✧ e m o t i o n a l ; [ᵈʳᵃʳʳʸ/ʰᵃʳᶜᵒ]

「 07 」

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No mintieron al sospechar que la tarde iba a ser muy larga. Son las dos de la madrugada, después de gritos y desastrosas explosiones de magia por parte suya, Harry no se siente para nada bien, la sensación de entumecimiento en su cuerpo no desaparece y le está costando (por no decir que no puede) conciliar el sueño.

Incluso logra escuchar a Ron quejándose entre murmuros, seguramente por el chinchón que le causó la caída en su nuca; mas, al fin y al cabo está dormido.

Harry vuelve a cambiar su posición, con la esperanza de que tal vez el mirar el techo y contar ovejas haga que Morfeo venga a reclamarle. Pero de nuevo, nada.

En momentos como este maldice todo lo que puede, porque a los efectos de esa estúpida poción les queda un par de horas antes de —a palabras de Hermione— simplemente desaparecer; y pese a todo su fiel amiga tiene ya un plan B, porque sospecha que de esto hay para rato.

«Y Hermione no se equivoca.» piensa cuando el número de ovejas llegó a veinte.

Bien, la desesperación y el cansancio se han mezclado lo suficiente para darle paso al enojo, no le sorprende.

Luchando por unos segundos con las sábanas, toma su varita y se dirige al baño. Su mente le grita que lo que quiere hacer es una de las más grandes estupideces jamás hechas ni bien se para frente al espejo. Pero a Harry ya ni le importa.

El silencio de la habitación es solo roto cuando susurra un "Desmaius" y su cuerpo cae con un golpe brusco.

Tal vez por eso Mione siempre les dice que deben pensar las cosas con la cabeza fría.

Uno, dos, tres ruidos y un chorro de agua helada son los necesarios para que Harry de un brinco se levante, agradecía el gesto porque el sueño que estaba teniendo ya parecía pesadilla.

Esto se siente como un deja Vu ahora que lo piensa.

El rostro enojado de Hermione, Ron junto a Seamus y Neville riendo a carcajada limpia atrás. Claro, el suertudo del pelirrojo ahora sí había podido despertar tranquilo y sin dolor en la espalda por dormir en tan incómoda posición.

—Podría iniciar un interrogatorio, y así saber porque un Desmaius te pareció tan buena idea— comenzó a regañar la chica haciendo que sus amigos rieran más —¡A ustedes también les voy a lanzar un hechizo si no me dejan terminar!

Ron, quien al parecer no le creía a su amiga se acercó a Harry y lo ayudó a levantarse. Ignoró la mueca confundida de este y decidieron esperarlo para ir a desayunar.

Unos minutos después, entre charlas animadas Harry seguía absorto en su propio mundo comiéndose la cabeza.