Capítulo 14

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Entre mis sueños sentía que algo se movía, abrí mis ojos y mire a Elliot sentado en la cama de espaldas apunto de pararse, mire a lado en mi buró el reloj, eran las 6:00 am.

-¿Por qué?...-Se pregunto a si mismo en susurro llevando ambas manos al rostro. Su pregunta extraño en mi mente, estaba por preguntar, cuando de pronto se levanto y lo único que hice fue cerrar mis ojos fingiendo seguir dormida.

-Prometo que te compensare...-Acariciaba mi mejilla derecha y se metió al baño cerrando la puerta.

Me acomode en mi lugar y note él teléfono de Elliot sobre su Buró, pensé dos veces, pero solo podía recordar las palabras de Adam en mi mente, de pronto escuche la regadera junto con el agua caer, mire nuevamente el teléfono con tentación y al no aguantarme la maldita curiosidad me acerque a el encendiendo la pantalla mirando nuestra foto de bodas.

Deslice la pantalla con mi pulgar notando que no tenía contraseña y permitiéndome ver las múltiples de aplicaciones que contenía su móvil, incluyendo las de mensajes. ¿Debería?...

-¡No!, como dijo Adam, el que nada debe nada teme. Elliot no tiene ninguna contraseña, ¿qué podría encontrar?. -Me dije a mi misma en la mente negando mi cabeza, apague la pantalla, limpié mis marcas en ella y coloqué el teléfono donde estaba para después acostarme nuevamente pensando en mi decisión.

Un pensamiento llegó a otro, recordé la primera vez que conocí a Elliot, vaya que tenía tantos nervios de verlo y por la entrevista de trabajo, competía con chicas muy atractivas y me sorprendió mucho que me diera el puesto a mi.

Sonreí para mi misma con mis ojos cerrados, alejaba de nuevo aquellos pensamientos encontra mi propio esposo que me había dado Adam. Al no poder dormir más me levante de mi lugar y entre al baño, miraba el cuerpo masculino de el desnudo entre todo ese vapor por el agua caliente que caía sobre su cuerpo. Comencé a quitarme mi ropa dejándola en un rincón y sin hacer ruido entre ahí con el.

-Hola...-Salude a voz baja cerca de su oído, el giro a verme extrañado.

-Hola, linda, ¿qué haces despierta a esta hora?. -Me pregunto frunciendo el seño.

-Ya no podía dormir, así que decidí hacerte compañía. -Le expliqué seductoramente comenzando acercarme a el para besarlo, cuando de la nada el se alejó un poco de mi para terminar de deshacerse del resto de jabón que aún quedaba en partes de su cuerpo.

-Lo siento, linda, pero ya terminé. -Me regresó la mirada un poco apenada por no decir desinterés.

-Amm, está bien. Yo tomaré un baño. -(Elliot salió de la ducha tomando una toalla amarilla)-¿Elliot?...-Lo llame empapada a sus espaldas.

-¿Si?.-Dijo mientras se secaba sin mirarme, solo frotaba la toalla deslizando por su piel.

-¿Estarás mañana en casa?. -Se notaba mi ilusión.

-Ammm, no lo sé, he tenido mucho trabajo...-(Baje la mirada a mis pies y el me miró)-linda, ya sabes como es la empresa. Tu mejor que nadie sabe las horas que luego estoy ahí trabajando. -Se acercó a mi llevando sus manos a mis mejillas levantando mi mirada de caída con tal de mirarlo a los ojos.

-Es que...me he sentido algo sola en la casa. Ya casi no descansas de trabajar, menos hemos hablado seguido sobre nosotros o el bebé. -Lo miré incómoda por no saber como decirlo.

-Pero si antes era igual, cuando estaba en la casa hacía todo lo posible con tal de pasar tiempo contigo y hablar del bebé, a hora he tenido un poco más de trabajo, ¡si!, pero eso no impide nuestro matrimonio. Aparte, creí que no te sentías tan sola por ese idiota de amigo aquí contigo en las tardes. -Baje de nuevo la mirada.

La Viuda Negra (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora