Capitulo tres.

156 38 11
                                    

-Yo...lo siento -El idiota de Colin, titubea. -No te había visto.

¡Ya! No me había visto...¡¿Es que el muy imbécil no sabe cuál es la función de los ojos?!

Estaba enojada. Muy enojada por estar tirada en el suelo como una idiota y arrastrando a tal idiotez, a Colin.

Todo resultaba tan irónico, es decir, venía huyendo de su padre y...

Sentí como un foco en mi cerebro se prendió.

-¿A dónde estabas yendo? -Pregunto, y reviso mi reloj de mano. Faltaba una hora para que su clase de Psicología Institucional terminara.

¿Qué diablos hacia Colin, corriendo hacia donde yo estaba precisamente, huyendo?

La mirada del ojiazul se aclara. Y se que no es un buen momento para decirlo, pero se veía adorable con sus ojos tan celestes.

-Este...yo -Frunce el ceño y carraspea, aparentemente nervioso. -¿Por qué debo darte una explicación? Es decir, no te la daré.

Ruedo los ojos.

Tonto e imbécil Colin.

-Me da igual -Finjo indiferencia y hago ademán de levantarme. Pero en un dos por tres, Colin ya lo ha hecho y tira de mi mano, logrando ponerme de pie.

El contacto de su cálida mano hace contraste con la mía provocando una sensación rara por lo que quito enseguida mi mano.

-No había necesidad de que hicieras eso. -Digo abochornada. Una sonrisa arrogante aparece en su rostro.

Bien, Bianca, concéntrate. ¿Es que no te das cuenta que hace algunos minutos estabas con el padre del tarado que tienes en frente y ahora, de repente, él sale de la nada cuando debería estar en la Universidad de queso, digo, Thomfield?

Mi subconsciente tiene razón. Había algo raro aquí. Pero no podía atar cabos.

A menos que...

Existía la posibilidad que Bob haya citado a Colin y a mi. ¿Pero, por qué?

Es decir, era un tanto...ridículo. Estoy segura que Bob no sabe que planeo matar a su hijo, por lo que obviamente Colin tampoco.

Sin embargo, en la fiesta de accionistas de hace dos semanas, Colin había pronunciado mi nombre y mi verdadero apellido sin que yo se lo hubiera dicho. Bob tenía conocimiento de mi familia. Muchísimo. Eso quiere decir, que sí le comentó sobre eso a Colin.

Pero seguía en el mismo caos de confusión...¿Por qué Bob había abierto su bocota?

Tom decía que Bob trabajaba lo más lejos de la familia, evitando ivolucrarlos. Pero eso era precisamente lo que estaba haciendo con Colin.

No entendía nada.

-¿Y tú? ¿Qué haces aquí? Te he visto en Thomfiel -¡Lo que me faltaba! Al fin y al cabo, ya sabía que lo mío no era espionaje- Y deberías estar estudiando, supongo, aunque, y no te ofendas, no luces como una universitaria, si no, más bien como colegiala, ¿qué edad tienes?

El muy hijo de Bob, imita mi gesto de mirar el reloj y mirarme acusadoramente.
Ignoro su pregunta respecto a mi edad y miento;

-El profesor no fue.

-¿En serio? ¿Qué profesor? -Me desafía.

-Franklin Merth.

Colin frunce el ceño.

-¿El de Sociología?

-Ese mismo. -Sonrío al saber que se la ha tragado.

Si él supiera que Franklin, literalmente, trabaja para mi.

-No te creo nada, Bianca. -Mi sonrisa automáticamente desaparece.

-¿Disculpa?

-Vamos, ya te dije la otra vez que lo sé todo. No hay necesidad que me mientas. -Sonríe el muy idiota.

Sus palabras me confunden más.

¿Sabe que lo voy a matar? ¿Y por qué sonríe, entonces? ¿Estará loco? ¿Bob lo sabe también? ¿Y por qué diablos sigue sonriendo?

-Escucha, Colin -Suspiro y busco las palabras correctas que decir. Aunque la verdad, no tengo ni puta idea que voy a decir -No es por ofender... -Pero si lo hago; mejor -Pero... -Mierda, ¿y ahora que digo? -¡No se de que diablos me hablas!

Bueno...eso no salió tan bien como planeaba.

Colin entorna sus clarísimos ojos.

-Mi padre me lo ha contado. -Me explica- Todo.

Si antes odiaba a Bob, ahora lo triple odiaba.

Esto se iba cada vez más al carajo.

Cuando mi padre me dio la noticia hace un par de años de que había una manera perfecta para vengarse de Bob, había aceptado colaborar en ella.

Pero sólo hasta hace un par de meses que me enteré cual era esa manera.

Su progenitor, claro.

Y tampoco tardé en darme cuenta que sería yo, la que lo mataría.

No me desagradó la idea, debo admitir. Es decir, me vengaría de Bob...¡Por fin! Y sólo yo. Era...fantástico.

Pero ahora pensándolo bien, era una idea fatal. Cada vez me sentía menos capacitada para este trabajo. Y es que, viene Colin y me dice que sabe todo...ósea, ¡a la mierda!

-No sé que mentiras te metió en la cabeza, pero...

-Basta, Bianca. Él lo sabe. -La voz que más me desagrada es dueño de esas palabras. Veo a Bob situarse a un lado de Colin y no puedo evitar apretar mi mandíbula.

No se que diablos hacer.

Así que opto por el silencio.

-No tienes de qué preocuparte, Bianca -Dice Colin- No voy a decir nada. Pero debes saber, que tampoco nos interesa...tu producto.

¿Mi...? ¿Qué? ¿De qué mierda habla este tipo?

Fijo mi mirada en su padre y este tiene ambas cejas arqueadas. Me observa esperando una reacción y la obtiene.

Me encuentro sorprendida y confundida.

-En serio que no se...

-Las drogas, Bianca. -Finaliza Bob.

-Que yo sepa que las..., bueno eso no va a perjudicarte, créeme. -Continua Colin y siento mi boca abrirse más a cada palabra que sale de sus labios. -No diré nada. Además esto debe ser frecuente, ya sabes, que otras personas sepan y no la quieran pero eso es algo totalmente normal. Por que no todos somos...así como tú, pero no tienes de qué avergonzarte...

Más palabras salen de su boca pero yo ya no escucho nada.

¿Drogas? ¿Es en serio? ¡Yo no trafico eso!

Pero poco a poco comprendo.

¿De esto iba todo? Veo a Bob y se que no he comprendido del todo. Está tramando algo. En su expresión está marcada la audacia y superioridad.

Él creía estar un paso delante de mi, y aunque no era cierto, algo me faltaba por descubrir a mi.

Love of killingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora