Elliot no me decía a donde ibamos, entre ratos me miraba del rabillo de sus ojos y sonreía para el mismo, ¿Que tanto estaba planeando?.
Mis ojos comenzaban hacerse pesados y el camino parecía que iba para largo, cuando de pronto me quedé dormida en mi asiento.
A las pocas horas, sentí que Elliot me movió ligeramente logrando que despertará y lo mirara parado justo frente a mi puerta del copiloto que estaba abierta.
-¿Qué sucede?...-Pregunte con la voz aún adormilada saliendo del auto topandome con su cálido pecho.
- Ya llegamos.-Me contestó acomodando mi cabello.
Mire el lugar de todos lados, el coche se encontraba estacionado en un camino en el bosque frente a una linda casa entre algo lujosa y acogedora, todas las luces se encontraban encendidas deslumbrado hasta donde estábamos. Elliot me tomo de la mano comenzando a subir los escalones de la entrada al igual que yo, al llegar mire las maletas adentro de la casa y la puerta abierta.
-Debiste decirme que te ayudará con las maletas.-Lo mire y el sonrio.
-Estabas dormida, preferí hacerlo yo.-Subio y bajo sus hombros sin importancia y yo lo miré algo nerviosa.
-¿Y está casa?.-Le pregunté señalando con mi dedo la casa y el se acercó un poco a mi.
-Esta, es nuestra casa. Donde viviremos junto a nuestros futuros hijos.-Me dijo ante mi y yo me sorprendí totalmente.
-¡¿Qué?!, ¡Elliot, esta hermosa!.-Le grite emocionada abrazandolo y el se separo de mí.
- Me alegra que te guste. A hora es momento de entrar.-Me tomo en sus brazos y me cargo para entrar a la casa como típica entrada de recién casados. Al entrar el cerro la puerta con ayuda de su pie y comenzó a bajarme al llegar a la sala.
Los sillones eran blancos de cojines rojos y uno pequeño color negro que se encontraba en una esquina. Era elegante y atractivo, había una gran alfombra roja bajo nuestros pies, una gran pantalla de plasma, la mesa de centro y aquella hermosa chimenea con una bella fogata que bailaba en aquellos pedazos de madera.
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La Viuda Negra (Pausada)
Novela JuvenilAmar no es de tontos, lo tonto es enamorarse. Y ése fue mi error...enamorarme de él. A hora, gracias a él soy una asesina, ¿qué como me llaman?, me dicen...la viuda negra. _________ ¡ESTA HISTORIA ES PARA ENTRETENER, QUEDA PROHIBIDA COPIAS Y VERSI...