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La jornada escolar había terminado sin incidentes, eso lo aliviaba, sus compañeros no eran unos idiotas y todos estaban demasiado ocupados estudiando para los exámenes de ingreso a la universidad como para prestarle atención al nuevo.
Cuando vio al chofer cruzo la acera y sin dejar que le abrieran la puerta entro en la limosina, de nuevo ignorando la miradas de todos.
Mientras se sumergía en su música a todo volumen a través de los audífonos llego a su mente Seokjin quien le dijo que lo vería en la comida; de pronto se sintió nervioso, no sabía porque su hyung se tomaba tantas molestias con él, realmente le ponía todo el corazón para hacerlo sentir parte de algo. Pero al nunca haber experimentado algo así antes se sentía incómodo, pero no le molestaba y eso lo sorprendía todavía más.
—Buenas tardes joven Min, el señor Kim aún no llega, la comida estará lista en unos minutos— le informó el mayordomo de la casa.
—Ah, gracias iré a cambiarme— Yoongi subió de dos en dos las grandes escaleras.
Tomo una ducha y se atrevió a aventurarse en ese gran closet que su hyung había hecho para él.
Decidió ponerse unos pans de chandal, una camiseta blanca, peino su cabello y lo seco.
—Yoongi baja a comer conmigo por favor— hablo del otro lado de la puerta Seokjin.
—Sí hyung, en un momento bajo, gracias—
Se miro tantas veces en el espejo dudando de su aspecto, al final se puso unos jeans y un gran suéter con cuello alto, sí así se sentía más seguro.
Seokjin que miraba su celular abrió su boca cuando lo vio entrando al comedor, trato de disimular y secar su saliva. —La ropa que elegí se te ve realmente bien— sonrió.
Yoongi no entendía porque se sintió aliviado, pero no le tomó importancia, se sentó de frente a Seokjin y les sirvieron el plato de entrada.
—¿Y cómo te fue en la escuela?— Pregunto el mayor.
Yoongi se sentía tan fuera de lugar, nunca nadie antes le había preguntado cómo le había ido.
—Creo que bien— sonó más como una pregunta que como una respuesta.
Seokjin sonrió, realmente Yoongi ponía barreras para seguir la plática, ahora entendía aquello de Yoongi tiene un carácter difícil.
Hubo silencio un rato y solo se escuchaba de vez en cuando como los cubiertos pegaban en los platos.
—¿Cómo le fue en su día hyung?— rompió el silencio.
Seokjin se sorprendió y a la vez se sintió feliz.
—Muy bien, hoy fue un día tranquilo, gracias por preguntar— sonrió.
Yoongi se sintió feliz de haberse animado a preguntarle.
—Ya no volveré a la oficina, así que ¿quieres ir a algún lado? Después de todo es tu primera vez en Corea, ¿quieres ir a conocer algún lugar?—
Yoongi pensó un momento y negó. —Lléveme a el lugar que crea mejor hyung, yo realmente no sé nada de Corea—
Seokjin asintió gustoso, y termino de comer, en su cabeza ya había preparado mil planes.
•┈୨♡୧┈•
Llegaron a una feria local, ya era la puesta de sol, Yoongi estaba un poco nervioso, pues no estaba acostumbrado a estar rodeado de tanta gente, fingía estar cómodo porque Seokjin se estaba esforzando mucho en hacerlo sentir bien, y bueno esa sonrisa lo valía todo.
—Ten— el mayor le extendió un algodón de azúcar.
Yoongi lo veía curioso, nunca había visto algo igual, sus ojitos se abrieron curiosos.
Seokjin sonrió divertido y arrancó un pedazo del algodón, sin preguntar lo metió en la boca del menor, Yoongi abrio los ojos sorprendido, era mucha azúcar para su gusto.
Seokjin sonreía, y ahí estaba de nuevo esa calidez invadiendo el pecho del menor que no podía entender, ¿qué efecto tenía él mayor en él? No lo sabía, pero Yoongi no podía dejar de mirar esa sonrisa que le brindaba calor en el pecho, y ¿por qué ocultarlo? Lo hacía muy feliz.
Caminaron entre la gente conversando de cualquier cosa.
—¿Lo extrañas?— pregunto el mayor, obvio refiriéndose a su viejo amigo fallecido Youngjae.
Yoongi se incomodo, pero sabía que tarde o temprano Seokjin tocaría el tema.
—Yo no conviví mucho con él, pero fue bueno conmigo las pocas veces que lo vi— bajo la mirada.
—El te amaba mucho, siempre me hablaba de ti— Seokjin sonrió triste.
—Supongo que sí— la voz del menor era indiferente.
—Dime, ¿qué sucede?—
—Yo, es solo que yo no fui cercano a él, nunca pude verlo como un padre, y a mi madre nunca la conocí, no tengo recuerdos, entonces, ¿cómo debería sentirme al respecto?— la voz de Yoongi sonó quebrada.
Y era verdad, era su padre sí, pero nunca había sido una familia, le dio todo lo material, pero Yoongi solo quería un hogar, un lugar al cual volver en vacaciones, pero eso nunca pasó.
Pequeñas lagrimas rodaron por sus mejillas, se sintió tonto y rápidamente con su manga las limpio de manera ruda, sentía vergüenza de que su hyung lo viera siendo tan lamentable.
Lo próximo que sintió fue un calor recorrer todo su cuerpo, sintió como todos los pedazos de su corazón habían sido puestos en su lugar, sintió que nunca se había sentido tan bien en ningún lugar más que en esos brazos fuertes que lo estaban abrazando, aspiro el olor de Seokjin, quería impregnar ese recuerdo a través de la suave y varonil colonia del mayor, sentía la respiración de Seokjin en su cabeza, sentía como inhalaba el olor de su cabello, se alegro tanto de haber tomado una ducha antes.
Lentamente correspondió al abrazo, porque era todo lo que siempre había querido, era todo lo que había deseado, un abrazo sincero y no forzado. Cerró los ojos y el tiempo dejó de importar.
Por otro lado estaba Seokjin, con una extraña sensación que lo perturbaba, pero no podía apartase de aquel abrazo, porque mentiría si dijera que no lo estaba disfrutando, pero no se supone que se debía sentir de esa forma, tan bien. Forzó el agarre del abrazo, como si quisiera que el cuerpo de Yoongi se fundirá con el suyo de la manera más pura.
Se quedaron así por varios minutos, sin darse cuenta que algunas personas los miraban, de nuevo se perdieron en el pequeño mundo que habían creado.
