Capitulo cinco.

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Mis manos tiemblan ligeramente cuando busco un cigarro en mi nuevo bolso. Lentamente, lo enciendo e inhalo.

Permanezco así un par de minutos mientras recupero el aire que, irónicamente se había escapado de mis pulmones.

Vamos, Bianca, no es tan difícil. Tan solo debes cruzar el bonito jardín que te lleva a la maldita universidad.

Mi subconsciente tiene razón, ¡puedo hacerlo! No es como si esto fuera tan malo.

Suspiro y adopto una postura de chica universitaria.

La había estado practicando en el espejo desde la tarde del sábado cuando Tom me dio dinero para renovar un poco mi armario. ¿Entienden cuando os digo que no es tan malo? Digo, ¿A qué chica no le gusta comprar ropa?... ¡Pues a mí! No me agrada el hecho de gastar mi tiempo y dinero en ropa "de moda" y más me desagradaba si era para usarla en Thomfield.

Ahora es turno de resoplar y fruncir el ceño.

Tom también me había recomendado lucir otro look en cuanto a mi cabello. Me lo había alisado y debo admitir que me aumentaba un par de años. Pero con la ropa no había cedido.

No me malinterpreten; había gastado parte del dinero que Tom tan gentilmente -nótese el sarcasmo- había donado para mí.

Dante estaba necesitado de un compañero y ¡walá!

¡Ahora tengo dos gatitos!

Más adelante, necesitaré recursos para cuidar de Dante y de Isis, por lo que, honradamente, decidí quedarme con lo que sobraba del dinero.

Probablemente, Tom no estará muy feliz cuando se entere, pero, ¿Qué pretende? ¿Qué me vista tan arcoíris como aquellas tías que me miran como si tuviera un gigantesco grano en toda mi cara? ¡Perras!

-¿Bianca? -¡Ay, hijo de puta! ¿Pero, qué...?

-Fran -Respondo cuando me doy la vuelta con una mano en mi pecho y visualizo a un docente de la universidad -¿Qué carajos? Me asustaste.

-Perdona -Fran me encamina con su brazo en mi espalda a la entrada del precioso jardín y yo le agradezco mentalmente. No creo haber sido capaz de ir sola. -¿Entonces, en qué quedamos?

Hace dos años, Franklin Merth envió una solicitud a la empresa para matar al amante de su mujer. Fue la primera y única vez que presenciamos algo así. Quiero decir, la mayoría de veces, las personas a las que le son infieles, cobran venganza por si solos.

Pero, ¿qué se puede esperar de un profesor de Sociología? El tipo no tiene huevos para nada. Pobre hombre. Pero por esa misma razón, lo tenemos en nuestras manos. Suele ayudar a la empresa y ahora es uno de esos momentos.

-Colin tiene clases contigo ahora, ¿no? -Tras la confirmación de Fran, prosigo- Iré con orden de pasantías a tus clases y es entonces cuando tú le dices que él es quien será mi tutor.

••

Han pasado diez minutos de aburridas clases con Merth y el idiota de Colin, no aparece por ningún lado del auditorio. ¿Pero, quién se cree que es?

Dos minutos después, casualmente, miro para atrás y mis ojos se encuentran con los de un chico alto y con unos ojos hermosos.

Colin.

Los latidos de mi corazón empiezan a acelerarse cuando él me sonríe, tras recuperarse de la sorpresa y baja hasta mi lugar.

El asiento de mi izquierda tanto como el de la derecha, se encuentran ocupados. Pero con solo un susurro en el oído por parte de Colin hacia la chica de mi izquierda, bastan para hacerla sonrojar e irse a otro lugar.

Love of killingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora