✧ e m o t i o n a l ; [ᵈʳᵃʳʳʸ/ʰᵃʳᶜᵒ]

「 14 」

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Harry creía que el primer consejo era innecesario hasta que Ron le miró con una cara de: "¿Eres idiota?" Y luego Hermione se lo recordó.

"Malfoy y tú ni siquiera son amigos."

Sí, podía ser un exagerado y un completo idiota, pero como le dolió recordar ese pequeño detalle.

Por lo que, allí estaba, caminando despreocupado por los pasillos a primera hora de la mañana, lo primero que debía hacer era ganarse la confianza del rubio. Sonaba a un plan demasiado descabellado, tres años de supuesta rivalidad no desaparecen porque si.

Mas estaba dispuesto a intentarlo y no fallar.

No tenía porque actuar tan preocupado, contagiaba a aquellos que pasaban a su lado y al ver su rostro decaído le preguntaban si estaba bien.

¡Pero obviamente no estaba bien!

Pansy había pasado hace casi media hora y cuando le preguntó sobre Draco ella solo rió y pasó de largo.

Se recostó contra la pared y suspiró, ¿Dar una última vuelta por el lugar sería buena idea? Prácticamente estaba perdiendo clase en estos momentos.

El sonido de fuertes y rápidas pisadas lo distrajo, algunos ya empezaban a correr para llegar, debía hacer lo mismo.

Cabizbajo empezó su caminar, iba a girar por otro pasillo cuando un fuerte golpe lo despertó de su ensoñación y por pura suerte logró atrapar al causante antes de que cayera.

—¡¿No puedes fijarte por donde vas grandísimo imbe-?!

Y luego pareció entrar en un pequeño trance donde agradecía infinitas veces a quien sea que le haya dado tan buena suerte.

—¿Buenos días?— por alguna razón sonreía.

Ese momento, con él negándose a soltar al rubio (incluso apretaba más su agarre), parecía una escena de las novelas clichés que tía Petunia solía mirar. Aunque, en esas, nadie te mira como si quisiera matarte cuando lo salvas.

—Potter, sueltame.

—Está muy agradable el día ¿No?

Si las miradas mataran, él estaría ya enterrado.

Y de nuevo Harry sentía que en el mundo solo estaban ellos dos y no el pequeño grupo de chismosos con los ojos abiertos como platos.

Les dirigió una mirada furibunda y eso bastó para que siguieran con lo suyo.

—¡WOW! ¡Oye, en verdad no voy a hacerte nada!

De algún modo Draco había logrado sacar su varita y la tenía apuntando hacia su cuello, no sentía miedo ni nada pero, joder ¡Solo quería conversar!

—Estoy perdiendo clase por tu maldita culpa ¡Sueltame ya, cara rajada!

—Con lo fácil que es decir "Gracias Potter"...— su monólogo se cortó cuando notó lo cerca que estaban sus rostros —Tienes ocho.

Pese a la frialdad de su mirada el moreno notó algo de curiosidad.

—Las pecas, en tu nariz, son ocho.

Y volvió a sonreír, como si fuera el mayor secreto revelado ante sus ojos poder ver como el rostro del rubio pasaba de confusión a un enorme sonrojo por la vergüenza.

—¡Depulso!

Nota mental, pensó Potter una vez su cuerpo salió volando y aterrizó con un muy buen golpe. Si vas a hablar como un idiota enamorado, hazlo en tu cabeza.

Podía ver lucecitas alrededor de su cabeza, pero su sonrisa de idiota no se borró.