ellos y succionar un pezón, gimió, eso la había gustado, aunque no se lo había mostrado directamente, si habían hablado sobre los besos mojados. Se abrió ella misma el camisón ofreciéndole así espacio para repetir y ampliar la zona.

Sabía que le estaba gustando, los escalofríos se extendían por todo su cuerpo y tenía la respiración muy acelerada.

De nuevo le separo empujándole levemente sobre el colchón, le soltó los lazos del camisón masculino y le acaricio el torso, maravillándose aun de esas formas apretadas y ese negror en sus pezones, los cuales beso como había sido besada y también los mordisqueo levemente. La hacia mucha gracia ver como se esforzaban en reaccionar como sus senos, aunque no pasaban de unos pezones tiesos, aunque tan duros que deberían de doler.

Se quitó el camisón quedándose solo con las bragas, de rodillas encima de la cama, ofreciéndole los senos al tiempo que le sobaba la entrepierna, dándole a entender que estaba preparada.

El sonrió, ella era una osada criatura, desde la seguridad que la daba saberse a salvo por su contrato, lo que no sabía es que aun la aguardaba una sorpresa o dos.

Acepto el desafío, incorporándose sobre ella, presionando con su cuerpo para tenderla de espaldas en la cama.

La beso la delicada piel del abdomen, la lamió el ombligo y la hizo retorcerse, para deshacerse sin que se diera cuenta de su braga, que desecho tirándola fuera del lecho, se colocó cómodamente sobre ella, para poder jugar con su mano en el monte de venus, ella se movía como queriendo huir, hasta que las oleadas de placer la dejaron paralizada.

Le sintió gatear hacia abajo sin poder hacer otra cosa que jadear,  pero cuando sitio la calidez de la lengua, chillo. El puso su mano debajo del ombligo para imposibilitar que se moviera, y sonrió mentalmente al sentirla rendirse.

Sus gemidos fueron subiendo de volumen y de frecuencia, hasta que se liberó en su boca.

Exquisita....

La dio un par de minutos para que recobrada la presencia de ánimo antes de sentarse sobre ella a horcajadas y mostrarle su masculinidad.

Su cara lo confirmo, el dildo de cuero que la había proporcionado, no la había preparado para la realidad.

Pero aun así ella lo agarro con delicadeza y comenzó a acariciarlo según había aprendido.

*-Vamos Eva, atrévase....

Ella levanto la cabeza levemente, saco la lengua y lo lamió de abajo a arriba en un solo movimiento.

No la disgusto ni el sabor, ni el olor pues prosiguió haciéndolo, fue cambiando el trazo de las lamidas, la direcciones y el ancho de su lengua, parecía estar disfrutando de algo realmente rico.

Se dio cuenta de que la parte superior era mucho más receptiva y de que tenía una hendidura, que también quiso investigar. Por lo que la acaricio con la punta de su lengua, al tiempo que acariciaba el tronco y sus testículos con las manos.

*-Eva, suéltame....-Pero ella estaba concentrada en degustarlo...-

Eva¡¡

El se movió raudo alejándose de su boca, encerrando su glande en el puño de la mano, al tiempo que un gruñido gutural salió de su garganta.

Respiro trabajosamente unas cuantas inhalaciones y alcanzo uno de los camisones, en donde se limpió parte de su semilla.

Abrió la mano, delante del rostro femenino y se lo enseño.

*-Eso es lo que conseguirás si haces bien tu parte Eva.

Ella levanto la cabeza y le lamió la mano desde la palma hacia los dedos.

La respiración masculina se agito. Enterró la mano manchada en el camisón nuevamente.

Levanto la pierna dejando el cuerpo femenino libre y camino hasta la puerta.

*-Buena suerte Eva. 

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