14. Eres un desastre.

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-Pero que demonios. - Susurre a mi misma al ver a un Thomas completamente borracho en el inicio de las escaleras.
-Hailey. - Habló viéndome, o mejor dicho, hizo un esfuerzo muy grande al hablar, solo arrastró las palabras.
-Thomas no estas bien. - Dije viendolo.
-Hailey yo te amo, perdoname por ser tan malo, solo que no se como hacer esto, nunca me había enamorado de alguien, eres la primera. - Dijo en medio de hipos y con algunas lágrimas en sus ojos, okay, esta borracho, no sabe lo que dice.
-¿Que te sucede? - Hable frustrada, obviamente no esperaba una respuesta, a este punto no tardaría en quedarse dormido pero obviamente no voy a permitir que eso pase.

Reuniendo las fuerzas que me quedaban lo jale por todo el salón hasta llegar al baño de la planta baja, aun no entiendo como es que se ve tan liviano y pesa como diez vacas juntas.

Ya estando en el lugar lleno de azulejos, abrí la llave dejándola caer por todo el cuerpo de mi niñero, claramente esta agua era helada, así que espero que funcione.

-Eres un desastre. - Dije viéndolo fijamente. El chico ahora estaba sentado enfrente de mi, había tenido que pedir ayuda al chófer de la casa, era de los únicos hombres que seguían en la casa.
-Solo espero que no haya hablado de más. - Dijo bebiendo un sorbo del café cargado que le había preparado.
-Si superas. - Dije riéndome al mismo tiempo que bebía de la taza de té.
-Maldicion. - Dijo bebiendo un sorbo más largo.
-Thomas, yo quería disculparme. - Dije asincerandome, bien, creo que estar altas horas de la madrugada despierta no me hacia ningún bien.
-Hailey no tienes porque hacerlo, creo que aquí el único que se ha comportado como un idiota soy yo. - Hablo con algo de nostalgia. Estoy segura que no estoy soñando y lo puedo asegurar por el pellizco disimulado que acabo de hacerme en el brazo, estoy completamente segura que Thomas, el chico que trae muertas a todas las chicas de su universidad, no haría algo así.
-¿Estas bien? ¿No te hizo daño el café o la ducha? - Dije con algo de diversión.
-Por primera vez intento ser franco contigo y te lo tomas a juego. - Hablo serio, claramente estaba fingiendo y lo pude notar por la sonrisa en su cara.
-Bueno ya, sigue. - Hable al mismo tiempo que rodaba los ojos.
-Se que todo se vino en picada cuando dije algunas cosas realmente malas, me comporte como un idiota y no espero que me entiendas porque realmente es complicado, pero espero que volvamos a ser los mismos de antes, quiero que me odies por ser tu niñero pero que al mismo tiempo te rías conmigo y de todo lo que somos capaces de hacer. - Dijo viéndome directamente a los ojos.
-Thomas realmente extraño esos tiempos, era genial cuando te lanzaba a la piscina. - Dije riéndome.
-Realmente espero tener esta relación niñero y niña mala que teníamos antes. - Dijo con una sonrisa.
-Esta bien, por los viejos tiempos. - Dije levantando la taza haciendo que la chocaramos.

Pasamos el resto de la madrugada recordando cualquier cosa, hablando acerca de relaciones amorosas complicadas, el viaje a París, de metas por cumplir y cualquier cosa que pasara por la mente de cualquiera de los dos. Decidimos ir a dormir en cuanto vimos el sol asomarse por las ventanas del gran salón y la puerta corrediza de el comedor. Oh por cierto, le había dicho a Thomas que me había perforado, lo obligue a guardar el secreto, sino esto podría convertirse en un desastre.

Por otra parte, en definitiva estoy lista para patear el trasero de Kenia en cuanto la tuviera frente a mi, me habia llamado para salir a desayunar e ir al mall por el vestido de la fiesta de esta noche, definitivamente no tenía otra opción, mi amiga me obligaría a ir de cualquier manera a buscar un vestido.

-Nena estoy segura que ese chico está enamorado de ti. - Dijo mi amiga mientras metía un bocado de su wafle en sus labios perfectamente delineados.
-Es que es imposible. - Hable, bueno técnicamente el solo me lo había confesado, pero estaba borracho, pero vamos quien le cree a un chico ebrio.
-No lo es, creo que deberías de dejar al idiota de Noah, no lo conozco pero no me cae nada bien después de lo que te hizo. - Dijo Kenia con cara de desagrado.
-Kenia fue hace años. - Dije con una carcajada.
-No hay fecha de caducidad cariño, ese chico puede volver a hacerlo. - Dijo con tanta certeza que logró hacerme dudar.

Después de pagar la cuenta, nos encontrábamos en el auto de mi amiga, en verdad no se que sería de mi vida sin ella, es de las pocas cosas que me alegra los días, aunque a veces quisiera golpearla por salirse siempre con la suya.

-Muy bien Hailey, llegó la hora. - Dijo en cuanto entramos al enorme mall.
-Aqui voy. - Hablé desganada.
-¿Que carajos te hiciste? - Preguntó con cara de preocupación, ¿de que esta hablando esta chica? Seguramente vio mi cara de confusión y señaló mi estómago.
-Un pircing. - Conteste con obviedad. Se notaba, está vez no traia shorts ni jeans de tiro alto, además que la ombliguera dejaba todo a la vista.
-Se te ve genial nena, aunque estoy molesta por no llevarme contigo, pero lo perdonaré si me compras un te helado. - Dijo Kenia, que haría sin ella.

Realmente estaba cansada, estaba harta de caminar por todo el mall de tienda en tienda. Kenia había comprado tres vestidos y algunos pares de tacones, pero por otro lado estaba yo, que solo había comprado un par de Vans nuevas y ni alguna señal de un vestido que llamara mi atención, esto comenzaba a molestarme.

Llamada.
-Hola. - Pronuncie en cuanto conteste el teléfono que no dejaba de sonar.
-¿Que hay hermosa? - Escuche una sexy voz que conocía bastante bien.
-Hola guapo. - Hable con una sonrisa, me había sentado en una banquita, seguramente Kenia notara que no estoy y regresará a buscarme.
-¿Como estas preciosa? - Pregunto Noah.
-Bien o eso creo. - Conteste.
-Me alegro preciosa, por cierto al rato saldré con Travis y Gabriel, iremos a una fiesta de la universidad, ¿quieres venir? - Preguntó.
-No puedo cariño, tengo planes, saldré con Kenia a una fiesta. - Dije recorriendo con la vista todas las tiendas que había aquí.
-Será para la próxima, te quiero hermosa. - Dijo antes de colgar. Bien, solo espero que no se haya enojado.

-Estúpida donde estabas. - Dijo mi amiga poniendo su bolso chanel en su hombro.
-Hablaba por teléfono. - Dije levantandolo con una mano.
-Encontré tu vestido. - Hablo emocionada al mismo tiempo que tomaba mi mano para llevarme a rastras por todo el mall.

Bien debemos admitir algo, Kenia es una chica excelente para elegir vestidos; este vestido parece estar hecho para mi, aunque en cierto punto me molesta que sea un poco descubierto, pero vamos es una fiesta quien no quiere verse fenomenal. Mi amiga se había quedado sin palabras y eso es algo complicado en ella, tenía que decir que realmente el vestido era perfecto, así que sin mas estábamos llevando a casa un vestido de seda negro descubierto de toda la espalda con algunos adornos en plateados y obviamente unos tacones negros.

Después de pasar toda la tarde juntas y de haber comido como si no hubiera un mañana, nos encontrabamos camino a la fiesta, nos veíamos fabulosas aunque sinceramente de un momento a otro comencé a pensar que algo pasaría en ese lugar, no estoy segura de que podría ser, pero sólo rezo para que no pase nada malo.

Estábamos en la casa de la fiesta y rápidamente pude saber que era de universitarios, seguramente era de alguno de los amigos de Kenia.

Muy bien, aquí vamos.

El niñero resignado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora