Capitulo uno.

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Iba a matar a Tom...

En el sentido figurado de la palabra, no os asustéis.

Era viernes por la noche y en menos de una hora comenzaba la cena de accionistas en la ciudad.

Cada cuatro meses, se organiza una en la que por lo general, asisten las personas con mucho dinero y sus respectivas familias.

Era la primera reunión a la que iba, obligada por Tom, por supuesto.

Pero esa no es la razón por la que odiaba a mi tío, en ese preciso instante.

Observo mi reflejo en el espejo y mi ceño se arruga.

Según él, Colin ama a las chicas tiernas y naturales.

Todo lo contrario a mi. Yo tenia lo de tierna como Colin tenia lo de feo, (es decir, absolutamente nada). Y siempre me veia obligada a fingir ser alguien que no era.

Colin no se fijaría en mi nunca si lo que buscaba era alguien tierna y natural.

Mi mirada vuelve al espejo otra vez. Y claro, frunzo el ceño.

Mi ropa negra habitual había sido reemplazada por un vestido color menta, mis parpados se sentían desnudos sin delineador y mi cabello estaba sujeto en una coleta alta que lucia sofisticada.

Y a más de elegancia, me veia como una niña que no odiaba a nadie y que no mataba ni a una mosca. Tierna. Me veía tierna.

Eww.

Cuando el pitido del auto de Edward -colega de trabajo- suena, bajo corriendo con unos tremendos tacones blancos que me hacen lucir mucho más alta de lo que en realidad soy.

Sonrio orgullosa al no tener altibajos con ellos puestos.

Cuando entro a su Mustang, veo a Ed vestido con un traje negro. Tan guapo como siempre.

-Hola. -Dice al rato que enciende un cigarro.

Sin contestarle, extiendo mi mano hacia él.

De reojo, mira mi mano y antes de arrancar, me la coge y deposita un beso en ella.

Yo ruedo los ojos y despego mi mano de su boca. Me estiro y logro quitarle el tabaco de su mano. Lo señalo en alto para que vea lo que buscaba.

Ed suelta una sonrisa y arranca.

Cuando acabo de fumar, estoy más tranquila.

-Hola -Me acerco a darle un beso en la mejilla.

-Ahora que te has acabado mi cigarro, me saludas, ¿no?

Yo sonrío y le doy otro besito a modo de disculpa.

-Oye, me gusta este juego. ¿No quieres otro taco?

Ruedo los ojos y prendo la radio hasta sintonizar música de mi gusto.

Treinta minutos después, bajo del auto y me encamino hacia la puerta de entrada con Ed a mi lado.

-Estás realmente linda, Bianca. -Dice con cariño mientras rodea mis hombros con su tonificado brazo.

-Tú igual.

-¿Yo estoy linda?

Suelto una carcajada y digo:

-Estás ardiente.

-Lo sé.

-Era tu turno de decirme algo bonito. -Bromeo, empujándole -Has cagado el juego.

-No sabia que estabamos jugando, pero vale, el vestido resalta tus ojos.

Love of killingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora