Dope (쩔어)

VII

Noka POV:

Subo las anchas escaleras de la casa de Jin y Aerin medio riendo, dándome cuenta después de la existencia del ascensor. He llamado a Jin Seokjin oppa, ¿acaso hay algo más antinatural que eso?

Dejando de lado las burlas hacia aquel que ahora es mi padre en Corea, me fijo en la casa. Un chalet enorme, dotado de todo tipo de cosas imaginables repartidas en tres pisos. Entro a lo que viene siendo mi nueva habitación, mirando mis cosas tiradas por ahí. Tengo que decorarla a mi manera.

Tomo mi colosal póster y lo desenrollo, encontrándome con la dulce mirada de mi amado Heechul clavada en mí. Ay, Heechul.

Abro mi mochila, sacando de uno de los bolsillos el celo con el que pego mi gran poster de 1 x 1'5 m en la pared de la habitación. Es sorprendente la calidad que tiene para su tamaño. Pego mi mejilla al poster.

- Noka, tengo que irme. En seguida vuelvo -oigo a Jin gritar desde el pasillo, por lo que me separo del póster.

También lo oigo gritar algo en el piso de abajo, y un estruendoso portazo se hace presente tras esto, que hace temblar toda la casa.

Con toda la curiosidad del mundo salgo de la habitación caminando de puntillas y voy al piso de abajo por las escaleras pese a saber que hay un ascensor que conecta todos los pisos. En cuanto veo la luz de la cocina encendida, respiro profundamente.

A continuación entro en esta, encontrándome con una chica un poco más bajita que yo de espaldas, de cabello oscuro y lleno de torbellinos que le llega hasta los hombros.

- ¿Quién eres? -le pregunto tras haber tragado algo de saliva con un intento de coreano perfecto.

Aquella chica vestida con camiseta de manga corta y shorts negros se gira mientras sostiene un salero en su mano, mostrándome rasgos faciales occidentales junto con una expresión infantil acompañada de una mirada oculta tras unas gafas de montura oscura.

Mierda. Me he olvidado de las mías.

- Soy Ayara -la chica esboza una adorable sonrisa en su rostro- Tú debes de ser Noka.

Parpadeo, totalmente perpleja. ¿Cómo es que se sabe mi nombre? ¿Acaso Jin ha hablado con ella mientras yo pegaba el precioso poster de Heechul?

- Efectivamente.

- Encantada -un perfecto español sale de sus labios, haciendo que mi mandíbula se afloje.

No me esperaba que tanta gente en Corea supiera hablar en español. Primero Aerin, y ahora esta chica que ha aparecido en casa de Seokjin.

- ¿De dónde eres? -mis ojos se posan en los suyos.

- De España -una sonrisa entre adorable y aterradora se forma en su rostro.

Es extrañamente adorable.

- Junghye y yo también somos de ahí.

- Lo sé, Jin me ha hablado mucho de vosotras -deja el salero sobre la encimera de la cocina y camina hacia el salón como si esta fuera su casa, tirándose en el sofá.

- ¿Y qué edad tienes? -me tiro a su lado mientras le hago esta pregunta, a pesar de todo el sitio que hay en este mismo.

- Pues... 16.

- ¿¡16!?

- Sí, 16.

- Con tal y como te comportas, hubiera dicho que tenías más -comienzo a reír a decir esto.

- ¿Y eso?

- Es que tienes cara de niña buena, entonces pareces mayor.

- Ay, gracias -comienza a reír, poco después soltando algo como un sonido de cerdo que me desconcierta.