Capítulo 8

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Elliot no me decía a donde ibamos, entre ratos me miraba del rabillo de sus ojos y sonreía  para el mismo, ¿Que tanto  estaba planeando?.

Elliot no me decía a donde ibamos, entre ratos me miraba del rabillo de sus ojos y sonreía  para el mismo, ¿Que tanto  estaba planeando?

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Mis ojos comenzaban hacerse pesados y el camino parecía que iba para largo, cuando de pronto me quedé dormida en mi asiento.

A las pocas horas, sentí que Elliot me movió ligeramente logrando que despertará  y lo mirara parado justo frente a mi puerta del copiloto que estaba abierta.

-¿Qué sucede?...-Pregunte con la voz aún adormilada saliendo del auto topandome con su cálido pecho.

- Ya llegamos.-Me contestó acomodando mi cabello.

Mire el lugar de todos lados, el coche se encontraba estacionado en un camino en el bosque frente a una linda casa entre algo lujosa y acogedora, todas las luces se encontraban encendidas deslumbrado hasta donde estábamos. Elliot me tomo de la mano comenzando a subir los escalones de la entrada al igual que yo, al llegar mire las maletas adentro de la casa y la puerta abierta.

-Debiste decirme que te ayudará con las maletas.-Lo mire y el sonrio.

-Estabas dormida, preferí hacerlo yo.-Subio y bajo sus hombros sin importancia  y yo lo miré algo nerviosa.

-¿Y está casa?.-Le pregunté señalando con mi dedo la casa y el se acercó un poco a mi.

-Esta, es nuestra casa. Donde viviremos junto a nuestros futuros hijos.-Me dijo ante mi y yo me sorprendí totalmente.

-Me dijo ante mi y yo me sorprendí totalmente

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-¡¿Qué?!, ¡Elliot, esta hermosa!.-Le grite emocionada abrazandolo y el se separo de mí.

- Me alegra que te guste. A hora es momento de entrar.-Me tomo en sus brazos y me cargo para entrar a la casa como típica entrada de recién casados. Al entrar el cerro la puerta con ayuda de su pie y comenzó a bajarme al llegar a la sala.

Los sillones eran blancos de cojines rojos y uno pequeño color negro que se encontraba en una esquina. Era elegante y atractivo, había una gran alfombra roja bajo nuestros pies, una gran pantalla de plasma, la mesa de centro y aquella hermosa chimenea con una bella fogata que bailaba en aquellos pedazos de madera.

La Viuda Negra (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora