4. Castigos.

219 19 6
                                    

(Matt)

-Hoy todo será diferente. –me dije una y otra vez para poder convencerme de aquello.

Josh se fue al instituto en su auto. Al menos no tendré que irme con él. Luck y yo nos hicimos muy buenos amigos y sin Josh todo será mejor. Digamos que el servicio del chofer solo sería para mí.

-Bueno, hemos llegado. –Dijo Luck al detenerse frente al instituto.- Llámame cuando necesites que venga por ti.

-Esta bien. –Sin más nada que decir, baje del auto. -

No me interesa encontrar amigos en el instituto. Al contrario, en este momento estar solo me gusta.

Rose me esperaba en mi casillero. Esta estaba apoyada con sus brazos cruzados y la mirada fija en mí. Eso me desconcertó ¿Qué quiere?

-Matías Cooper ¿Vas a ir a la fiesta el viernes? –Dijo cuando ya estábamos frente a frente. -  ¿Verdad?

-¿De que fiesta hablas? – Esto es confuso. ¿Cómo voy a saber de fiestas si apenas ayer regresé?

-Oh, pensé que tu hermano te había dicho. El viernes es la fiesta de cumpleaños de Nathan. El mejor amigo de Josh, todo el mundo va a ir. – Menos yo.

-No lo se, tal vez no valla.

-Vamos será divertido. –Dijo haciendo pucheros y juntando sus manos. –Se que no te arrepentirás…

-Rose no insistas. –A veces me molesta cuando se pone así. Porque sabe que después de todo consigue lo que quiere.

-Por favor, por favor, por favor… -Ahora parece un cachorrito triste.

- Si te digo que si… ¿Dejarás que use mi casillero? – Que fastidio.

- ¡Si! –Dijo dando palmadas y pequeños saltos.

-Ok. –Volqué los ojos y asentí con la cabeza para que entendiera.

Ella iba a decir algo pero el timbre de entrada la interrumpió por lo cual le pedí espacio para usar mi casillero. Soltó un bufido y se largo, lo que agradecí.

Mi primera clase es Química, al parecer, este día si será diferente (peor que ayer) aburrido e insoportable. Ya en el aula, me siento en la tercera fila. El profesor llega y empieza con su charla.

Traté de prestar atención pero lo que en entendí fue: “Buenos días. Soy el señor blah, blah, blah…”

Y así paso la primera hora de clases. Ahora me encuentro en los pasillos del instituto en dirección a mi casillero pero me encuentro a una chica que se han caído sus libros. No voy a seguir sin ayudarla. A veces odio cuando la generosidad de mi subconsciente abusa de mí. 

Me acerque y baje a ayudarla. Recogimos todos esos papeleos y libros regados en el suelo.

-Gra… ci… Gracias. –Tartamudeó bajando su mirada. Yo solo sonreí para evitar soltar una carcajada en ese momento.

- De nada. –Dije tratando de verla a los ojos pero me fue imposible ya que esta todavía estaba con la mirada gacha. -¿Cómo te llamas?

Se quedó unos segundos en silencio hasta que se dignó a contestar. 

-Jenna.

- Mucho gusto soy Matías, pero si quieres me puedes decir Matt. – Le extendí la mano con una sonrisa dibujada en mi rostro.

- Mucho gusto. –Sonrió.

Por fin subió la mirada y respondió ante la tendida de manos. Esta chica no es tan fea pero tampoco es tan deseable. Es… normal. Pero hay que admitir que se nota que es de las que llama “nerds”, su vestuario parece que es 2 tallas más y sin contar esos zapatos que parecen de hombre. Pero su cara es bonita. Tiene unos ojos azules, que probablemente, te hipnoticen si ella se lo propone. Su cabello rubio y amarrado, sus labios perfectamente tonificados y deseables… ¡Por Dios! ¿En que diablos estas pensando? ¡No puede gustarte una “Nerd”!

Idénticamente opuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora