Capítulo 6: Llegados los minutos
1 mes más tarde
Las clases ya habían terminado y estamos en verano. La idea de que mi madre fuera a casarse con un completo desconocido para mí se hacía más o menos aceptable en mi cabeza según pasaban los días. Solo quedaban unas horas para el compromiso. Toda mi familia materna habia llegado a la ciudad hacia unos dias para ayudar con los preparativos. Mi abuela, Gloria, no dejaba de seguir a mi madre a todos lados intentando convencerla de que no se casara por segunda vez, pues cometería el mismo error que la primera, en cambio mi abuelo la animaba. Había una lucha continua entre ambos bandos y lo peor es que se hospedaban en nuestra casa.
-¿Acaso crees que vuelves a tener 20 años?. ¿No te das cuenta del ejemplo que le estas dando a tu hija?-decia mi abuela persiguiendo a mi madre, la cual no la hacia ni caso mientras sonreia como una niña.
-Mama, me voy a casar mañana, te guste o no-dijo esta y continuo recogiendo los platos en la cocina mientras mi abuelo suspiraba aburrido.
-Ya veo que te da todo igual, y se nota, no hay mas que ver como va vestida Barbara. Mirala-dijo girandose para mirarme-parece una cucaracha con toda esa ropa negra, y el maquillaje.
-Por si no lo has notado estoy aqui abuela-puntualice para señalar que era algo ofensivo. Mi abuela era de la vieja escuela. Siempre iba vestida como un pimpollo mostrando sus perlas al cuello y sus trajes caros.
-Me da igual-dijo señalandome-Si finalmente tu madre se casa mañana espero que te vistas con algo decente y no esos trapos que llevas como ropa-amenazó, como solia hacer siempre.
-Descuida, mi madre ya se ha encargado de eso, como siempre-me levante de la mesa del comedor y me fuí a mi habitación. Ya era tarde y necesitaba descansar para el agotador día que me esperaba.
-Pequeña-oí la voz de mi abuelo justo cuando me disponía a subir las escaleras.
-Dime abuelo
-No te tomes a mal lo que diga tú abuela, ella es así. Sólo intenta protegeros- le sonreí ampliamente y me dio un beso en la frente de buenas noches. Era un gran hombre.
Cuando llegué a la habitación la ventana estaba abierta. No esperaba menos. Billy estaba sentado en la silla del escritorio esperandome.
-No he podido resistirme-dijo al verme-Será la ultima noche que pueda colarme por esa ventana-sonreí aunque con pena. En cuanto Joe y mi madre volvieran de la luna de miel ambas nos mudariamos a la mansion de Joe, a vivir con el y con Alex(para mi desgracia). A Billy aquella noticia no le había sentado nada bien.
Ovidamos el tema y nos tumbamos para dormir, nos esperaba un cambio muy drastico al día siguiente.
Todo era una locura en casa. No hacia mas que sonar el telefono para consultar los horarios. Yo respondí tres veces, una para la tarta, otra para las flores y otra para el fotografo. El resto las atendio mi abuelo George. En cambio, mi abuela se habia marchado pronto para hacerse la manicura y ahora me esperaba a mi en la peluqueria.
-Recojaselo para que parezca mas formal-dijo mi abuela a la peluquera.
-Ni hablar-dije yo al imaginarme con un moño enorme en la cabeza tan simetrico que se podria escribir sobre el-simplemente me gustaria que hondularas un poco los rizos y lo dejaras suelto-mi abuela puso mala cara pero al final se fue suspirando para que continuaran su peinado.
Mi madre se sentaba junto a mi y a ella si que la recogerian el pelo, aunque de una manera informal. Me miro y sonrió. Sabia lo mal que lo pasaría de ahora en adelante pero me agradecia que estuviera tan abierta a aceptar sus decisiones.
Llegamos a casa para comer, ya maquilladas y peinadas. Mi abuelo nos esperaba con una rica lasaña, que al parecer era el plato favorito de mi madre cuando era niña. Estaba deliciosa. Mi abuelo había sido un chef muy conocido en el país mientras que mi abuela era asesora inmobiliaria. Por desgracia sus trabajos los mantenian alejados el uno del otro, aunque cuando se jubilaron saltaba a la vista que no tenían nada en común.
-Cariño, esta tarde vas a estar preciosa-le dijo mi abuelo a mi madre-y sera un placer llevarte hasta el altar
-Gracias papa-ambos se abrazaron mientras mi abuela seguia tomandose un café, ajena a todo lo que ellos decían.
Ya solo faltaban dos horas asique era hora de vestirse y salir hacia casa de Joe. Habían decidido que seria el mejor lugar donde celebrar la ceremonia. El enorme bosque que rodeaba su casa era precioso y amplio y tambien aportaba la intimidad que mi madre buscaba.
Subí a mi habitación y abri el armario. Vi el vestido que me pondria por primera vez y antes de que me diera tiempo a juzgarlo me lo puse. La parte de abajo era azul oscuro y con vuelo hasta el suelo, muy vaporoso, y la de arriba era plateada de encaje y tenía escote corazón. Quedaba a la perfección. Era exactamente mi talla y añadiendo los tacones altos ya solo arrastraba por el suelo la cola.
En el escritorio había un ramillete de orquideas agarrado con una lazo plateado que deberia llevar mientras le abria el paso a mi madre por el pasillo hacia el altar. Solo esperaba que pasara rapido.
Baje las escaleras hacia la entrada donde mis abuelos discutian. Gloria llevaba un taje rosa palo de dos piezas y un monton de plumas en el peinado que no entiendo a que venian. No podia ir mas saturada. En cambio George llevaba un bonito traje con flor en la solapa y corbata plateada, que al parecer era el color elegido para la ceremonia.
Mi abuela me miro inquisidora.
-No esta mal, pero ese pelo suelto no me gusta-dijo mirandome con superioridad como siempre. Yo solo pude pensar en mi pobre abuelo, aguantandola durante años.
Los tres miramos arriba, a la escalera, donde mi madre apareció.
Llevaba un sencillo vestido que se ajustaba a su cuerpo y caia hasta el suelo. Era un palabra de honor que mostraba lo bien consevada que estaba para su edad. Su rostro resplandecia de emoción y ternura. Los ojos le brillaban mientras bajaba las escaleras. Al verla supe que todo lo que hiciese por ella valdria la pena.
En la entrada habia una limusina esperandonos. Apenas quedaban unos minutos pero no había nervios dentro de mi madre. Me sonrio y me acaricio la cara, feliz. No creo que nada la hiciera mas feliz a que yo estuviera alli a su lado.
Bajamos todos de la limusina y cruzamos la entrada de la casa donde Fredy nos esperaba. Beso la mano de mi madre y nos pido que pasaramos. Ya estaban todos los invitados sentados y Joe esperaba impaciente en el altar.
-Cielo- me llamo mi madre despues de despedirse de mi abuela que ya se dirigia a su asiento.-Eres lo mejor que me ha pasado y siempre lo seras-me sonrio mientras me acariciaba el pelo, yo sonreí. Ya era la hora.
Sali por las puertas acristaladas que daban a la terraza donde estaba montada la capilla. Lo primero que vi fue un largo pasillo rodeado de vegetacion y flores hermosas. Al final de el dos arboles formaban un arco rodeado de enredadera y bajo el estaba mi futuro padrastro, que miraba nervioso mientras yo aparecia. Suspiré al ver que todos se levantaban al verme salir y la musica comenzó a sonar. A mi izquierda se sentaba mi familia, gente conocida, en cambio a la derecha no conocia a nadie, solo veia a gente de alto rango mirarme sonrientes a pesar de ser quienes eran. Respiraba entrecortadamente, todos me estaban mirando a mi. Intente centrarme en no tropezarme mientras sonreía a mi familia y amigos. Casi en los bancos principales distingui a Billy. Me miraba tan intensamente, tan serio...me vi obligada a dejar de mirarle a el pero al mirar a la derecha encontre otra mirada aun peor. Alex vestia de chaque, muy elegante, como todos sus familiares, pero su mirada rozaba la perversion. No me miraba sonriente como el resto, sino inquisidor, de arriba a abajo. Decidi ignorarlo aunque una vez llegado a mi sitio vi que iba a estar justo frente a el. Me gire para observar a mi madre llegar al altar y ver a su prometido como la miraba conmovido. La queria de verdad.
La ceremonia duro poco y rapido los novios citaron sus votos (mas palabreria que otra cosa) y se dieron el si quiero. Yo evite mirar a Alex en toda la ceremonia pero sabia que el me miraba todo el tiempo.
Mi madre, al igual que Joe con su hijo, me hizo acercarme y el fotografo nos saco una foto antes de que los novios bajaran del altar ya como marido y mujer.
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En un suspíro
Teen Fiction-Me lo ocultaste, no me lo dijiste y ahora ya es demasiado tarde para arreglar las cosas - ella me miraba con lágrimas en los ojos. Nunca creí verla llorar antes de todo esto. Ella era un espejo, sabía ocultar todos sus sentimientos tras las sombras...