Capítulo 3

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-¡No!, ¡No es lo que piensas!. ¡Verás él está muy tomado, lleva muchas margaritas y más de esas bebidas rojas, todas las bebió como simple agua!. -Explique de inmediato defendiendo a Elliot.

-¡Kylie!-(La abrazo)-¡Ya verás que todo será  un éxito!. -Grito feliz atrayendo la mirada de más  personas.

-¡Oh, por Dios!, ¡Será mejor que lo lleves a su casa, No dejes que conduzca  así!, ¡Dile a él que no se preocupe que lo tendré al tanto de todo!.-Me pidió y yo asenti con la cabeza.

Mire a Elliot y coloqué su brazo atravez de mi nuca para ayudarlo a salir junto con Kylie, al llegar al estacionamiento ella se despidió regresando a la fiesta, mientras que a hora mi trabajo continuaba en ayudarlo a entrar a la puerta del copiloto, para después ir a la otra puerta y conducir.

Al entrar al auto recordé que el tenía las llaves y me acerqué a Elliot buscando en su chamarra las llaves, al no verlas comencé a buscar en los bolsillos de su pantalón  hasta encontrarlas.

-¿Qué haces?...¿A donde vamos?. - Preguntó entre risas con los ojos cerrados.

-A tu casa, estas muy ebrio. Respondí  encendíendo el auto y comencé a manejar hasta su casa que mejor dicho parecía una mansión.

- No, no quiero ir a mi casa...-Murmuro sin abrir los ojos empezando a quedarse dormido.

Lo mire más tranquilo, tal vez se había  quedado ya completamente  dormido. Pues no hacía ningún ruido ni movía absolutamente  nada, sólo su mirada apuntaba a la mía mientras conducía.

Las luces que pasábamos iluminaban brevemente  el rostro de él  haciéndolo ver tan lindo mientras dormía. El sentimiento por Elliot que llevaba guardado hace años latía y latía a casi querer gritarlo en ese preciso momento, Pero ¿cómo?, ¿cómo podía decirlo y liberarme de esto sin que Elliot se diera cuenta?.

-¿Elliot?, ¿Elliot?. - Lo llamaba, pero nada. Di un gran suspiro al verlo y regrese la mirada al camino, hasta que después de unos minutos decidí hacerlo.

-¿Sabes?, aveces hago cosas que realmente no las pienso, sólo las realizó sin pensar, algunos lo hacen por no medir las consecuencias, pero en mí  es por otro motivo, uno que al decir verdad me hace ser tan discreta-(Lo mire dormir aún y mire de nuevo el camino)- pues ese motivo es tan apreciado para mi y a la vez tan escondido como la perla en una almeja. Haría cuál quier cosa por ese motivo, callar, cuidar, incluso ser cómplice en una locura, es como si al poder tener esa razón me hiciera caer a sus pies como un perro aunque suene así. -Sonrei para mi misma.

-Aveces no quiero tener ese motivo que se vuelve parte de mi vida cada vez más, pero el amor es tan necio, no dice, no te advierte ni te asegura de quien te enamoraras, en mi caso el amor se vuelve parte de él, es como lo esencial, así como en la comida la sal, en la vida el respirar, en la ilusión el soñar. En mí  sólo es eso y nada más...-(pose una mano en su cabello acarisiandolo)-y ese motivo eres tú Elliot Collins. -Regrese la vista al frente.

-Eres mi motivo por el cual estoy aquí, y es que la verdad te amo como no te imaginas, te amo más que esas chicas que te han amado en una sola noche. Jamás pensé decirte eso y a hora que estas dormido es mi oportunidad decírtelo sin que nunca lo sepas realmente.-(Estacione el auto en la entrada de su casa)-Quizá me vaya a la tumba sin haber besado al menos una vez tus labios, quizá jamás conozca lo que es pasar una noche con la persona que amo, pero no podía callar más esto, no más...

- Yo tampoco puedo callarlo más. -Brinque en mi lugar al escuchar su voz y lo mire rápidamente  despierto mirándome.

 -Brinque en mi lugar al escuchar su voz y lo mire rápidamente  despierto mirándome

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La Viuda Negra (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora