Capitulo 5: Érase una vez una pesadilla

10 0 0
                                    

Capitulo 5: Érase una vez una pesadilla

-Ya sabia yo que os conociais-la voz entusiasta de mi madre rompió el silencio de la sala. Ahora que ya había conprendido la situación mi cara paso de ser de atontada a cabreada. ¿Porque a mí?, no se si había hecho algo malo para que el karma me odiase pero desde mi punto de vista ya me parecia suficiente castigo.

Ambos nos seguimos mirando fijamente dejando que un silencio incomodo cubriese toda la sala.

-Bien, ¿porque no vamos a cenar y ya hablaremos de todo esto?-Joe paso por mi izquierda para ir hacia una de las sillas de la mesa y mi madre le seguió.

-Para que no te gusten las muñecas bonitas hoy pareces una de ellas-me susurro Alex al oido mientras pasaba tambien junto a mi. La rabia se apodero de mi y mas aun cuando un escalofrio me recorrió la espalda al notar su aliento en mi oreja.

Aunque indignada, me dirigí hacia la mesa y me senté con los demás.

Mire la bonita cuberteria negra y blanca compuesta por más de cinco tenedores y cinco cuchillos algo que me asusto puesto que yo no sabía nada de catering. Mi madre se sentaba a mi izquierda, Joe a mi derecha y por último el asqueroso de Alex se encontraba frente a mi, sin quitarme ojo de encima, con la mirada lasciva de siempre. Sentía como seguía todos mis movimientos y comencé a ponerme nerviosa.

-Bueno- interrumpió Joe mis pensamientos- mientras traen la cena podríamos conversar un poco, sobretodo vosotros chicos.

-¿Qué es lo que pretendes con todo esto papá?- preguntó Alex entretenido mientras miraba su plato sin abandonar sus aires de chulería.

- Alexander por favor compórtate. No es ninguna pretensión esta reunión, simplemente queríamos conocernos todos-a Joe no pareció gustarle el comportamiento de su hijo.

-¿Conocernos?, apenas me has hablado un par de veces de Laura y ni siquiera habías mencionado que tenía una hija que resulta tener mi edad.

Mi madre se miraba los manos avergonzada, pensando que yo todavía tenía más razones que  Alex para quejarme de esta situación.

-Muy bien, pues ahora te lo diré todo hijo-Joe parecia cabreado- acabas de estropear toda la noche porque hoy va a ser un día muy especial. Es posible que Laura y yo nos equivocamos con avisaros con tan poca antelación pero...- no pude evitar interrumpirle.

-¿Te refieres a hace cinco minutos cuando mi madre me ha dicho que veníamos a conocer a su pareja en vez de a una cita de trabajo?- los dos hombres miraron sorprendidos, ninguno de los dos sabía de dicha información.

- Bárbara por favor, me lo prometiste- la mirada de mi madre era tan triste que me callé de inmediato dejando continuar a Joe con su discurso. Este suspiró y se levanto de su asiento.

-Yo sólo quería decirte algo Laura, algo que llevo queriendo decirte desde que te conocí y no puedo esperar más tiempo- vi cómo lentamente se fue arrodillado delante del asiento de mi madre. Esto debía ser una pesadilla. Sacó un pequeño paquetito de su bolsillo y al abrirlo apareció un bonito anillo con un diamante brillante, aunque muy bonito no me pareció en ese momento con lo horrorizada que estaba con la situación-¿Quieres casarte conmigo?

-¡¿Que?!- tanto Alex como yo saltamos de nuestros asientos. El silencio inundó la sala unos segundos hasta que mi madre respondió.

-Si-lo dijo en un suspiro, casi inaudible, pero despues reacionó, repitiendolo varias veces mas alto y saltando sobre su prometido. Ambos reían tirados en el suelo mientras Alex y yo veíamos como nuestra mayor pesadilla se hacía realidad.

Billy entró en una continua carcajada. Yo me cabreé, pues a mi me parecía bastante serio.

-Para, no tiene gracia-el paro un poco, pero siguió con lo mismo.

-Babi, ¿en serio?-no parecía creerselo. Me cruce de brazos.-Me estas diciendo que Laura se ha prometido con un ricachon pijo que resulta ser el padre del inbécil. Tiene que ser una puta broma-Levante una ceja y me cruce de brazos.-Es broma, ¿no?. Dime que lo es-paso de reirse a carcajadas a poner la peor cara de susto.-Joder...- blasfemo, como si fuera el mayor problema de la humanidad.

- Ya sé que es muy fuerte Billy, pero ella es mi madre, si hubieras visto su cara de felicidad...

- Yo ya lo se B, el problema está en que tu vida va a cambiar en unos días sólo porque ya te ha ocultado la verdad, yo no tengo ningún problema con esto, pero lo raro es que tú no tengas nada que decir al respecto.- Lo pensé un buen rato. Billy tenía la razón, pero la verdad es que no me molestaba que mi madre se comprometiera con un hombre que acababa de conocer, lo que realmente me molestaba es que Alex fuera su hijo.

-Tengo que pensar detenidamente en todo esto

Que poco sabia de lo que iban a cambiar las cosas a partir de ahora

En un suspíroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora