Cuando sus ''otros'' empleados le dijeron que la dama de la otra vez lo estaba buscando, casi pierde los estribos.
Qué demonios hacia su pequeña arpía, buscando al amo de la fornicación?
Que quería de él?
Qué clase de experiencia buscaba ahora?
Ciertamente que el cómo profesor, había dejado dos clases sin administrarla.---un orgasmo con penetración y una sodomización, pero se las había impartido como esposo...--, joder si de solo recordarlo se ponía duro, entonces que....?
Que...? maldita sea...
Podría partirlo en dos con sus propias manos si no fuera porque se trataba de él mismo.
*-Mierda.....¡¡Para el coche¡¡
Había divisado al pequeño jinete que montaba casi cada día su caballo y con lo furioso que estaba, le serviría de saco de boxeo.
Se bajó del coche para interponerse en el camino del caballo con toda la intención de detenerlo, pero el jinete solo azuzo más al caballo, el cual cogió velocidad y salto por encima de él, al tiempo que algo temeroso, él se tiro al suelo.
Caballo y jinete fueron directos a las caballerizas, de donde salió el hombre a la carrera hacia la casa.
El viejo palafrenero le ayudo a incorporarse y sacudirse la tierra y el césped del traje.
*-Ese hombre es un temerario, podrían haberse matado ambos.
*-Creo que tiene muy bien estudiado a mi caballo, sabia de sobra que con su envergadura, la velocidad y el tamaño del jinete, podría saltarme sin rozarme.
*-Pues yo le vi tirarse al suelo señor.--comento el palafrenero entre dientes--
El sonrió atravesadamente.
*-Que pudiera hacerlo no quiere decir que el salto estuviera bien ejecutado, un golpe con alguna de las pezuñas de mi animal y estaría en un serio aprieto.
Por el contrario, ahora es el quien lo está. Guarda el coche y manda rodear la casa, que no salga nadie de ella sin mi autorización.
Al entrar, el mayordomo recibió la misma orden.
Subió de dos en dos los escalones para entrar en la alcoba de su esposa, la cual le miraba desde el espejo del tocador, con Rose, tras ella, intentando hacer ver, que la estaba peinando.
*-Oh Thomas¡¡ Creía que ya te habías marchado.
*-Y por eso ha venido él?
Ella intento respirar, miraba arriba y a la izquierda, inventando que decir.
Su lenguaje corporal la traicionaba.
*-No sé a qué te refieres Thomas.
*-Lo he visto entrar Maret. Sé que desde hace tiempo un hombre que monta mi caballo viene a verte en la mañana cuando yo me voy.
*-No es cierto.
*-No mientas, lo he visto yo con mis ojos Maret, nadie me ha venido con el cuento.
*-Thomas habrás de confiar en mi cuando te digo que no hay hombre alguno.
*-Es tu amante Maret?
*-No hay tal...
*-Me haréis revisar toda la casa.
Ella se irguió todo lo que pudo al pasar a su lado.
*-Te reto a que lo encuentres.
Y paso dejándolo allí plantado, mientras Rose recogía el dormitorio de la señora.