8: descubrimientos

2.5K 406 83
                                    

Seokjin apago la luz de su habitación y se metió bajo las cobijas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Seokjin apago la luz de su habitación y se metió bajo las cobijas. Suspiro pesadamente tratando de conciliar el sueño.

Cinco, diez, quince minutos habían pasado y seguía sin poder dormir, frustrado abrió el balcón y se encontró con su pequeño Yoongi del otro lado.

Irritado saco un cigarrillo y lo prendió, dio una fuerte calada y exhalo todo el humo, sin apartar la mirada del pequeño pelinegro.

Desde su balcón tenía una vista amplia a la habitación de Jungkook. Vio como ambos chicos sentados en la cama parecían estar jugando videojuegos.

Ja claro, un proyecto, ¿no? Seokjin estaba molesto.

Dio otra calada a su cigarrillo y de nuevo exhalo el humo ahogándose cuando vio como Jungkook abrazaba muy confiadamente a su Yoongi y este no le era indiferente.

Eso era todo, iría a esa casa por Yoongi, entro a su habitación en busca de su bata y pantuflas, traería a Yoongi con cualquier excusa, él chico no se podría negar, después de todo era su tutor, debía obedecerlo.

Un click en su cabeza hizo ruido y se sentó al borde de la cama, ¿qué pasaba? ¿por qué de la nada actuaba tan sobre protector? ¿Posesivo?

Peino todo su cabello para atrás y suspiro.

Volvió a salir al balcón y de nuevo vio al pequeño Yoongi, sonrió al ver a este bostezando, parecía un pequeño gatito.

—Buenas noches Yoongi— susurro mientras cerraba la puerta.

Camino hasta su cama y se dejo caer, se acomodo mejor quedando boca arriba viendo al techo fijamente.

Es él hijo de tu amigo, tienes novia, estas comprometido, ¡es un niño!

Se abofeteo con verdades.

Suspiro de nuevo y giro encontrándose con la foto que le había sacado a Yoongi en su primer día de clases, sí la había impreso y enmarcado.

Él es tan lindo, es tan serio y a la vez tan tierno, finge estar bien pero su rostro lo delata, es un tonto, mí tontito. Él me gusta...

Abrió los ojos como platos y se sentó de nuevo en el borde de la cama con la respiración agitada, como si hubiera acabado de tener una pesadilla.

¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? Eran preguntas que se hacia, él ya no era un chiquillo que no podía saber tales respuestas, era un hombre que tenia que reflexionar sus acciones, no sé podía dar el lujo de dejarse llevar por sus emociones como un adolescente.

Protect Donde viven las historias. Descúbrelo ahora