12. Es peligroso.

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Los días en Paris pasaban muy rápido, ya habíamos visitado casi todos los lugares más famosos, el único lugar que quedaba era la Torre Eiffel y al parecer hoy íbamos a salir a conocerla, solo nos quedaban dos días y el ultimo lo ocuparíamos para irnos de fiesta.

—Y bien nena, ¿está todo bien con Thomas? - Preguntó Karime, estaba en su habitación ayudándole a escoger un atuendo para salir hoy.
—Olvidaba que lo conocías. - Dije apenada.
—Es un buen chico, solo que aveces es insoportable. - Dijo sacando algunos pares de zapatos, creo que está chica trajo todo su armario.
—Karime, ojalá las cosas con él fueran más fáciles. - Dije acostándome en la cama.
—¿Estas enamorada de él? - Me preguntó viéndome fijamente.
—No. - Conteste exaltada.
—Cariño, deberías de haber visto tu cara. - Dijo riéndose, pero su risa se detuvo cuando dijo adelante al escuchar unos toques en la puerta.

Noah entró a la habitación con una sonrisa coqueta, nos habíamos escapado la anoche anterior y vivíamos con la incógnita de saber si alguien nos había visto pero por suerte creo que eso no pasó, saludó a su hermana con un beso en la frente y después a mí con un beso en la mejilla.

—¿Te estás enrollando con Travis? - Preguntó Noah a Karime, mi pobre amiga pensé que se desmayaría en cualquier momento, estaba más pálida que un papel.
—¿Que? - Preguntó sorprendida.
—Hermana, no me quieras hacer el tonto. - Dijo con cara de seriedad.
—Chicos los veré luego. - Dije levantándome de la cama con mi celular en la mano.
—¿A donde crees que vas Hailey? - Me preguntó Noah con una ceja arqueada.
—A mi habitación. - Conteste cruzándome de brazos.
—Tu sabes algo, Karime contesta mi pregunta. - Mi amiga y yo solo nos veíamos de la forma de querer lanzarnos de un precipicio.
—Solo fue una vez y fue gracias a una fiesta, estaba tan borracha que no sabía que pasaba conmigo, gracias a dios los dos pudimos deducir lo que había pasado. - Le Dijo con tanta confianza que por un momento pensé en su bienestar.
—Aún no puedo procesar que mi hermana ya no sea virgen. - Dijo fingiendo un llanto.
—Deja de estar de ridiculo. - Dijo riéndose.
—Sabes que te amo Karime. - Dijo dándole un beso en la cabeza antes de salir de la puerta de la habitación.
—¿Entiendes qué pasó? - Me preguntó mi amiga.
—No entiendo, mejor date prisa que salimos a las once. - Dije antes de lanzarle un beso y salir a mi habitación, también tenía trabajo que hacer.

Al final decidí vestirme con una falda de piel, un suéter negro y unas sandalias del mismo color, como accesorios solo utilicé uno de mis cinturones favoritos; me tome una fotografía que decidí publicarla en Instagram, a lo cual recibí muchos halagos y la mayoría de una sola persona, Noah.

Llamada.
—Dime que no es verdad lo que acabo de ver. - Dijo Amber por la linea telefónica.
—No tengo los mismos ojos que tú. - Dije riéndome.
—Noah te acaba de poner mil halagos en tu ultima foto. - Dijo mi mejor amiga, creo que se está hiperventilando.
—Amber mi vida es un caos. - Dije viendo la hermosa vista del balcón.
—Estoy segura que es por Thomas y Noah. - Aveces odio que me conozca bastante bien, creo que por eso somos tan buenas amigas.
—Creo que estuve atraída por Thomas, no hay otra razón por la que me haya dolido tanto lo que me dijo aquella vez. - Confesé.
—Lo sabía, pero ahora sientes cosas por Noah. - Dijo mi mejor amiga.
—Me conoces tan bien. - Dije suspirando.
—Cariño piensa bien lo que sientes, no quiero que salgas lastimada por alguno de los dos. - Me aconsejó Amber,  ella siempre sabe como aclarar un poco mis ideas.
—Eres la mejor, tengo que terminar de conocer Paris, te quiero. - Dije antes de colgar.

Todos nos reunimos en la recepción del hotel para montarnos en la camioneta que habían rentado por estos días, mientras Gabriel manejaba, todas mis amigas y yo cantábamos canciones del iPod de Melissa, sin duda estábamos disfrutando estos días en Paris, siempre había querido conocer esta ciudad y con ellos todo resultó perfecto.

Cuando llegamos a la Torre Eiffel grite y llore como una loca, el lugar que tanto había deseado conocer lo tenia frente a mi y por su puesto que no dejamos perder la oportunidad y la conocimos por dentro, también nos tomamos mil fotografías.

—Eres una loca Hailey. - Dijo Noah, estábamos en el balcón de mi habitación viendo nuestra penúltima noche en esta hermosa ciudad.
—Por estar contigo, tal vez. - Dije riéndome.
—No me refería a eso, pero me siento halagado. - Dijo acariciando mi cabello.
—Nunca pensé que esto fuera a volver a suceder. - Confesé con sinceridad.
—Yo pensé que ibas a apalearme cuando te propuse volver a intentarlo. - Habló divertido, a lo cual me causo risa y me reí como una loca.
—Creo que si sigo riéndome voy a delatarnos. - Hable más calmada.
—Vas a volverme loco. - Dijo viéndome directo a los ojos.
—¿Eso es bueno o malo? - Pregunte con seriedad, creo que acabo de arruinar un momento dulce, sin duda soy el desastre convertido en persona.
—Es peligroso. - Dijo dándome un pequeño beso.

Pasamos el resto de la noche conversando de diversos temas, principalmente de Thomas, aveces pienso que el día que se conozcan no va a terminar muy bien, puede que termine en golpes o solo en algunas provocaciones, pero confío que todo va a estar bien, no quiero sentirme culpable por eso.

Me desperté gracias a la luz que estaba por el balcón, había quedado con mi hermano que desayunaríamos juntos, así que me cambie por algo más decente y baje al restaurante del hotel, aún no llegaba Connor así que mientras lo esperaba me encargué de tomarme un jugo verde que aunque todos digan que sabe asqueroso para mi va a ser la bebida más deliciosa.

—Creo que el cielo va a desmoronarse, tú nunca llegas temprano a ningún lado. - Habló divertido mi hermano.
—Que gracioso hermano. - Dije fingiendo enojo.
—Era broma enana. - Dijo dándome un beso en la mejilla.

El desayuno pasó demasiado rápido, estar con mi hermano siempre ha sido de mis actividades favoritas y pasar tiempo con él no lo iba a desaprovechar.

—Hailey, ¿sabes que mamá está por llegar? - Preguntó viéndome expectante.
—¿Qué? - Pregunte casi ahogándome con el zumo de naranja.
—Llegan la próxima semana y me dijo que tenía algo que decirnos. - Habló esperando alguna reacción por mi parte.
—Espero que sea algo bueno. - Conteste encogiéndome de hombros.
—¿No quieres verla, verdad? - Me dijo viéndome directo a los ojos.
—Sabes que no es de mis personas favoritas. - Dije con indiferencia.
—Hailey sabes que mamá te quiere. - Habló mi hermano tomándome de las manos.
—No lo parece. - Murmuré cabizbaja, quiera o no estos temas me afectan.

Connor cambio de tema y logro distraerme de esos pensamientos deprimentes, solo nos queda el día de hoy para disfrutar, así que no tenemos tiempo que perder.

El niñero resignado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora