✧ e m o t i o n a l ; [ᵈʳᵃʳʳʸ/ʰᵃʳᶜᵒ]

「 03 」

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A Harry no le sorprendió despertar en la enfermería.

Tampoco le sorprendió ver a Madame Pomfrey con el ceño fruncido, eran tantas las veces en las que él había acabado en ese lugar que ya hasta parecía su segunda casa.

—Felizmente hoy no vino por fractura joven Potter.— empezó a hablar con un tono ligeramente severo —Le trajeron hace una hora, respiración agitada y magia levemente alterada, claros signos de haber sufrido un ataque de nervios, ¿Qué fue lo que ocurrió?

El moreno se desordena aún más los cabellos antes de cambiar su posición en la camilla. Curioso mira las cajas con dulces que al parecer unos cuantos de sus compañeros le han dejado, una sensación cálida lo embarga, más los recuerdos de lo sucedido horas antes la hacen desaparecer reemplazándola con tristeza y vergüenza.

—No lo sé, hubo un incidente en clase de pociones... no logré controlarme...

A medida que va explicando Harry siente que aquella opresión le está impidiendo respirar. Por instinto llevó la mano a esa zona alertando a Madame Pomfrey.

—Necesitas descanso. Mucho.— aclaró cuando escuchó golpes en la puerta.

—¿Podría verlos?— preguntó el moreno respirando lentamente al reconocer las voces de sus amigos —Estaré bien.

Madame Pomfrey parecía lista para rehusarse pero finalmente suspiró y le advirtió que al mínimo malestar llamara.

—¡Harry!— exclamaron sus amigos y el mencionado devolvió el saludo un poco cansado.

—Fue horrible Harry...— susurró Hermione —Las cosas se salieron de control ¿Qué era esa poción?

—¿Eso importa?— preguntó Ron mientras se llevaba una rana de chocolate a la boca —¡Snape te ha castigado injustamente! ¡Otra vez!

El moreno hizo a un lado una caja de pastelillos antes de observar con terror al pelirrojo.

—Ron, no lo alteres.— intervino Hermione con un tono de voz suave —No sabemos que poción fue, pero sus efectos están ligados fuertemente a tu estado de ánimo, como, si hiciera estallar la emoción que predomina...— al ver que sus compañeros no comprendían, suspiró —Altera emociones, por ejemplo, hoy cuando pasó ese accidente te sentías enojado ¿Verdad? Pues lo que hizo la poción fue elevar ese enojo hasta que simplemente, explotó.

Harry miró desesperado a sus amigos, Ron había dejado a un lado los dulces que traía dándose cuenta que esto, tal vez, era más serio de lo que aparentaba.

—Tengo que disculparme con Neville...— murmuró el moreno cubriéndose el rostro —¿Cómo pude gritarle todas esas cosas?

Tanto Hermione como Ron lo abrazaron en señal de apoyo.

—Tuviste suerte de que te lanzaran ese Desmaius.— comentó el pelirrojo —Imagínate la cara de Snape.

Ambos chicos soltaron una carcajada. La chica rodó los ojos.

Al final Madame Pomfrey les permitió retirarse, por lo que el trío de oro se dirigía a su sala común.

—¡Eso me recuerda! ¿Quién fue el que me lanzó el Desmaius? Prácticamente me salvó el pellejo.

Ninguno respondió.