Un verano con 5 idiotas [Fanfic Castiel CDM]

Capítulo 5 ❝Mexicana❞

Como pregunté antes, ¿por qué siempre me pasan las cosas malas a mí?

Justo ahora, me encuentro en un jet privado de camino a Los Ángeles, junto a los cinco chicos más deseados del momento. Wow, bien podría presumirle a todas las chicas del instituto sobre lo que estoy pasando.

Que ironía, no me gusta esta banda y terminé con el problema de que tendré que trabajar como su fotógrafa todo el verano, vaya suerte, ¿verdad?

Estoy sentada en uno de los últimos asientos, aunque no hay muchos, pues es un "jet privado". Los cinco chicos van sentados más adelante, riendo y jugueteando.

Tomo un libro que decidí no meter en mis maletas y comienzo a leer.

—¿Qué libro es? —pregunta alguien interrumpiendo mi lectura. Levanto la mirada y me encuentro con Nathaniel.

—Rebelión en la granja —respondo con simpleza.

—Oh, excelente libro, ¿me dejarías verlo? —se lo paso e inmediatamente su ceño se frunce—. Está... ¿en español?

—Sí. Me gusta más leerlos así.

—¿Por qué?

—Porque antes del inglés, prefiero mil veces el español.

—Es cierto —se acerca Armin—. Ayer, estabas hablando español, ¿verdad? —asiento—. ¿Cómo lo aprendiste? Es demasiado complicado.

—Tal vez porque de donde vengo ese es el idioma oficial.

—¿De dónde eres? —pregunta ésta vez Kentin.

—De México —digo, tratando de mostrar mi orgullo.

—¿En serio? —preguntan los tres al unísono.

—A huevo —contesto, burlona. Los tres chicos ríen.

—Entonces... ¿puedes enseñarme a maldecir en español? —me cuestiona el peli-negro.

Nathaniel le suelta un ligero golpe en el brazo.

—¿Qué? —dice fingiendo inocencia—. No me digas que tu no quieres aprenderlas.

—Bueno... —se escucha una risa adelante de nosotros.

—¿Nathaniel? —Castiel entra en nuestra conversación—, ¿diciendo groserías? Eso quisiera verlo.

Nathaniel muestra una cara de inconformidad y me mira.

—Enséñame.

—Bueno, di "chinga tu madre" —lo repite, con un acento algo extraño—. Excelente. Ahora, "vete a la verga".

Y así pasamos todo lo que resta del camino, al final, no estuvo tan mal como pensaba.

***

—Oye, oye... ¡oye!—suelto un respingo para luego espabilarme. Armin se encuentra al lado mío.

—Mhmm—estiro mis brazos, dormí un buen rato—, ¿qué hora es?

—Las 4:30 de la madrugada. Pero ya llegamos, tenemos que ir al hotel.

Ahora que lo pienso; ni siquiera sé donde estamos. Me levanto, y tomo mis cosas para salir del avión, los demás chicos ya están abajo. Todo a nuestro alrededor está algo oscuro, pero aún así, soy capaz de reconocer un letrero que anuncia:

"London Airport"

Oh Dios, estoy en Londres. ¡Genial! No, no es sarcasmo. Empiezo a pensar que esta situación es de la mejores cosas que pudieron haberme pasado.