Capítulo 4 - Cosas en las que debo pensar

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Las últimas campanadas – a diferencia de las demás – retumbaron de manera perfecta y gloriosa para simbolizar la conclusión de este largo y tortuoso día de clases. Finalmente era momento de bajar hasta el primer piso, abrir mi casillero, tomar mis zapatos y emprender el camino directo a casa, en medio de una tarde asolada por el frío y la humedad residual que había dejado la lluvia durante las clases.

Realmente había estado esperando que el día concluyera de una vez, considerando todos los eventos recientes. Una vez que regresé al salón, toda acción que había anticipado por parte de mis compañeros de clase se ejecutó a la perfección: Las miradas colmadas de incertidumbre y desconfianza, los susurros constantes y perfectamente audibles, pero sobretodo, la conmoción causada por el ingreso de Usui – san al aula unos minutos después de que yo lo hiciera.

A pesar de su esfuerzo, era muy evidente a simple vista las señales de que había llorado recientemente, frotando su cabeza suavemente una y otra vez – evidentemente para calmar el dolor infringido durante nuestra "conversación" – y la forma pausada y temblorosa con la que se dirigió a su hasta ahora abandonado asiento. Esta escena tan deprimente fue suficiente para que todos fijaran su vista sobre ella de manera calmada y compasiva, para acto seguido clavarme miradas de punzante odio y desaprobación de manera simultánea.

Realmente es fácil juzgar sin información suficiente, pero dicha información era algo que no necesitaban conocer y sin duda alguna es algo que ni Usui – san ni yo vamos a discutir. Al mirar como temblaba, ella posó su enorme ojo sobre mí, temblando de manera palpable, por mi parte simplemente le devolví una fugaz mirada de desprecio y así con el pánico de que volviera a lastimarla, tomó su asiento luego de un profundo debate interno.

Era un escenario sumamente desfavorable para mí, ya que uno a uno – como si fueran guardias tomando turnos para custodiar a un preso – los demás mantenían una disimulada vigilancia sobre mí, como si fuera tan violenta como para desatar mi ira sobre Sachi a plena vista de un maestro. Mi único consuelo fue la falta de Torikawa durante el resto de la clase, tal parece que tendrá un día ajetreado en el consejo, lo cual le impedirá fastidiarme por lo que queda de tiempo, una noticia como esa era suficiente para hacerme ignorar el enorme descontento social que me rodeaba.

La clase continúo con una tranquilidad sobresaliente y a pesar de las complicaciones, finalmente podría irme a casa, seguramente mi hermana ya estaría allí ya que estudia durante un período de tiempo más corto y en cuanto a mí madre, las probabilidades eran escasas.

Mi hermana sabía volver sola a casa, por lo que había una probabilidad muy alta de que se encuentre sola mientras mi madre acumula horas extra en su oficina. No quería dejarla sola mucho tiempo, quería volver rápido, pero en el instante en que parecía que este día tan deplorable estaba por concluir, una presencia se acercó a mí en medio de la conmoción por la hora de salida, dando la vuelta hacia dicha presencia me di cuenta de que se trataba del profesor titular de nuestra clase quien me dirigió la palabra con una voz familiar pero algo dubitativa:

-Sadokawa - san. ¿Tienes un momento?

No tenía nada en contra de los maestros ni ninguna figura de autoridad en la escuela. Sí, sus clases podían resultar tediosas e interminables, pero solo hacen su trabajo, que bajo la interpretación del sistema educativo, es formarnos para ser personas competentes y miembros funcionales en la sociedad; pero para mí su trabajo era pararse frente a nosotros a leer libros de texto diseñados para dar cátedras innecesariamente complejas que poco o nada podían lograr para nuestro desarrollo como personas. Como sería sumamente impráctico y descortés hacerlo esperar, le dirigí una respuesta de la forma más educada que pudiera:

-De hecho, ya me dirigía a mi casa. ¿Pasa algo malo?

-No. Solo. . . necesito hablar contigo en privado. ¿Puedes venir a la sala de maestros un momento?

Love at First Sight Alternative - La Ruta de Sadokawa RuiWhere stories live. Discover now