✧ e m o t i o n a l ; [ᵈʳᵃʳʳʸ/ʰᵃʳᶜᵒ]

「 01 」

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Aquella mañana había iniciado de manera horrorosa, tanto Harry como Ron habían sido despertados por un potente Aqua Eructo, cortesía de una levemente enojada Hermione quien ignorando lo mucho que estaban tiritando les mandó a alistarse y luego se los llevó al Gran Comedor.

El desayuno fue uno de los más incómodos que Harry pudo haber tenido en su vida. No comprendió porqué, era como una sensación extraña que no le permitió seguir el hilo de conversación con Ron y Seamus más que para soltar una u otra incoherencia, lo que solo generó burlas hacia él y su aparente "cabeza por las nubes".

Después de una aburrida clase de Historia de la Magia les tocó Pociones junto a Slytherin. Fue a mitad de clases que se les asignó a cada uno un compañero y aquella señal de alerta se esparció nuevamente por el cuerpo del moreno.

—H-Harry... ¿La poción debe ser de este color?— era la tercera vez que Neville le preguntaba eso por lo que, soltando un suspiro y mandando su temor un poco lejos Harry acercó el rostro al caldero.

No le dio tiempo más que a pensar que la Amortentia no debía lucir así.
Lo último que escuchó fue una potente explosión que lo hizo caer y bañarse en esa extraña masa naranja.

Juró nunca haber sentido los párpados tan pesados y el cuerpo tan entumecido, no era como la sensación de despertar después de pasarse toda una noche haciendo deberes, más bien se sentía como haberse caído de una buena altura durante un partido de Quidditch, fue como una tortura levantarse e intentar enfocar todo el panorama. Aquella "poción" olía fatal, los ruidos que poco a poco lograba escuchar empezaron a taladrar sus oídos y se los cubrió al instante.

—¡Harry! ¡¿Estás bien?!

Y luego algo empezó a recorrer desde su estómago hasta la punta de su lengua, por instinto se cubrió la boca, sentía que iba a vomitar, ese algo quería salir y Harry por alguna razón no deseaba que eso pasara.

Pero luego Neville volvía y volvía a preguntar lo mismo y Harry logró escuchar como las risas de los Slytherin se volvían prácticamente carcajadas burlescas ante su muy -probablemente- patética posición.

Ira, de un momento a otro ira fue lo que se combinó con aquello dentro de su boca. Y su mano ya no sirvió para retenerlo.

De un momento a otro, el desastre comenzó.