Capítulo 7

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—Que milagro —dijo en tono burlón Ino, ésta se encontraba recargada en la puerta de su casa, con los brazos cruzados sobre su pecho—

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—Que milagro —dijo en tono burlón Ino, ésta se encontraba recargada en la puerta de su casa, con los brazos cruzados sobre su pecho—. ¿A qué se debe el honor de que me visites?

—No me hables de esa manera.

—¿Y cómo debería hacerlo? Prácticamente te has vuelto una desconocida para mí.

—Ino —la nombró débilmente, le dolía la manera en que la estaba tratando—, somos amigas.

—Las amigas no te abandonan —recriminó. Sabía que estaba siendo grosera, pero era la cruda verdad y no sería amable con ella.

—Tienes razón, y de verdad lo lamento —dijo arrepentida—, pero necesito que hablemos.

—¿Sobre qué?

—Sobre Sakura, tienes que ayudarme a que volvamos a ser tan amigas como antes, por favor —suplicó—, no puedo avanzar sin tu ayuda.

La rubia no le contestó de inmediato, estaba pensando detenidamente si era buena idea ayudarla, Hinata se había equivocado terriblemente, pero parecía que ahora estaba tratando de remediarlo.
La miró durante unos segundos y después cerró los ojos, soltando un suspiro cansado.

—Está bien, te ayudaré —mordió su labio inferior, angustiada. Esperaba estár haciendo lo correcto—, entra.

—¡Gracias! —se acercó a Ino y la abrazó fugazmente, la rubia sonrió levemente y luego de unos segundos se separaron, para finalmente entrar a la casa.

—Es raro que vengas tan tarde a visitarme —comentó la rubia mientras caminaban hacia la sala, al no escuchar respuesta de su amiga volteó a verla—, ¿estabas llorando?

—Ah, v-verás —tragó saliva. Hablar se le estaba dificultando cada vez más, lo que menos quería era decirle donde había estado antes—, antes de venir aquí...

—¿Dónde estabas? —frunció el ceño, de inmediato notó nerviosismo en la voz de Hinata. La chica la miró, pero no contestó—. Hinata...

—Fui a casa de Sasuke —confesó de golpe, sorprendiendo a Ino.

—¿Para qué? —preguntó confundida.

—Quería hablar con él sobre Sakura, sé que está enamorado de ella —la rubia la miró totalmente asombrada—, ¿acaso no lo sabías? —Hinata no era tan despistada como muchos creían, podía parecerlo, pero de eso no tenía ni una pizca.

—¿Cómo es que tú lo sabes? Recién tengo ligeras sospechas.

—Están juntos todo el tiempo, Sasuke la protege y la cuida, ¿cuándo lo has visto actuar de esa manera con otra chica? A mí hasta me echó de su casa —recordó triste, el azabache sí que era un tipo insensible con las personas que no le importaban.

—Es obvio que está molesto contigo Hinata, todos lo estamos.

—Lo sé, por eso quería hablar con él, le ofrecí mi ayuda para que pudiera enamorarla.

—¿Qué? —ahora entendía el porqué de la actitud de el azabache—. ¿Por qué hiciste eso?

—Naruto sale conmigo, yo quiero que Sasuke salga con ella —contestó con serenidad.

—Vaya —la miró asombrada, enarcando sus cejas—, ¿acaso entiendes lo que dices? ¿Desde cuándo eres tan egoísta?

—¿Egoísta? Quiero que ella sea feliz, yo también merezco serlo.

—Porque ella quiere a Naruto, tú sabías eso.

—Pero él no está enamorado de ella —le recordó, sin molestarse en suavizar el tono de su voz—, Naruto eligió estár conmigo y yo lo quiero, ¿no pueden alegrarse por nosotros?

—Creí que querías resolver las cosas con Sakura, lo que veo que quieres es hacerla entender que Naruto no la quiere.

—No, no es eso, yo...

—Escucha —la interrumpió—, Sakura entiende que están enamorados, lo sabe perfectamente, lo que no entiende, o mejor dicho, no entendemos, es que tú te estés comportando como una idiota egoísta —le dijo duramente.

Hinata apretó sus labios, volviéndose éstos en una línea recta, frunció el ceño en señal de molestia.

—¿Cómo te atreves? —preguntó ofendida, no quería perder la cabeza, ella siempre trataba de guardar la calma, sobre todo en momentos como estos.

—Como te atreves tú —frunció el ceño, ya molesta—, le diste la espalda a tu amiga por un hombre, si le hubieras dicho a Sakura que te gustaba Naruto esto no hubiera pasado, pero decidiste esconderlo.

—¡Porque sabía que ella estaba enamorada de él! —exclamó alterada, no tan consciente de lo que acababa de gritar.

—¿Lo entiendes? —le mostró una sonrisa amarga, al mismo tiempo que Hinata abría los ojos asombrada, Ino lo había hecho a propósito—. Naruto no es un objeto, por lo tanto no es propiedad tuya o de Sakura, ella no intentará separarlos, tal como tú hiciste con ellos, pero entiende esto Hinata, ella no volverá a confiar en ti.

—De verdad lo siento —dijo, al borde ya del llanto—, sabes que una persona no decide de quien enamorarse, no creí que resultaría algo tan malo. Ino —su voz se quebró—, no sé que hacer.

—Dale espacio a Sakura —la miró con tristeza, Hinata no era una mala persona, pero ahora mismo no podía reconocerla, su amiga no se comportaba de esa manera—. Necesita afrontar que ustedes están juntos, necesita que su corazón sane.

—Quiero ayudar.

—Pero no puedes, lo siento, lo mejor es que Naruto y tú no se acerquen a ella, no por ahora.

—Ino, nunca quise hacerle daño.

—Quiero creerte, de verdad quiero hacerlo Hinata, pero tus actos demuestran lo contrario —se acercó a ella y la abrazó—, ya es tarde para que regreses a tu casa, quédate aquí.

—Gracias —susurró, aferrándose al abrazo de Ino.

Que día tan horrible y agotador había tenido, agradecía infinitamente que la rubia no la dejara sola, aunque si lo hubiera hecho lo entendería, ella anteriormente había rechazado la invitación para ir al cine, obviamente para evitar ver a la pelirrosa.

Lo que le había dicho a Sasuke era verdad, la culpa la estaba consumiendo, sus deseos de estár con Naruto eran muy egoístas, lo reconocía, pero temía que él la dejara, tenía que mantenerlo alejado de Sakura, al menos por ahora.

No seré yo |SasuSaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora