XIX

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Semana 12.

Perspectiva de Takeshi/Ken, narración en primera persona.

Me encontraba charlando tranquilamente con Taro antes del receso, hasta que Ken nos interrumpió diciendo que se trataba de algo importante. Yo no dudé en acompañarlo fuera del salón; después de todo, era raro que me fuera a buscar con una cara tan seria, así que lo hubiese seguido aun si no me lo pedía de esa forma.

–¿De qué se trata, Ken? –pregunto apenas nos sentamos en una de las pocas bancas libres del patio.

–Siendo franco, ni yo lo sé–confesó en un suspiró. Fruncí las cejas–. La semana pasada, Maki me dijo que estabas molesto. Quería saber si es verdad.

–¿Molesto? –Ken afirmó moviendo la cabeza–. ¿Por qué?

–No estoy seguro. –Desvió la mirada como si le incomodase el tema–. La vi y me preguntó sobre Kojiro (fue una conversación extraña), y de repente mencionó que quizás estabas molesto por mi relación con él.

Me siento tan confundido como Ken. Tengo una mediana idea de a qué se está refiriendo, pero se queda así: a medias. Lo que él me está diciendo no termina de encajar con lo realmente me pasa. No estoy molesto por la relación entre Ken y Kojiro; ni siquiera es molestia lo que me ha estado incomodando. Más bien es eso: incomodidad, y no es por él. Es por Maki.

Tan confusa es la explicación, que en el fondo tampoco es ella el problema; es una situación que Taro me ha estado recalcando últimamente y en la que es probable que tenga razón. Tengo que resolverla si ya ha llegado a oídos de Ken, si la propia Maki lo ha descubierto (ella es muy suspicaz), antes de que mis vínculos amistosos empiecen a afectarse. Tengo que hablar con Kojiro.

Pero no puedo.

–Ken, ¿qué más te dijo Maki?

–Es difícil de recordar con exactitud.–Se sacude el pelo con una mano mientras mira al cielo. Se está esforzando de verdad–. Fue algo acerca de tenernos envidia por lo cercanos que somos. Como si estuviéramos más unidos que ellos, a pesar de ser novios, o que tú y él, lo que es algo muy tonto; no entiendo de dónde saca esas ideas, si Kojiro te adora. Ustedes no se han distanciado ni un poco como amigos a pesar de ya no ir juntos a todos lados. Soy yo quien los envidia a ustedes, y puede que ella también.

Ken sonríe como pocas veces y yo me siento en caída libre. De pronto, mi estómago está vacío y soy incapaz de seguir viéndolo a la cara. ¿Eso es lo que él piensa? Ahora me siento en verdad culpable por haber sentido siquiera un mínimo de enfado hacia su modo de ser cuando se trata de Kojiro. Ken tiene razón, esto es realmente tonto. No quiero sentirme así. Quiero sacar todas estas emociones raras e injustificadas: necesito hablar con Kojiro.

Noto que Ken se tensa y se agacha por la forma en que flexiona su cuerpo para que su cara se asome por el rabillo de uno de mis ojos, lo cual es una sorpresa para mí porque, si se ha inclinado en la banca, eso significa que yo lo hice primero hasta enterrar mi rostro entre mis manos.

No puedo hacerlo solo.

–¿Takeshi...? ¿Estás...?

–Ken–lo interrumpo antes de que pueda sugerir aquello. No estaba llorando, solo tomaba un respiro antes decírselo–: Ayúdame con algo.

❝Common Days❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora