XII

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Semana 6 (8 semanas A. D. S.).

Perspectiva de Sanae (narrador omnisciente, tercera persona).

El torneo nacional de football —junto a otros deportes— llevaba una semana de haber comenzado, entonces, Sanae debía permanecer al pie del cañón para atender cualquier problema que pudiera surgir. Un ejemplo de ello sería que, cada año, algunos profesores se oponían a la pérdida de clases para que los equipos entrenaran y descansasen como era debido; el trabajo de un manager consistía justamente en mediar la comunicación de estos con los organizadores de las competencias.

A Sanae nunca le había molestado la tarea, sin embargo, tal vez la chica de cabellos castaños que la acompañaba en su labor tenía que ver con que ahora pensara distinto. De repente se sentía sumamente incómoda al lado suyo, y es que días atrás notó que Kumi veía a Tsubasa con una adoración equiparable a la suya. Sanae guardaba silencio, pero no significaba que no supiera interpretar lo evidente. Por favor, que no sea lo que creo que es.

Kumi parecía desconocer sus propias emociones, porque así es cuando alguien te gusta: al momento no sabes qué te está sucediendo, porque estás ocupada sintiéndolo. Sanae, por otro lado, se reflejaba en su amiga; cuando ella empezó a enamorarse, era igual de enérgica y valiente, hasta cierto punto. Después prefirió cambiar, porque nadie querría a una muchacha tan poco femenina.

Al inicio, Tsubasa la trataba como una amiga valiosa, y Sanae no podía estar más feliz de ser importante para él. Después llegó la pubertad y se dio cuenta de que no quería a Tsubasa como amigo, sino como a un adolescente más atento, detallista y romántico. Esta transición fue desesperante: ¿qué se hace cuando debes elegir entre estar con quien te gusta a cambio de que nunca te vea como una chica, o arriesgarte a sugerir tus verdaderas intenciones con esta persona?

De nuevo, Sanae sabía que era valiente, así que se arriesgó. Algún día, Tsubasa sabría apreciar sus esfuerzos. Sanae soñaba tan arduamente con ello, que no le importaba aprender a controlar sus impulsos, hablar con cadencia y empezar a juntarse con otras niñas en vez de jugar con varones. De pronto, ya no se ponía su cinta de animadora en la frente, sino ligeros toques de labial que, junto a sus pestañas rizadas, atrajeron a un par de pretendientes que supieron ver su belleza.

Vivía de su esperanza en el futuro y no le importaba, porque, si al final conseguía que Tsubasa la quisiera, nada habría sido en vano. Imaginar tal éxito le daba el coraje que antes obtenía de su propia personalidad, ¿y por qué no decirlo? Le otorgaba una sensación de poder que Kumi seguramente no tenía, porque se trataba de no ceder todo al azar, sino de construir sus méritos para ganarse al chico.

Por suerte para ella —y aunque estuviese un tanto recelosa—, Kumi aún no se declaraba atraída por Tsubasa de la misma forma que Sanae, así que no importaba qué tan amable fuera su amiga o lo mucho que mirara al jugador de football, eso seguía considerándose simple admiración: Sanae, en cambio, podía entregarle bentos y ser atenta exclusivamente con él sin decir que le gustaba, pero dejándolo implícito.

Incluso se hizo manager para encontrárselo más y, aunque de momento Tsubasa no entendiera el montón de pistas que había dejado por vivir del soccer, seguro le correspondería en algún momento. Era cuestión de esperar, estaba convencida.

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N/A: Se me está haciendo el mal hábito de dejar estas notas. En fin. Ha sido sorprendente ver el rumbo que tomó este cap, ¡de verdad no tenía intención de que saliera así! Obviamente eso no significa que me disguste, de ser el caso no lo habría subido. ¡Al fin puedo escribir en orden el número de semana! Originalmente la llegada de Taro iniciaba así (semana 1, semana 2, etc...). Espero haberles complacido :)

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