Capítulo 12 ❝Perdidos en Tokio❞ 「Parte 1」

85 6 2
                                    

Debería obtener una moneda por cada vez que me he sonrojado el los últimos dos días, porque justo ahora, estoy sonrojada a más no poder, a causa del comentario de Castiel. 

—¿Qué? —es lo único que sale de mi boca.

—¿Vas a decirme que eso que vi no es un tatuaje? —sonríe confiado, lo que me hace soltar un suspiro.

—Sí, tengo un tatuaje, ¿qué tiene de malo? 

—Nada —se encoge de hombros—. Solamente tenía curiosidad, ¿qué tiene de malo? —pregunta imitándome.

—Bueno, pues ahora ya lo sabes, tengo un tatuaje. Me lo hice cuando cumplí dieciséis años; fue como un regalo de mí para mí —suelto una pequeña risa.

—¿Qué es? Lo vi tan rápido que no pude distinguir lo que era —ladea su cabeza, mostrándose curioso.

Mi mente entra en debate, ¿se lo muestro? ¿o no lo hago? Las palabras salen de mi boca sin permiso alguno.

—¿Quieres... quieres verlo?

Parece sorprendido por mi pregunta e incluso, me parece ver un rastro de sonrojo en sus mejillas, pero asiente levemente.

Le doy la espalda y levanto un poco la manga de mi camiseta, dejando descubierto la parte trasera de mi hombro, mostrando así ese pequeño dibujo permanente que había decidido hacer en mi piel un año atrás.

De repente, siento sus finos dedos hacer contacto con mi piel, causando un pequeño sobresalto de mi parte, seguidos de un sonrojo como por quinta vez en todo el día.

—¿Es...? —comienza a preguntar.

—Es México —lo interrumpo, coloco la manga en su lugar y me giro para mirarlo—. Cuando me mudé a Los Ángeles, tenía solamente catorce años, así que fue bastante difícil adaptarme a... pues a todo. Extrañaba mucho mi hogar y me deprimí bastante —escucha atentamente lo que me pone un poco nerviosa—. Cuando cumplí dieciséis años, quise llevar algo que me recordara de donde venía, y quien era, así que lo hice.

—Es bastante lindo, y su significado... —sacude la cabeza, como deteniendo algo que estaba a punto de decir.

—Lo sé, está bien chingón —completo  sin poder reprimir una sonrisa y él asiente—. Dejando de lado a mis amigos, eres el primero al que se lo muestro —añado, ligeramente apenada.

—¿De verdad? —parece sorprendido—. ¿Y tus padres?

—No lo saben —me encojo de hombros, sonriendo de lado.

—Quien lo diría, parecías una chica obediente —suelta una risa.

—Las apariencias engañan Castiel.

—Sí —comenta, poniéndose de pie. Su cara se pone seria de repente—. Ya lo noté.

Cuando se va, puedo ver en su rostro una sonrisa algo diferente a las que había podido ver en él. ¿Qué significa esa sonrisa?

***

Once horas y media de vuelo después, bajo del avión con los músculos entumecidos. Me estiro, mientras bajan nuestras maletas y por un lado, veo a Nathaniel hablando por teléfono.

—¿Mañana? —pregunta a quien sea con quien esté hablando—, ¿y cómo se supone que vamos a movernos por la ciudad sin un traductor? 

Dejo de escuchar su conversación y me volteo hacia Alexy.

—¿Cómo está tu quemadura? —pregunta refiriéndose al incidente que ocurrió en el aeropuerto de Londres.

—Me arde un chingo el pecho.

Un verano con 5 idiotas  [Fanfic Castiel CDM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora