Amar no es de tontos, lo tonto es enamorarse. Y ése fue mi error...enamorarme de él.
A hora, gracias a él soy una asesina, ¿qué como me llaman?, me dicen...la viuda negra.
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-¿Quién es Rudy?...-Le pregunté fríamente mirándolo con los ojos hinchados de tanto llorar, al escucharme se tenso abriendo levemente su boca y en su rostro pensaba que decir.
-Ammm, es una chica de la compañia. -Traba de explicarme y me levanté molesta de donde estaba.
-¡YA DEJA DE MENTIRME!. -Le grité furiosa y él tragó duró al escucharme.
- Ya deja de seguir fingiendo. -(Caminé a él)- Sólo quiero preguntarte algo... ¿Por qué?.-Lo señalé y el hundió su mirada.
-¡RESPONDEME!. ¡ELLIOT, ESTOY ESPERANDO UN HIJO TUYO!. ¡¿ESTÁ ERA TU EMOCIÓN?!.-Golpeaba su pecho dando pasos hacía tras sin darme aún la cara.
-¡¿CON CUÁNTAS MÁS TE HAS ACOSTADO?!. -Solloze.
-¿Eso realmente importa?. - Me dijo como si no le importara evitando el número y con eso me dio a entender todo, la sangre me hervía de rabia alzando mi mano al aire para meterle una fuerte bofetada, pero el me detuvo con un fuerte agarré que lastimaba mi mano.
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-¡Ni siquiera lo pienses!. - Me soltó.
-¡PUES YA NO!, ¡YA BASTA!, ¡ÉSO SE TERMINO!. ¡SOY TU ESPOSA!, ¿ENTIENDES?. -Le grite de nuevo.
-Cálmate...-Me miraba molesto.
-¡NO!, ¡NO SOY ALGUIEN A LA QUE DEJAS AQUÍ CUIDANDO LA MALDITA CASA!.
-¡Ya para!.-Amenazaba al subir la voz.
-¡ESTOY EMBARAZADA MIENTRAS TU TE VAS DIVERTIR CON UNA ESTÚPIDA!, ¡SOY TU ESPOSA, NO ELLA!, ¡A LA QUE DEJAS EN CASA ES A MÍ, MIENTRAS QUE CON ELLA VAS A UN MALDITO HOTEL!... - En ese momento mi mundo se paralizó, deje de sentir la realidad con pensar que sólo era una pesadilla, hasta que reaccione, no era así, era real y a hora mi mano estaba en mi mejilla con el resto de mi cabello alborotado sobre mi rostro donde mi mejilla parecía quemar del ardor...me había bofetado.
Parecía que a pesar de estar sujeta a la realidad mi mente me decía -"No es cierto, esto no esta pasando, claro que no. Él es el amor de tu vida, ¿como podría pegarte?". Hasta que sentía el ardor en mi rostro afirmándome que no era así.
De pronto esa impotencia junto con la ira se convirtió en un torbellino de emociones, por un segundo, con sólo uno fue como si se borrará el amor que le tengo, pues deje de controlar mi mano y le devolví la bofetada con todas mis fuerzas en su mejilla logrando que al chocar sonara muy fuerte dejando mis dedos marcados en ellos ladeando su cabeza.
Él me miro furioso y apretó su puño para después impactarlo sobre mi ojo y derriban dome al piso.
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