Lo cierto era que a pesar de centrarse en el trabajo, llegada esa hora, se le antojaba alistarse, para salir, aunque ya hacia una quincena, que había terminado sus clases a la vestal, la rutina mandaba.
Por lo que hacía unos días, tras acabar sus pedidos, dejo el educatorium en las capaces manos de sus dos ayudantes, los cuales le buscarían, si había algo importante o un nuevo pedido.
Dos golpes en la puerta, le sacaron de la tediosa tarea de comprobar y cotejar los números de las finanzas familiares, las cuales se había ocupado de ir transformando en negocios limpios y legales, aunque todos sabían que su abuelo había fundado su fortuna con contrabando y trata de esclavos.
*-Bien veo que ya estás listo, pero no te demores o llegaremos tarde.
*-Madre ¿Dónde supones que voy?
*-Vamos. ¡Ohhh Thomas¡ ¿Lo olvidaste?
*-Tengo que reconocer que si madre.
*-Ya me pareció el colmo que me hicieras casarte por poderes, al no querer asistir estando en la misma ciudad, pero que no me acompañes a recoger y recibir a tu nueva esposa, me parece seria la gota que lo sobrepasara.
*-¿Qué...que?¡¡¡
*-Por lo dioses Thomas hace una quincena te dije de tus esponsales y me contestaste que no estabas interesado en los tramites que lo hiciera sin más, así que te casaste por poderes hace dos días y hoy era el día señalado para que la joven se mudara con todas sus cosas a tu casa. Quedaste en acompañarme a recogerla.
*-Madre no recuerdo nada de eso.
*-¿Acaso estas acusando a tu madre de mentirosa y conspiradora?
*-Tampoco sería la primera vez madre, pero te aseguro que no lo recuerdo.
*-Te dije lo de tu boda, hace quince días según entrabas de la calle y subías por la escalera y lo de recogerla hace dos días en este mismo despacho.
*-Acaso levante la mirada de los libros madre?
*-Lo cierto es que apenas ni me miraste.
*-Estaba tan concentrado que ni te oí realmente madre.
La mujer enrojeció de enfado.
*-Pues ya está hecho, tú me dirás que hacemos.
*-De momento iremos a recogerla y después veremos cómo solucionamos este lió, afortunadamente los contratos de matrimonio por poderes, no están sellados por el clero y tienen vuelta atrás.
*-Sera un escándalo.
*-Ya lo iremos viendo madre.
En la calle había un carromato rustico, en el cual iban dos palafreneros, que arranco según ellos salían. Sin duda su madre lo había predispuesto así, para que los sirvientes cargaran mientras ellos hacían las presentaciones.
No sabía muy bien que esperar, aunque según el gusto de su madre, le esperaba una rolliza belleza morena. No le desagradaría pero no sería de su total gusto, por lo que rogaba, que fuera una belleza, así cuando rompieran su contrato de esponsales, podría encontrar otro marido complaciente rápidamente.
Tardaron algo más de lo normal, porque era día de mercado y varias calles principales estaban cortadas, hecho este que les hizo pasar cerca de la residencia de viudas.
Añoro de nuevo a su vestal y sintió no tener el bigote que portaba ahora, cuando estuvo entre sus piernas, seguramente albergaría aun su olor.
Cuando el coche paro, el ayudante del cochero bajo el escalón y les abrió la puerta.
El bajo y extendió la mano para ayudar a su madre.
*-Gracias Thomas.
La mujer se impulsó un par de veces sobre las punteras de sus pies, para vislumbrar mejor, donde se encontraba la mujer, que esperaba fuera su nuera, a pesar de las pegas que su hijo la pondría. Cuando la localizo camino hacia ella.
El observo la dirección que tomo su madre y la adelanto con los ojos, lo que vio le hizo ponerse rígido.
Aquel cabello plateado solo podría pertenecer a una persona.
Camino a paso ligero, para llegar junto a las mujeres y no perderse la conversación.
*-Querida, este es mi hijo Thomas. Vuestro esposo.
Querido ella es Maret, tu esposa.
*-Madre,... no es un hombre.
Y dando media vuelta se volvió al carruaje.