t r e s

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Nuevo semestre. El registro estaba a la vista y pedían voluntarios. Me ofrecí como una de ellas. No importaba si era muy temprano, pero quería ir.

Siyuan había vuelto a su país y empezaba a extrañar tener un confidente. Jiyeon, una nueva amiga, empezaba a ganarse mi confianza, pero no era lo mismo, sentía que necesitaba un amigo, alguien como Siyuan en mi vida.

Hacía frío, mucho, así que me encogí de hombros bajo el inmenso abrigo negro que tenía. Miré la lista de las tareas que debíamos hacer, así que cuando vi mi nombre y que debía estar en la zona de registro y que era yo que debía entregar cierta información a los nuevos, suspiré. Eso era pesado.

No obstante cuando Jinki se colocó a mi lado, sonreí. Los lunares que adornaban su rostro me parecían muy bellos.

—¿No quieres cambiar conmigo? El tuyo es muy pesado. —

Jinki era una persona con bonito corazón. Miré su tarea, él solo tenía que apuntar unos códigos mientras veía y supervisaba que cada alumno nuevo se tome la foto de registro. Era menos, pero me negué. Quería la tarea que me había tocado en cierta forma, así que decliné su oferta. Me alejé de él cuando sentí que alguien me abrazó por la espalda. Me giré, viendo a Jimin, por lo que inconscientemente le abracé tal como en los viejos tiempos. Supongo que volver a hablar después de tiempo nos hizo más cercanos ahora, como si supiéramos que dentro de unos meses nunca más nos volveríamos a ver el rostro.

Su intento de francés me pareció tierno otra vez.

—¿Desayunaste?

Negué. Me empezaría a sonar el estómago pronto.

—¿Quieres que te compre algo? Aún no empieza mi tarea. — A él le tocaba ser asistente del jefe administrativo, quién controlaba el dinero de los dormitorios. Asentí y él agarró mi rostro besándome la frente. Sonreí empujándolo. No sé exactamente porque se comportaba así, pero debía admitir que me gustaba bastante.

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