17: Curando heridas

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Llegue tan tarde

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Llegue tan tarde...

Seokjin manejaba sin rumbo por la autopista. Ya no le importaba ir a su ridícula cena de compromiso.

El se va ir y me va a dejar...

Apretó fuertemente los ojos evitando que las lagrimas se le escaparan.

Las sonrisas de Yoongi llegaron a su mente, entonces no pudo evitarlo, pequeñas lagrimas escaparon de sus ojos.

—¿Por qué cuándo él dijo que me amaba no hice nada?

Detuvo el auto, golpeo con su puño el volante.

Salió del auto y muchos autos pasaban a toda velocidad pitando. Su auto estorbaba el paso en la autopista.

Había una alta reja que evitaba el cruce a un acantilado, donde solo se veía una profunda oscuridad.

Seokjin grito con todo el aire que guardaban sus pulmones.

Yo arruine todo, yo no hice nada por evitarle más dolor... Estaba más asustado y preocupado por lo que yo sentía que no me di cuenta que él era quien más sufría.

Recordó la cara de confusión y tristeza de Yoongi cuando le presento a Sunhee como su prometida.

¿Me amabas desde entonces?

—Lo siento tanto mi amor... Yo no te supe cuidar.— Decía entre bajos sollozos y con la voz cortada. —Lo siento Youngjae... Me enamore de tu maravilloso hijo, y no lo he cuidado bien. Lo siento padre... Tu hijo ama a otro hombre, ¿Eso esta bien para ti?— Pregunto con burla mirando el cielo.

Su padre siempre se había sentido decepcionado de él por sus preferencias, por eso Seokjin se había mantenido discreto y había aceptado un compromiso que no quería.

Recordó de nuevo la sonrisa de Yoongi en la rueda de la fortuna, recordó a Yoongi ebrio confesándole su amor.

Y de nuevo soltó un grito desgarrador.

¿Por qué no podía moverse? ¿Por qué no se sentía digno de corresponder los sentimientos del menor?

Comenzó a golpear sus puños contra el fuerte fierro de la cerca, hiriendo sus manos hasta sangrarlas.

¿Por qué sigo siendo un cobarde?
¿Por qué si lo amo soy incapaz de ir por él?

—¡Señor deténgase por favor!— Grito una pareja.

Seokjin volteo a mirarlos extrañado.

—Por dios esta sangrando.— Hablo aterrorizada la mujer cubriendo su boca.

Seokjin no entendía. Su vista cayo a su traje blanco lleno de sangre y tierra, miro sus manos lastimadas y llenas de sangre.

—Vamos, lo llevaremos al hospital.— Hablo el señor, tomando a Seokjin de la espalda.

Seokjin tenía los ojos rojos e hinchados por haber llorado, su garganta estaba seca y dolía.

Ya pasaba de la media noche, su cena de compromiso había concluido.

—Por favor... Llévenme a esta dirección, es mi casa.— Dijo Seokjin a la amable pareja extendiéndoles una pequeña tarjeta.  

—Señor, ¿Esta usted bien?— Pregunto la mujer con evidente pena.

Seokjin la miro y le regalo una débil sonrisa.

—Definitivamente no, no estoy para nada bien.

Llegaron y la pareja vio con asombro la maravillosa mansión.

El señor Lee salió de prisa con el corazón pendiendo de un hilo.

—¡Joven Kim, bendito sea el cielo!

Seokjin sonrió, apreciaba tanto al fiel señor Lee.

—Ayúdelo por favor, el lastimo sus manos.— Hablo la amable señora.

El señor Lee vio horrorizado el impecable traje blanco hecho un asco, lleno de tierra y sangre, pero se asusto más al ver las manos llenas de cortes y sangre... Pero luego entendió todo cuando Seokjin comenzó a derramar algunas lágrimas por su sucio rostro.

—Gracias por haberlo traído, por favor pasen a beber algo caliente como muestra de agradecimiento.— El señor Lee invitó a la pareja a pasar.

—Aquí están las llaves del auto, mi esposa y yo llamamos a una grúa para que lo trajeran.— El señor extendió las llaves al señor Lee.

—Muchas gracias, el joven Kim tuvo suerte de que ustedes lo encontraran.

—¿Él esta bien?— Hablo con preocupación la señora bebiendo de su té.

Son los síntomas de un corazón roto. Pensó el señor Lee.

—Él estará bien.— Fue lo único que pudo contestar.

La amable pareja se despidió, él señor Lee les agradeció infinitamente.

—Joven Kim.— Toco la puerta de la habitación.

—Pasé— Contesto un roto Seokjin.

El señor Lee dejo una bandeja con medicinas y vendajes para curar las heridas.

—¿Qué fue lo que pasó?— Se atrevió a preguntar.

Hubo minutos de silencio, asumió que su Joven Kim no quería hablar del tema. Enrollo sus mangas y comenzó a desinfectar las heridas.

—Duele— Susurro Seokjin.

—Lo siento joven, pero debo desinfectarlas.— Dijo mientras soplaba para que doliera menos.

—No... Duele sentirse de esta forma... Llegue tan tarde.— De nuevo su voz se quebró.

El señor Lee lo miro y sintió un profundo dolor de ver así a su querido joven Kim.

—¿Quiere saber algo?— Pregunto el señor Lee.

Seokjin asintió aun llorando.

Luce igual que cuando tenía cinco años... Usted siempre venía llorando porque al escalar los arboles se raspaba, entonces yo lo curaba... ¿Cuándo dejo de ser ese niño que no se rendía por más que llorara? Por más que se lastimo, usted logro escalar el gran árbol del jardín, y todas las heridas que cure sanaron y entonces valió la pena.— El señor Lee derramo algunas lágrimas.

—Señor Lee...— Susurro Seokjin.

—Disculpe el atrevimiento... Pero usted es como un hijo para mí, yo lo vi crecer, lo vi llorar y reír, siempre estuve justo detrás de usted... Yo sé el hombre en el que se convirtió... Así que, ¡No se rinda! Yo creo en usted, y si se vuelve a lastimar yo estaré aquí curando las heridas.— Las lagrimas del señor Lee seguían cayendo mientras miraba de manera dulce a Seokjin.

Seokjin se levanto de su cama, abrazo al señor Lee, este se sorprendió y correspondió al abrazo, dando suaves caricias en su espalda.

Aún tienes 5 años para mí.

Gracias Señor Lee.— Susurro Seokjin.

Heesoon... Tu hijo se parece tanto a ti, lo quiero tanto, es como el hijo que nunca tuve... Contigo, la mujer que siempre amé.

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