10. Estoy en Paris.

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Estaba estresada, el vuelo sale en dos horas y yo no tengo idea de que carajos echar en la maldita maleta, por cierto, también estaba enojada y me estaba desquitando con todo mundo, así que nadie se debería de acercar a mi en estos momentos.

Bueno creo que deben estar un poco perdidos, el día de la reunión llegamos un poco tarde para no decir bastante tarde, Connor casi mataba a Noah por haberme llevado unas horas después, pero gracias a que uno de los chicos se interpuso no pasó nada, por suerte a mi no me preguntó nada así que salí tranquila de esa discusión. Tiempo después estábamos comiendo algunas botanas cuando a Melissa se le ocurrió la idea de hacer un viaje, y ahora estamos apunto de perder el vuelo por mi culpa, si, todo por indecisa.

—Hailey date prisa perderán el vuelo. - Dijo entrando a mi habitación mi tía.
—No se que empacar. - Dije apunto de llorar, cuando tengo estrés lloro de lo mismo.
—Cariño, lo hubieras dicho antes. - Y en un dos por tres mi tía entro a mi gran armario a sacar demasiada ropa, al mismo tiempo que armaba algunos cambios de ropa, yo solo me encargaba de complementar los atuendos con los zapatos y accesorios.
—No se que hubiera hecho sin ti tía. - Dije cerrando la gran maleta, ya tenia armada la mochila con otras cosas y mi bolso más pequeño con las cosas más importantes como el pasaporte y un cargador portátil.
—Lo se cariño, siempre me necesitas, pero por ahora date una ducha y llegarán a tiempo. - Dijo mi tía metiéndome a empujones al baño, creo que está un poco loca.

Después de despedirnos de mi tía, llegamos a tiempo para hacer el reporte y subir al avión, todos nuestros amigos estaban arriba y estaba lista para sentarme con mis amigas, teníamos mucho que platicar.

—¿A donde vas Hailey? - Preguntó mi hermano viéndome confundido.
—A tomar mi lugar. - Dije con el entrecejo fruncido.
—Nuestro asiento está aquí. - Dijo mostrándome los dos lugares que quedaban, de seguro en estos momentos estoy del color de un papel.
—¿Seguro que es ahí? - Pregunte tragando el nudo que sentía en la garganta.
—Claro, tu vas en medio. - Dijo enseñándome los tickets de avión.
—Okay. - Dije tratando de sonar casual, estoy apunto de ir mi funeral, ¿porque la vida conspira en mi contra? claro, solo a mi me pasan estas cosas.
—Que hay bro, hola Hailey. - Dijo Noah con una sonrisa, si, mi ex novio.
—Genial hermano, pero por ahora necesito dormir. - Dijo mi hermano poniéndose sus audífonos favoritos, espero que tome una larga siesta.

No me pudo haber tocado un peor asiento, tenía a mi hermano y mi ex novio a los lados y por si fuera poco, los dos tenían sus cabezas en mis hombros, me habían ocupado de almohada y siento el temor de terminar babeada; he tratado de entretenerme viendo una película, viendo recuerdos de mi carrete, leer o incluso dormir pero me es imposible, todos dormían como osos en invernacion pero yo no puedo ni siquiera cerrar los ojos, odio a mi hermano por comprar estos asientos.

—Que buen viaje. - Dijo Denisse que venía a mi lado derecho.
—Excelente, creo que ha sido uno de los viajes más cómodos que he tenido. - Habló esta vez Karime muy emocionada.
—¿No opinas lo mismo Hailey? - Me preguntó Melissa, que arrastraba su gran maleta al igual que todas, creo que nos habíamos excedido para un viaje de una semana y media.
—Claro, un excelente viaje. - Dije con una sonrisa forzada, lo único bueno era que el gorro de mi sudadera hacía sombra en mi cara, entonces no verían las horribles ojeras que me había dejado este viaje.

Después de once horas de vuelo, ¡Bonjour! Estamos en Paris, Francia.

—Vaya nuestras habitaciones están juntas, que coincidencia. - Dijo Noah que caminaba a la misma par que yo, solo que él traía una maleta más pequeña que la mía.
—Parece que el mundo conspira en mi contra. - Dije con un tono más frío que el que hubiera preferido usar. Nuestros papás ya no encuentran la manera de como gastar su dinero, así que mejor que sus hijos para hacerlo, Connor tenía el código de la tarjeta de mis padres así que puede gastar cuanto dinero quiera y que mejor que hacerlo en este viaje; si estuviéramos en Los Ángeles todos nos verían cómo los millonarios, cada quien pudo gastar el dinero que quiera para tener una de las mejores habitaciones por una semana y media, y que mejor que nosotros para hacerlo, pensarían que somos artistas si no nos hubieran visto llegar en un taxi, todos usamos ropa de marca, maletas y teléfonos celulares de la misma manera, aunque no lo crean nuestros papás parecen estar nadando en dinero, el precio es que nunca están con nosotros y siendo sinceros mi  mundo funciona mejor así.
—Creo que la chica mala está de mal humor. - Dijo burlándose de mi, todos caminaban delante de nosotros muy animados, al parecer todos están emocionados.
—Deberías dejarme caminar, no quiero que piensen cosas que no son. - Dije caminando más rápido para dejarlo atrás, había llegado a la cima y por fin me había conocido un poco enojada.

La habitación que había reservado mi hermano está genial, tenía un gran balcón con vista a la ciudad, una cama lo suficientemente grande para dormir cinco personas, un gran televisor y una ducha genial, que más puedo pedir. El enojo había desaparecido completamente, habíamos quedado en ducharnos y vernos en el restaurante del hotel para tomar el desayuno todos juntos.

—No se quien de los cinco haya escogido el hotel, pero está genial. - Habló Denisse emocionada, sin duda estas chicas están así desde que se enteraron del viaje.
—De nada. - Dijo Travis.
—¿Qué haremos hoy? - Pregunte comiendo de mi coctel de frutas.
—Descansar, mañana saldremos a conocer. - Dijo James.
—Quiero ir al museo de Louvre. - Dijo Melissa.
—A mi me mata ir de compras. - Comentó Karime.
—Necesito ir al arco del triunfo. - Habló Denisse, creo que por primera vez en su vida leyeron algunos artículos, estas chicas solo hablan de pasarelas de moda y maquillaje.
—¿Tu que quieres hacer Hailey? - Me preguntó Gabriel con curiosidad, creo que era la única que no hablaba tanto, estaba más concentrada en mi desayuno que en su platica.
—Conocer la Torre Eiffel. - Dije con una sonrisa, mientras me ponía de nuevo la sudadera Adidas, el aire acondicionado aquí no es de gran ayuda, el clima era de frío y aire acondicionado, quien rayos hace eso.

Cuando terminamos el desayuno cada quien subió a su habitación, estaba hablando con mi mejor amiga Amber, al tiempo que contestaba mensajes de texto de Kenia y de mi tía, cada una con su respectivo tema de conversación, uno era acerca de porque mi falta a la preparatoria, ¿adivinan de quién es?.

Llamada.
—Hailey, te espere en la preparatoria y me llevo la sorpresa que no te pareciste por aquí, no sabes lo lindo que se sintió eso. - Dijo Thomas con sarcasmo, cuando termine mi llamada con Amber enseguida entro esta de mi niñero, así que tenía que contestar.
—Olvide avisarte que no iré a clases. - Dije distraída, la vista me enamora.
—¿Se puede saber porque razón no iras? - Preguntó con tono acusativo.
—Porque... - Y me interrumpió como la mayoría de las veces lo hace.
—Más vale que me des una buena razón. - Habló de nuevo, está peor que mi madre.
—Estoy en Paris. - Lo solté sin más, estoy segura que es capaz de venir hasta acá para llevarme con el a Los Ángeles.
—¿Que haces ahí? - Preguntó con una tranquilidad que me asusto, tormenta por favor no vengas a mi.
—Un viaje. - Respondí un poco temerosa por su respuesta.
—Tienes responsabilidades, tienes la preparatoria y estoy seguro que si no te presentas perderás el parcial. - Dijo un poco explosivo, gracias al cielo no fue tan grave como pensé que sería.
—Connor habló con el director, sabes, te llamo después tocan la puerta. - Dije tratando de colgarle al escuchar unos toques en ella.
—Hailey debes regresarte, no puedes hacer eso. - Dijo Thomas un poco molesto.
—Te mando muchos besos. - Dije antes de colgar, no puede ser peor.

Abrí la puerta para ver quien tocaba la puerta frenéticamente.

Corrección, si puede ser peor, Noah estaba detrás de esta con una sonrisa encantadora.

El niñero resignado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora