11. Asi que chica mala.

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Por un momento temí caerme a causa del temblor de mis piernas, no tenía ni una remota idea de saber porque Noah viene a verme a mi habitación y por su puesto que tenía nervios de que alguien saliera de su habitación y lo descubriera aquí.

—¿Que demonios haces aquí? - Dije cuando Noah ya estaba dentro de mi habitación, lo había jalado hacia adentro, lo que menos quería era que estas vacaciones se fueran al caño por nuestra culpa.
—Acaso no puedo visitar a una amiga. - Dijo con una de sus sonrisas sarcásticas, algo estaba ocultándome, estaba segura de eso.
—La verdad, por favor. - Hable sentándome de piernas cruzadas en la gran cama.
—Está bien, quería hacerte una pregunta. - Dijo rascándose la nuca, siempre lo hace cuando está nervioso.
—Estoy escuchando. - Dije viéndolo fijamente.
—¿Que somos? - Bien, eso no lo esperaba. Sentí como un balde de agua helada caía sobre mi, mi mente no tiene una respuesta a eso y mi corazón menos, está hecho un manojo de sentimientos.
—Lo deberías de saber tu. - Dije hablando de manera clara, lo único que faltaba fuera que mi voz se quebrará y me hiciera quedar en ridículo con mi ex novio.
—Está bien que sea la persona perfecta, pero por primera vez no se qué pasa conmigo mismo, haces que mi corazón se bloquee y que todo mi mundo se ponga de cabeza Hailey. - Dijo Noah con tanta sinceridad, nunca lo había visto de esa manera, tan expuesto a una persona.
—Quisiera tu ego. - Dije divertida, como siempre rompiendo los momentos lindos.
—Gracias, supongo. - Contestó con una sonrisa llena de tensión, está nervioso, lo conozco bastante bien.
—Yo tampoco tengo respuesta a eso, pusiste todo de cabeza con tu idea descabellada de intentar las cosas de nuevo. Creo que tú más que nada sabes como me siento al respecto, eres alguien muy especial y lo sabes. No quiero que me vuelvas a lastimar y por esto que tenemos no quiero perder a la única persona de mi familia que está conmigo siempre, Connor es lo único que tengo y lo sabes. Todo queda en ti si quieres hacer las cosas bien. - Dije nerviosa por su respuesta.
—Hablaré con Connor, esta vez quiero hacer las cosas bien. - Dijo Noah decidido, cielos, creo que me desmayaré en cualquier momento.
—No es lo correcto, pero ven aquí y dame un beso. - Hable divertida, al mismo momento que sentí los labios de la primera persona de la que me había enamorado, con un beso lleno de dulzura. Solo espero que esta vez no caiga en una maldita trampa.

Como siempre lo bueno dura poco, pero esta vez venia con algo peligroso. Toques se escuchaban en la puerta de mi habitación, al preguntar quién era me lleve la sorpresa que era mi hermano, así que me encargué de meter a Noah abajo de la cama y cubrirlo con alguna ropa que había dejado en el suelo, creo que por primera vez estoy orgullosa de ser desordenada.

—Hola Connor. - Dije cuando le abrí la puerta color blanco de la habitación de hotel.
—¿Que crees que acaba de pasar? - Dijo haciéndose el misterioso.
—Estoy segura que ya mataste a alguien y quieres que te ayude con el cuerpo. - Dije divertida.
—¿Acaso me crees capaz de matar a alguien? - Preguntó con fingida indignación.
—Claro que si. - Dije en medio de unas carcajadas.
—Bueno, no mate a nadie. Lo qué pasa es que Thomas me llamo. - Bien y así es como puedes dejarme sin habla, nunca estoy segura que es lo que va a decir ese idiota.
—¿Y que dijo? - Hable nerviosa, por suerte se disimular bastante bien y mi voz salió clara y precisa.
—Hablará con mamá por tus faltas a la preparatoria. - Respondió con una ceja arqueada y de brazos cruzados.
—Solo he faltado cinco veces y casi todas tienen explicación. - Encare a mi hermano que me veía expectante a mi respuesta.
—No me interesa saber porque, de las faltas de esta semana y media hablé con el director y nos dio permiso, claro que presentando los proyectos y de lo otro, más vale que lo convenzas tú también. No sabemos de que es capaz mamá, sabes que le importa el colegio. - Dijo Connor sentándose en la cama.
—Lo llamaré. - Dije decidida tomando mi celular, Noah por favor no te enojes y me reclames a mi cuando Connor se vaya.

Llamada.
—¿Hola? - Escuche a través de la línea, en Los Ángeles ya era bastante tarde y estaba segura que Thomas estaba haciendo cualquier actividad menos durmiendo.
—Thomas, soy Hailey. - Dije con voz firme.
—¿Pensaste lo que te dije? - Dijo sin ninguna clase de amabilidad.
—Claro y no regresaré a Los Ángeles hasta que terminen mi vacaciones en Paris, no tienes de que preocuparte, mi hermano está aquí. - Dije un poco molesta por su actitud.
—Me molesta porque perderás el semestre Hailey, sino regresas, ahora si llamaré a tu madre. - Dijo tomando una actitud para nada agradable.
—No tienes porque hacerlo, te recuerdo que tú todavía me debes una, no creas que te he perdonado por la fiesta. - Dije usando eso a mi favor, que al menos funcione o me veré como una loca obsesionada con el tema.
—Pensé que estábamos bien. - Habló Thomas.
—Pues aún no lo supero, sabes que eso para mi fue complicado, no pensé que fueras a decirme algo así. Espero que me entiendas, si llevaras una vida como la mía quizás sería más fácil. - Dije un poco triste, créanme que es algo triste saber que tienes unos papás que les vales un comino.
—Creo que debemos hablarlo en persona, te buscaré cuando llegues a Los Ángeles, siempre te sales con la tuya Brittany- Dijo antes de colgar, creo que se enojo.

Connor me veía con la típica forma de quiero una explicación a eso. Le hable acerca de todo, obviamente evitando que se enterara que asistía a las carreras de motocicletas clandestinas, al terminar de explicar todo mi hermano me veía con una cara que casi nunca había visto, exactamente una cara de asombro.

—Quien te viera hermana. - Dijo moviendo sus cejas rápidamente.
—No soy tan tranquila como me ves. - Dije divertida.
—Me di cuenta, verás, deberías de tener más cuidado, te lo digo como un chico, nosotros somos capases de hacer cualquier cosa por una chica, así que ten más cuidado con todos esos chicos. - Dijo contestando algunos mensajes de su celular.
—Lo se, algunas veces me dejo llevar por el momento. - Dije sonrojada, me daba pena hablar de estas cosas con un chico, pero que más puede pasar, ya confesé todos mis secretos.
—No lo hagas, te veré después. Iré a buscar a James y Noah para jugar juegos de azar en la sala del hotel. - Dijo dándome un beso en la frente antes de salir por la puerta de mi habitación.

Estaba revisando algunas fotos de Instagram cuando sentí que alguien se aventaba encima mío, así es, había olvidado que Noah estaba abajo de la cama. Estoy segura que ya escucho todo lo que hable con Connor.

—Así que chica mala. - Dijo encima mío, obviamente no estaba recargando todo su peso, sino ya estuviera muerta.
—Lo siento. - Dije sonrojada.
—Créeme que lo vas a sentir cuando tú y yo seamos novios. - Dijo antes de darme un rápido beso y salir de mi habitación de hotel.

No tenía idea de lo que se refería, o tal vez y si pero no estaba segura de querer creerlo, por salir de dudas llamaré a Logan.

Llamada.
—Lindura, pensé que te habías olvidado de mi. - Dijo cuando contestó la llamada.
—Lo siento Logan, creo que te he tenido un poco olvidado. - Dije con algo de pena, pero preferiría quedarme en casa con mi tía que salir a algún lado, estando con ella todo es diversión.
—No importa, ¿algo nuevo? -Preguntó sacando un tema de conversación.
—Exactamente por eso llamo, eres mi único amigo hombre y aparte eres al que le tengo más confianza. - Dije antes de contarle todo lo sucedido, hasta el punto de lo que me había dicho Noah.
—Hailey no quiero asustarte, pero desde mi punto de vista o de cualquier lado de donde lo veas habla de sexo duro. - Dijo con una voz de presentador, sin duda mi amigo está más loco que una cabra.
—Rayos, creo que debería ir cuidándome las espaldas. - Dije riéndome.
—Lo más seguro, sabes hablaremos luego, papá viene hacia el puesto y por cierto no olvides que tienes un amigo en Los Ángeles que espera un regalo tuyo de Paris. - Dijo despidiéndose de mí antes de colgar.

Después de ducharme había bajado a cenar con todos mis amigos y hermano, la cena había transcurrido bastante bien, claro que omitiendo las miradas que nos lanzábamos Noah y yo, solo espero que nadie las haya notado.

Muy bien, estoy lista para ver que me tienes preparado Ciudad del amor.

El niñero resignado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora